martes, 31 de marzo de 2015

LA ERA DE MARVEL


Una de las cosas que más han distinguido al universo superheroico de la Marvel Comics es su elaborada coherencia interna conseguida a lo largo de los años. A diferencia de los personajes de DC, que operaban en ciudades imaginarias como Metrópolis, Cotham o Central City, y por lo tanto con escasas posibilidades de colisionar, los personajes de Marvel vivían y operaban todos en Manhatan, New York, así que no era de extrañar que la Antorcha Humana compartiese aventuras con nuestro amistoso vecino Spiderman, que éste se pasease por la páginas de la Patrulla-X o que Red Richards recurriese ocasionalmente a los talentos de su amigo del Village, el doctor Stephen Strange. DC por el contrario fue creciendo de forma desordenada e inconexa, en parte por la incorporación mediante compra de personajes provenientes de otras editoriales, pero también debido a la pervivencia del concepto de las múltiples tierras. Ese caos creativo fue el que motivó la creación de uno de los más relevantes eventos editoriales de la Distinguida Competencia, las Crisis en Tierras Infinitas, en virtud del cual se ordenó todo el universo DC, se integró de manera coherente a los personajes provenientes de editoriales ajenas, se reescribió el origen de algunos personajes para darles una forma definitiva, y se redujo la existencia de realidades alternativas a un número manejable: 3. Con los años se ha dado al traste con la consistencia lograda, y todo con el único objetivo de llamar la atención del lector y tratar de aumentar las cifras de ventas. Así pues se ha recuperado el concepto de multiverso (ahora son 52 tierras alternativas), se ha reescrito enésimas veces el origen de muchos personajes, se han narrado nuevas crisis que no han hecho más que contribuir a enrevesar más el universo DC, se han volcado todos los esfuerzos en un polémico reboot que no ha gustado a la mayoría de los lectores, y todo para finalmente concluir que la otrora sacrosanta continuidad es un lastre del que, según opinión de Dan Didio y Jim Lee, tienen que deshacerse.

Los movimientos editoriales en Marvel hasta la fecha no han sido tan drásticos, pero desde la irrupción en escena de Brian Michael Bendis parece haberse instalado en la Casa de las Ideas la política del “todo vale”. Así pues se han permitido deshacer la historia reciente de Spiderman mediante un controvertido “mefistazo”, por las filas de los vengadores se ha paseado todo hijo de vecino a capricho de su guionista (la formación creada por Bendis tras el sonado “Avengers dissambled” es la menos carismática de la historia de ‘los héroes más poderosos de la Tierra’), se han matado, resucitado, vuelto a matar y vuelto a resucitar a casi todo personaje marvelita en aras de la más descarada comercialidad, se ha hecho uso y abuso de los crossovers y eventos editoriales de la forma más irritante, y finalmente se ha concluido en un encubierto reboot para hacer desaparecer prácticamente todas las colecciones tradicionales y sustituirlas por otras basadas no ya en los personajes de la casa, sino en los eventos más populares que han tenido lugar en las últimas décadas (“Secret wars”, “Días del futuro pasado”, “Futuro imperfecto”, “Proyecto exterminio”, “Planeta Hulk”, “1962”, “Inferno”…). Así pues de nuevo la sacrosanta continuidad, marca de la casa de Marvel Comics, se diluye y desaparece porque en el fondo lo que importa no es la calidad o aún menos el respeto a los lectores veteranos, sino únicamente las cifras de ventas.


Queda claro que la continuidad en los comics Marvel ya no es lo que era, por decirlo de alguna manera. Pero, ¿y en el universo Marvel cinematográfico? ¿Se mantiene? Harto difícil desde el momento en que los derechos de los personajes Marvel han caído en manos de diferentes estudios y entre estos no hay buena sintonía a la hora de trabajar y mantener unas pautas de trabajo basadas en la colaboración creativa. Los derechos de toda la franquicia mutante permanecen en manos de Fox, que arrancó las andanzas de los personajes marvel en la gran pantalla con el “X-Men” de Bryan Singer; Fox también retiene los derechos cinematográficos de Los 4 Fantásticos. Los derechos de Spiderman los mantiene Sony Pictures. Y por último la división cinematográfica de Marvel, Marvel Studios, conserva los derechos de toda la franquicia de los Vengadores, que incluye además los de Capitán América, Thor, Iron-Man, Hulk y el Hombre Hormiga, así como los de Los guardianes de la galaxia. A estos últimos hay que añadir los personajes que integran la división televisiva y que incluyen S.H.I.E.L.D., la agente Carter, Luke Cage, Jessica Jones, Puño de Hierro y un finalmente recuperado Daredevil, que en breve desembarcará en la pequeña pantalla.


Marvel Studios ha puesto un especial cuidado en trasladar la coherencia y consistencia de su universo tradicional a los diferentes films y series de los que se hace cargo. En aras de ese espíritu cohesionador hemos podido la aparición de Nick Fury como nexo de unión en los films de “Iron Man” o “Capitán América” para justificar la formación de los Vengadores, el debut de la Viuda Negra en “Iron Man II” y la primera aparición del agente Coulson en “Thor”. E incluso se llega a mencionar al Doctor Extraño en “Capitán América. Soldado de invierno”, anticipando así su próximo debut cinematográfico. Pero al margen de cameos más o menos simpáticos como el de Lady Syf o Deathlock en “Agents of S.H.I.E.L.D.”, la interacción entre las diferentes películas y series va mucho más allá y obedece a la intención de construir un universo cohesionado a la imagen del que funciona en el mundo de los comics. De esta forma los acontecimientos de “Capitán américa. El soldado de invierno” impactaron de una manera directa en la finale season de la primera temporada de “Agents of S.H.I.E.L.D.”, y en la segunda temporada de esta serie ya se ha anticipado la aparición de los kree y se ha narrado su enemistad con los asgardianos, al mismo tiempo que aparecen las primeras menciones a los Inhumanos y las nieblas terrígenas, que serán otro de los futuros proyectos de Marvel Studios para la gran pantalla. También Agente Carter es una consecuencia directa de “Capitán América. El primer vengador”, y actúa como puente entre ésta y “Agents of S.H.I.E.L.D.”, con cameo del padre de Tony Stark y aparición sorpresa de Armin Zola incluidos.

1er. desembarco televisivo de Marvel Studios

Lamentablemente los deseos de Marvel Studios de dotar de coherencia interna a su universo cinematográfico chocan de lleno con las intenciones comerciales de otros estudios. Y si bien con Sony Pictures se ha llegado a un acuerdo para que Spider-man pueda aparecer en un futuro en un film de los Vengadores (quizás “Captain America: Civil War”, quizás “Avenger: the Infinity War”), las conversaciones con Fox han tomado otros derroteros y éstos se han negado por completo a que la palabra mutante, de la que poseen los derechos de explotación cinematográfica, sea mencionada en los films de Marvel Studios. De esta forma en la inminente “Vengadores: la era de Ultron”, Mercurio y la Bruja Escarlata no serán mutantes sino ‘fenómenos’, y por supuesto no tendrán ningún parentesco con Magneto, su padre en el universo de los comics. Esta falta de entendimiento ha provocado un consabido cabreo en las oficinas de Marvel, que no dispuestos a darle promoción a las películas de Fox, han decidido reescribir (de nuevo) el origen de dichos personajes de manera que: a) ya no serán mutantes sino, probablemente, inhumanos; y b) ya no serán hijos de Magneto. Decisión estúpida y pueril que una vez más pone a prueba la paciencia de los lectores veteranos, hartos ya de que se juegue con la continuidad de manera tan caprichosa. Para más inri la Fox conservará su propia versión de Pietro (al que por razones de derechos no pueden llamar Mercurio, Quicksilver en su versión en inglés) y rehará a gusto el origen de los 4 Fantásticos, que dejarán de ser la primera familia del Universo Marvel para convertirse en un grupo de adolescentes desarraigados sin lazos de parentesco. Es más: el villano Marvel por antonomasia, el monarca de Latveria, el Doctor Muerte (Doctor Doom en inglés) pasará a ser una especie de hacker informático. Ver para creer.

Teaser poster de los 4F

Poco cuidado es el que ha puesto Fox en su franquicia mutante a la hora de dotarla de consistencia interna a lo largo que los diversos films que ha estrenado. Los continuos vaivenes temporales a los que se han sometido las diferentes películas de la franquicia han dado pie a algunas inconsistencias que chirrían bastante. Los 3 primeros films de los X-men se desarrollaban de forma lineal y estaban ambientados entre los años 2000 y 2006 aproximadamente (fechas de estrenos del primer y último film de la trilogía); al final de la saga Magneto perdía sus poderes y Xavier moría, aunque en la escena post-créditos se nos explicaba que había podido transferir su consciencia a otro cuerpo. El primer film de Lobezno, estrenado posteriormente en el año 2009 con el título “X-Men: Origenes. Lobezno”,se desarrolla cronológicamente antes que éstos; al final del mismo vemos a una Emma Frost adolescente y a un Patrick Steward que interpreta a un profesor Xavier al que han hecho un lifting digital y que no utiliza una silla de ruedas (¡error!), que recluta a un joven Cíclope. El siguiente film estrenado, “X-men: primera generación”, se sitúa en los años 70 y por lo tanto bastante antes de los acontecimientos narrados en “Lobezno”, y en él además de unos rejuvenecidos Xavier, Magneto y Mística (interpretados ahora por James McAvoy, Michael Fassbender y Jenifer Lawrence respectivamente) vemos a un adulta Emma Frost (¡error!), y a un adolescente Alex Summer que se supone es el hermano pequeño de Cíclope (¡error!); al final del film Xavier queda inválido, sin embargo en un flashback de “X-men. La decisión final” habíamos visto que Patrick Steward sale caminando (¡error!). Luego vendría “Lobezno. Inmortal”, cuya acción se desarrolla posteriormente a lo narrado en “X-Men. La decisión final”. Al final del film, también en una escena post-créditos, Lobezno se encuentra con Magneto, que ha recuperado sus poderes (¡error!), y con Xavier, que vuelve a estar vivo, en su cuerpo de siempre y confinado en silla de ruedas (¡error!). Para rizar el rizo “X-men. Dias del futuro pasado”, narra dos acciones en paralelo, un situada en un futuro más o menos cercano, posterior en todo caso a los acontecimientos explicados en las películas de X-Men, y otra línea temporal situada en los años 80; se supone que Kitty Pride solo atraviesa paredes, pero aquí ha desarrollado a convenciencia la habilidad psíquica de enviar la mente de alguien a su encarnación en el pasado (¡error!). “Días del futuro pasado” se cierra con una argucia argumental que no solo permite a Bryan Singer recuperar a los fallecidos Jean Grey y Scott Summers, sino de alguna manera justifica todos los devaneos argumentales entre las diferentes películas de la franquicia. La próxima será “X-Men: Apocalypse”, que estará situada en los años 90, y en la que asistiremos al reclutamiento de unos jóvenes Tormenta, Jean Grey o Cíclope, aun cuando este último ya fue reclutado por Xavier al final de “Lobezno”, film que en teoría se sitúa en un momento posterior (¡error!)

Pasado y futuro de los X-Men
¿Y qué pasa con DC? Pues de momento Warner no parece estar muy preocupada con el tema de la continuidad. Nada tiene que ver que Superman del “Smallville” televiso con el “Man of Steel” de Zack Snyder (y aquí yo añadiría: afortunadamente). Este último no guarda relación alguna con el Batman de Christopher Nolan, pese a compartir un mismo productor, y aunque Batman aparecerá en la secuela del film de Snyder, de título “Superman vs. Batman: Daw of Justice”, éste no guardará, aparentemente, relación con el personaje interpretado por Christian Bale en las películas de Nolan. De hecho el film de Snyder se pretende una anticipación a un futuro proyecto con la Liga de la Justicia, y en él veremos el debut de Wonder Woman o Aquaman entre otros personajes, aunque también se ha adelantado que de aparecer en un futuro Flash, no será Austin Grant, quién le da vida en la versión televisiva, el que lo encarne en dicho proyecto cinematográfico, lo cual nos hace pensar que tampoco guardará relación con “Arrow”, y que de aparecer Flecha Verde o Átomo en la formación, serán muy distintos de sus encarnaciones en la pantalla catódica.


Marvel, por su lado, ha planificado los estrenos de sus películas con sumo cuidado. Siendo conscientes de que inaugurar un film con un grupo de 6 miembros (los Vengadores), teniendo que hacer las consabidas presentaciones de todos ellos y narrando sus respectivos orígenes para hacerlos próximos a los espectadores, era una tarea poco menos que inabarcable, decidió de forma muy inteligente presentarlos individualmente, y así de paso ampliar más la franquicia cinematográfica y rentabilizarla convenientemente en taquilla. Así primero aterrizaron las versiones cinematográficas de Iron Man y Hulk, a las que siguieron las de Capitán América y Thor. Entre ambas se estrenó la secuela de Iron Man, que presentaba a  la Viuda Negra, y en el film de Thor vimos por primera vez a Ojo de Halcón. Ya tenemos grupo. Y con las consabidas presentaciones hechas, Josh Whedon pudo estrenar en el 2012 “Los Vengadores”, yendo directamente al grano, regalándonos 142 minutos de pura acción, humor y aventura a raudales. Además ni siquiera tuvo que esforzarse mucho para explicar las motivaciones del villano de turno, Loki, pues éste también había sido convenientemente presentado en el film de su hermanastro, Thor. Con “Los Vengadores” se cierra la Fase I de Marvel, dejándonos además una enigmática escena post-créditos en la que aparece Thanos, futuro villano para la franquicia.

