No, con "fantásticas" no quiero decir que sean buenas películas o películas maravillosas, sino que pertenecen al género fantastico. Dos películas que además hace un tiempo que se estrenaron, pero uno las ve cuando puede...
EL JUEGO DE ENDER
"El juego de Ender" es sin duda la novela más popular y prestigiosa de Orson Scott Card. Publicada por primera vez en 1985, y ganadora de los prestigiosos premios Hugo y Nébula, tuvo una gestación un tanto complicada, pues empezó como un cuento publicado en un revista de ciencia-ficción y posteriormente fue ampliado hasta adquirir forma de novela. Novela que además fue reescrita más tarde por el propio autor para adaptarla a las novedades que en cuanto al personaje y la trama el escritor introdujo en novelas posteriores de la saga.
La novela parte de una situación concreta: la Tierra está en guerra con una raza extraterrestre llamada insectores. Para prevenir ataques futuros de esa especie alienígena, niños particularmente dotados son entrados en academias militares para convertirlos en futuros estrategas que sean capaces de repeler la invasión y vencer al enemigo. Recalco lo de niños porque el protagonista, Ender, tiene solo 6 años. La novela arranca con la entrada de Ender, que es un niño prodigio particularmente dotado para la estrategia militar, en esa academia militar, y nos explica como se va sometiendo a un duro entretamiento que pretende poner a prueba sus aptitudes a fin de forjar un lider capaz de comandar la fuera militar terrestre contra las fuerzas invasoras. Pero Orson Scott Card va más allá de esta anecdota argumental y no se contenta con explicarnos la evolución de Ender en la academia militar, sino que lo hace sobre la base de un complejo sub-entramado socio-político que rige en la Tierra, en el cual tendrán un protagonismo esencial los dos hermanos mayores de Ender, Peter y Valentine, con los que el protagonista mantiene una compleja relación.
La novela ha sufrido diversos intentos de ser llevada al cine, muchos abortados por la desconfianza ante su potencial carrera comercial, y más teniendo en cuenta que el film exigía un elevado presupuesto para tirar adelante con el proyecto. Cuando finalmente se anunció la producción que iba a ser dirigida por Gavin Hood, el escepticismo fué la reacción mayoritaria entre los lectores de la novela. "El juego de Ender" es una de mis novelas favoritas de ciencia-ficción de todos los tiempos (junto a "Forastero en tierra extraña" de Heinlein, "Cronicas marcianas" de Bradbury, "Hyperion" de Simmons y "Más que humano" de Sturgeon), y supongo que al igual que yo todos los fans de la novela habrán reaccionado de igual manera ante la película: depección absoluta.
Podría decirse que Gavin Hood, su director, no tiene un talento visual particulamente destacado y que su puesta en escena es más bien pobre y no sabe sacar todo el partido a los momentos más espectaculares del film. Pero el mayor error de esta película, su mayor decepción, es haberse limitado a arañar la superficie del libro.
Para empezar Ender, que en el libro tiene solo 6 años, es aquí un adolescente, con lo que se diluye buena parte del impacto que provoca el ver a niños pequeños participando en juegos de guerra. El hecho de que en el libro Endear sea apenas un niño hace que sus reacciones maduras, lógicas y adultas resulten más chocantes para el lector. Ender es un personaje sumamente caristmático, mientras que Asa Butterfield, el actor que le da vida en la pantalla, no lo és, y resulta más bien soso en su interpretación. De hecho todos los personajes carismáticos del libro resultan más bien sosos en la película, empezando por un Harrison Ford anquilosado en su registro habitual, cuyo personaje, el coronel Graff, mucho más cínico, manipulador y ambiguo en el libro, ha sido suavizado considerablemente en el film. Además todo el rico y complejo entramado socio-políctico en el que se desarrolla la historia principal ni siquiera es insinuado en la película, y los hermanos de Ender, que en el libro tienen una importancia fundamental, en el film son reducidos a la mínima expresión y su relación con Ender queda en meramente anecdótica.
El libro tiene además un sorprendente giro argumental hacia el final que yo, como lector, no ví venir y que además constituye una de las mayores sorpresas de la historia. Muchos diran que como espectador que ha leído el libro parto con ventaja, pues ya sé cómo acaba. Pero me imagino que muchos espectadores que no han leído la obra, si son lo suficientemente avispados, anticiparán la trampa que los guionistas no han sido lo suficientemente hábiles en ocultar. Trampa que una vez descubierta en el film carece del impacto dramático que sí tiene en el libro.
Y aunque el libro no pretende de entrada ofrecer un discurso antimilitarista, a veces da la impresión de que los guionistas quieran jugar la baza de la crítica contra el uso de niños en la guerra. Pero si es eso lo que buscaban, sus intenciones vuelven a quedarse, de nuevo, en un mero intento.
En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? Por ser generoso diré que los efectos especiales son vistosos... que no brillantes. ¿Lo peor? Los actores, en general bastante insulsos, y sobretodo el guión superficial y vanal que se ha quedado con los aspectos meramente anecdóticos del libro de Scott Card.
47 RONIN
Cuando depués de ver el trailer de "47 Ronin", el debut en el largometraje de Carl Rinsch, me enteré de que estaba basada en una historia real, quedé bastante estupefacto. ¿Que pintaban brujas, dragones y criaturas mitológicas en una historia real?
La historia (real) de los 47 Ronin forma parte de la cultura japonesa y se situa en torno a los años 1701 y 1703. La historia cuenta como un grupo de 47 samurais se vieron obligados a convertirse en ronin (un samurai sin un señor al que servir) según los preceptos del bushido (el código de honor de los samurais), despues de que su daimyo (su señor feudal) fué obligado a cometer seppuku (suicidio ritual) tras haber agredido a un funcionario judicial en la sede de gobierno del shogun (el máximo mandatario). Los 47 ronin idearon un plan para vengar a su señor, y esperaron más de un año para llevarlo a cabo, para no despertar sospechas ante la justicia. Dicho plan consistia en asesinar al funcionario agredido por su daimyo, funcionario que antes había insultado públicamente al señor provocando así su airada respuesta. Tras haber consumado su venganza, los 47 ronin se entregaron a la justicia y fueron setenciados también a cometer seppuku. La historia se hizo enormemente popular en la cultura japonesa porque es una muesta de la lealtad, sacrificio, persistencia y honor que rigen el código del bushido. Y aún hoy en día se conmemora cada año el sacrifio de los 47 ronin y muchos japoneses acuden en peregrinación a sus tumbas para rendirles homenaje.
Una hermosa historia que ya fué adaptada al cine en 1941 por el maestro Kenji Mizoguchi con el título original de "Genroku Chûshingura", película que lamentablemente no he visto, porque estoy seguro que el director de "Intendente Sansho" o "Cuentos de la luna pálida" había filmado una (otra) obra maestra.
Hay que reconocer que en esta nueva adaptación interpretada por Keanu Reeves le han echado bastante morro. No solo no respetan las historia original sino que introducen innecesarios elementos fantasticos que no hacen más que distraer al espectador de la trama principal. Por si fuera poco, por aquello de contentar (¡como no!) al público americano, introducen con calzador un personaje occidental bajo los rasgos inexpresivos (como de costumbre) de Keanu Reeves. Una cosa es el hieratismo que se gasta a veces Ryan Gosling (que algunos les molesta... a mí no) y otra cosa es la incapacidad absoluta de Reeves para expresar cualquier tipo de emoción. Para más inri la puesta en escena de Carl Rinsch, director formado en el mundo del video-clip según creo, es particularmente confusa en las escenas de acción, lo que hace que su visionado resulte a veces un tanto irritante. Añádele a todo esto un abuso del CGI (particularmente en los paisajes digitales) que precisamente por torpe le resta naturalidad y credibilidad a toda la historia. Porque sí, incluso una historia de género fantastico debe resultar creíble para el espectador dentro de los parámetros que impone dicho género.
En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? Hiroyuki Sanada y la siempre inquietante Rinko Kikuchi, los dos únicos actores de todo el reparto que son capaces de transmitir algo al espectador. ¿Lo peor? Todos los elementos fantásticos que jalonan la trama, demasiado forzados... y Keanu Reeves.
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