lunes, 10 de febrero de 2014

CUANDO LA PROMOCIÓN ES ARTE

Yo siempre he tendido a considerar el cine como un arte global que agrupa muchas otras disciplinas. Cuando todas las partes que componen una película (actuación, guión, fotografía, música, dirección, etc.) funcionan de manera cohesionada, cuando cada una de esas partes sirve de apoyo y complemento perfecto a las restantes, entonces es muy probable que estemos ante una obra maestra. Pero también puede ser que una o varias de esas partes chirríen en el conjunto, y el resultado final sea un producto insatisfactorio, fallido o incluso mediocre. Pero el que una parte falle, ¿debería invalidar los logros de las restantes? En mi opinión, no. Un actor o actriz puede hacer una gran trabajo interpretativo en una mala película; una buena banda sonora puede hacer más diregible un film mediocre. O en todo caso alugnos de esos elementos (el diseño de vesturario, la banda sonora, el trrabajo de iluminación...) contemplados de manera aislada, pueden ser perfectamente válidos por si mismos al margen del resultado global de un film.

Saco todo esto a colación porque muchas veces nos cargamos el conjunto de una obra cinematográfica por considerarla imperfecta en su valoración global, pero somos incapaces de apreciar las virtudes aisladas de algunos de los elementos que la componen. Yo siempre hay tres aspectos de un film en los que me fijo particularmente: la banda sonora, que muchas veces es perfectamente disfrutable al margen de las imágenes; los títulos de crédito, arte que se ha perdido bastante en los últimos tiempos pero que ha dado auténticas piezas maestras, y ahí están Saul Bass, Maurice Binder o más recientemente Kyle Cooper para demostrarlo; y el cartel de la película. De ésto último es de lo que hablaré a continuación.

El arte del cartel cinematográfico es algo que merecería la extensión de un libro o varios (y de hecho hay unos cuantos, muy buenos, publicados), así que aquí tan solo me limitaré a dejar caer unas cuantas reflexiones personales sin profundizar demasiado en un tema que excede mi capacidad de análisis.

Hoy en día es raro encontrar un cartel de película que sea realmente original y en la mayoría de los casos se recurre al socorrido montaje con photoshop, renegando por completo de un pasado glorioso al que han contribuído excelentes artistas e ilustradores. Si tienes un film con Tom Cruise como protagonista, lo más seguro es que el cartel se limite a reproducir en toda su extensión el rostro de la extrella, que a fin de cuentas es el principal reclamo comercial del film. Afortunadamente, aún en la actualidad, siempre hay gratas excepciones y uno puede encontrarse joyas como las siguientes:








Curiosamente, de la misma manera que existen los teaser trailers como presentación breve y preliminar del contenido de un trailer comercial de promoción de un film, esa moda también ha llegado al cartelismo cinematográfico, y muchas veces los teaser poster son más atractivos que los posters finales de un film. Un buen ejemplo serían los teaser poster de los films de las trilogías de "El señor de los Anillos2 o "El Hobbit", visualmente mucho más atractivos que los posters finales, que no eran más que un vulgar photoshop al estilo 'Struzan' que reproducían los rotros de los protagonistas principales. Para muestra, un botón:




No sé exactamente cuando el arte del cartelismo cinematográfico comienza a adquirir carta de nobleza, pero yo aventuraría que posiblemente fuese en los años 50 y 60, cuando se encargan los carteles a artistas que realizan verdaderas obras pictóricas que han quedado grabadas en las retinas de muchos aficionados:






Con el tiempo este arte se iría estilizando y sofisticando hasta el punto de que muchas de las imágenes presentes en dichos carteles se convertirían en icónicas, llegando a transformarse incluso en motivos de posters, camisetas, pins, etc. Algunos buensos ejemplos podrían ser los siguientes:



El arte del cartelismo cinematográfico ha evolucionado desde el clasicismo formal de un Robert McCartthy, por ejemplo, hasta la estilización modernista de un Bob Peak, pasando por el minimalismo expresivo de un Saul Bass. No son pocos los nombres propios que han contribuido a embellecer la imagen promocional del un film hasta transformarla en ARTE con maýusculas. ¿Hacemos un repaso por algunos de los artistas más importantes?


FRANK McCARTHY:




ROBERT MCGINNIS:


SAUL BASS:


BOB PEAK:


DREW STRUZAN:


RICHARD AMSEL:


BRYAN BYSOUTH:





JOHN ALVIN:


Y tampoco podemos olvidar a artitas procedentes del mundo del cómic o la ilustración que, aunque de manera puntual, han realizado aportaciones brillantes a este arte cinematográfico. Se trata de nombres como:

FRANK FRAZETTA:
CHRIS ACHILLEOS:
RICHARD CORBEN:
JEFF JONES:
LOS HERMANOS HILDEBRANT:
JIM STERANKO:

Naturalmente este no es más que un muy, muy somero repaso a algunos de los nombres que más y mejor han contribuido a este arte. Me dejo en el tintero muchos otros, así como muchos ejemplos gráficos que permanecen el recuerdo de muchos aficionados. Espero que cuanto menos este escueto repaso haya servido para despertar el interés y la curiosidad de los que seguís este blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario