lunes, 24 de noviembre de 2014

LOS JUEGOS DEL HAMBRE




No deja de sorprenderme la postura que desde ciertos sectores se adopta a la hora de criticar determinadas películas, sean desde revistas especializadas, programas de televisión y muy especialmente foros de opinión.  No hace mucho escuchaba en un programa de televisión especializado en análisis cinematográfico (no hay muchos, así que es fácil deducir de cuál puede tratarse) un comentario en que metía las sagas de “Crepúsculo” y “Los juegos del hambre” en un mismo saco. La saga de Suzanne Collis tiene muchos puntos en común con obras como “Divergente” o “El corredor del laberinto” (que no hace mucho comentaba aquí), porque todas ellas hablan de distopías; pero poco tiene en común con los libros de Stephanie Meyers más allá del hecho de que ambos van dirigidos fundamentalmente a un lector adolescente. “Crepúsculo” acota más la franja de público al que va dirigida al orientarse muy especialmente al público femenino. La esencia de esta obra es sobretodo romántica (en la acepción más cursi del término) y su mensaje no puede ser más conservador (se resumiría en un ‘debes mantenerte virgen hasta el matrimonio’). Sagas como “Los juegos del hambre’ o ‘Divergente’ tienen un sustrato socio-político que, aunque tenue y superficial, está ahí. Y si bien es cierto que no descartan el elemento romántico y un enfoque abiertamente teen, también tienen las suficientes dosis de aventura y acción como para desmarcarse de las tendencias dictadas por la saga “Crespúsculo”. En mi comentario a la anterior entrega de la saga (aquí) ya exponía en parte mi desacuerdo con ese tipo de posturas críticas y mi defensa de los títulos que componen esta saga basada en los libros de Suzanne Collins)

A la hora de analizar una película como las que componen la saga “Los juegos del hambre”, no debemos perder de vista a qué público va dirigida y qué objetivos se ha marcado. ¿Cumple esos objetivos? En mi opinión, sobradamente. Pretender compararla con otras obras (maestras o no) del género (estamos hablando de cine de ciencia-ficción), es una estupidez y en el fondo no denota más que cierto grado de esnobismo por parte de quién hace la comparación. En muchos foros he leído críticas que desprecian abiertamente este tipo de películas (muchas veces incluso antes de haberlas visto) simplemente por ser películas para adolescentes. “Los juegos del hambre” es una película simple, algo plana si cabe, con un planteamiento interesante pero expuesto de forma superficial, que presta más atención a aquellos elementos de la trama que captarán la atención del público adolescente (el romance, la aventura, la acción…) que no a la crítica socio-política que podría extraerse de la misma (la lucha de clases, la estratificación social, la corrupción gubernamental, la crítica a los medios de comunicación, etc.). Pero de nuevo, insisto, no debemos perder de vista el hecho de a quién va dirigido este tipo de películas. Y sabiendo que va enfocada a un sector de los espectadores que normalmente no tienen demasiadas inquietudes de carácter socio-político, es simple hecho de que se atreva a incluir apuntes más críticos o que inviten a la reflexión, y que estos además tengan una cierto posicionamiento políticamente liberal e incluso un matiz feminista, ya es de por sí meritorio. Al margen de todo esto creo sinceramente que “Los juegos del hambre” es una película filmada con oficio, bien interpretada y con un encomiable diseño de producción.

En algunos foros de opinión también he leído algunos comentarios que desprecian el trabajo interpretativo de su elenco actoral. Vaya por adelantado que Jennifer Lawrence, protagonista de la saga, me parece una excelente actriz, como ya ha demostrado en films como “Winter’s Bone” (por el que obtuvo su primera nominación al Oscar en el 2010), “El lado bueno de las cosas” (ganadora del Oscar a la mejor actriz en el 2012) o “La gran estafa americana” (nominada al Oscar de nuevo en el 2014). En la saga de “Los  juegos del hambre”, siendo una película de carácter más comercial, demuestra igualmente sus maneras de gran actriz y una absoluta convicción y entrega en su papel de Katniss Everdeen. Es misma entrega vuelve a repetirse en cada una de las secuelas. ¿Y qué podemos comentar del resto del reparto? Obviando algunos actores adolescentes que están correctos pero que aún tienen mucho que demostrar, como el caso de Josh Hutcherson, el elenco lo completan nombres como Donald Sutherland, Phillip Seymour Hoffman, Stanley Tucci, Woody Harrelson, Toby Jones, Julianne Moore… En algunos foros he escuchado la expresión ‘cuanto talento desperdiciado’ o comentarios sobre el hecho de que esos actores solo están en el film para cobrar un sustancioso cheque. Y de nuevo vuelvo a estar en desacuerdo. Todos y cada uno de ellos demuestran ser grandes profesionales y estar a la altura de lo que se espera de ellos; reducir su trabajo en estos films al hecho de que solo buscan cobrar una sustanciosa nómina me parece una falta de respeto (Julianne Moore, por ejemplo, ha declarado recientemente que se sentía orgullosa de participar en la saga). Se nota de Stanley Tucci o Elizabeth Banks disfrutan dando vida a los extravagantes Caesar Flickerman y Effie Trinket respectivamente; Donald Sutherland destila auténtica clase y madera de gran actor interpretando al sibilino presidente Snow; y Julianne Moore dota de la necesaria frialdad y contención a una política como la presidenta Alma Coin. Woody Harrelson, por el contrario, no tiene en esta secuela las ocasiones de lucimiento de las que disfrutó en los films precedentes como el degenerado Haymithc Abernathy.

Gary Ross es sustituido en esta ocasión por Francis Lawrence en las labores de dirección, y este último demuestra el mismo oficio y falta de personalidad que su predecesor.  Y con ello no digo que el film esté más dirigido o mal filmado, al contrario, pero está hecho de manera convencional, pragmática, sin garra. El cambio de director tiene su reflejo (necesario) en el cambio de enfoque de esta secuela. Si las dos primeras partes de la saga giraban en torno al tema de los juegos y la luchas entre los participantes, y como éstos eran utilizados por el gobierno para distraer a la población de temas más acuciantes (el hambre, la pobreza, la falta de recursos, la corrupción gubernamental, del dominio de las clases pudientes….), esta secuela, de título “Los juegos del hambre. Sinsajo – Parte 1”, se centra sobre todo en las intrigas políticas de la resistencia y sus intentos por derrocar al gobierno corrupto de Snow, lo que da lugar a un nada desdeñable discurso acerca del poder de la propaganda y su uso en las campañas bélicas.

Lamentablemente el hecho de que el último libro de la saga, “Sinsajo”, haya sido dividido en dos películas no favorece mucho al ritmo de esta penúltima entrega, que a la postre no deja de ser una larga exposición de los preámbulos sobre los que se pretende desarrollar el próximo capítulo de la saga, que debería suponer el punto final a las aventuras de Katniss Everdeen (algo similar ocurría con las últimas entregas de “Harry Potter” y “Crepúsculo”). El film atesora un par de momentos, no lo niego, que contienen cierta emoción (especialmente aquel en que Katniss visita un hospital de refugiados), pero se pierde en exceso en los diálogos de los preparativos bélicos e intrigas políticas, y desdeña incomprensiblemente algunas escenas de acción como  la del rescate de Peeta Mellark. Todo evidencia que el estallido se producirá en “Sinsajo – Parte 2”, que promete ser la entrega más espectacular de la saga con el inevitable estallido de la guerra entre los rebeldes encabezados por Katniss y el Capitolio.

En resumidas cuentas: ¿Lo mejor?  Jennifer Lawrence, que vuelve a poner toda la carne en el asador a la hora de interpretar a la protagonista de la saga. ¿Lo peor?  La película es demasiado larga para lo que cuenta, que en el fondo es bien poco, y uno acaba teniendo la sensación de que realmente no pasa nada a lo largo del film.

No hay comentarios:

Publicar un comentario