Culminación de la Fase I de Marvel
Nos metemos, pues, de lleno con la Fase II. Segunda secuela de Iron Man con la aparición de Iron Patriot. Secuela de Thor con la aparición del ‘eter’, la 2ª gema del infinito (la primera sería el ‘teseracto’, vista en el primer film del Capitán América). Secuela de Capitán América con la aparición de su eterno compañero, el Halcón. Vamos ampliando el grupo para una futura nueva formación de los Vengadores. Después se estrena “Los guardianes de la galaxia”, en la que veremos una 3ª gema del infinito y de paso recuperamos la amenaza de Thanos, enlazando de esta manera la franquicia galáctica de Marvel con los Vengadores (recordemos también que la asgardiana Lady Sif entrego el ‘eter’ al Coleccionista, el cual jugará un papel importante en el film de los Guardianes. Y en breve veremos “Los Vengadores. La era de Ultrón", que ya se anuncia como el film más largo y ambicioso estrenado por Marvel Studios, 2 horas y 40 minutos de pura adrenalina para regocijo orgiástico de los fans.  A la formación ya vista en el primer film y las inevitables re-apariciones de Nick Fury y Maria Hill, habrá que sumarle por un lado las incorporaciones de Máquina de Guerra y el Halcón, y por otro el debut en la pantalla de Mercurio, la Bruja Escarlata y la Visión. Y por si alguien no tuviese suficiente también veremos a Loki, al Barón Von Strucker, a la agente Peggy Carter (se supone que en un flashback), a Heimdall y un rumoreado Klaw. Ahí es nada.

¡Vengadores reunios!
Con tanto personaje paseándose por pantalla (no olvidemos, por supuesto, el villano principal de la función: Ultrón), a uno le surge la duda de si Joss Whedon será capaz de manejar con habilidad un argumento tan ambicioso. Duda que podremos resolver en breve con el estreno del film el 31 de abril.

Por cierto, con “Los Vengadores. La era de Ultrón” concluye la Fase II de Marvel, pero casi de inmediato se dará el pistoletazo de salida a la Fase III con el estreno de “Ant-man”, o en la traducción patria: “El hombre hormiga”. Entonces veremos a Henry Pym, Hope Van Dyne, Scott Lang y Chaqueta Amarilla ejerciendo de villano. El universo Mavel sigue creciendo…

Así luce Paul Rudd el traje de Ant-man

(continuará…)

DE CABALLEROS Y PIRATAS


Qué duda cabe que para mucha gente de mi generación las series de animación japonesas (hoy comúnmente conocidas como animé) forman parte de nuestra educación sentimental.

Nadie que haya superado ya los 40 podrá negar que en su más tierna infancia estuvo enganchado a los primeros animé que se emitieron en las televisiones españolas: primero “Heidi”, que adaptaba la obra de la escritora suiza Johanna Spyri, y poco después “Marco. De los Apeninos”, basado en la novela “Corazón” de Edmondo de Amicis. Si primero sufrimos con la inquebrantable rigidez con la que la amargada Señorita Rottenmeier trataba de meter algo de sentido común en la cabecita alocada de Heidi, luego el largo viaje de Marco y su mono Amedio, desde su Italia natal hasta la Argentina donde emigró su pobre mamá nos mantuvo en vilo durante una buena temporada.


Ambas series pertenecen al género conocido como kodomo, básicamente un animé dirigido al público infantil y que intenta poner de relieve valores positivos como el compañerismo, la amistad o los lazos familiares. Ambas series fueron dirigidas por Isao Takahata, que inició su carrera en los estudios Toei Animatio, y también ambas contaron las primeras colaboraciones de otro monstruo sagrado de la animación japonesa: Hayao Miyazaki. Takahata y Miyazaki se independizarían más tarde para fundar los míticos Estudios Ghibli, para los cuales Takahata dirigió entre otras una obra maestra como “La tumba de las luciérnagas” (“Hotaru no haka”, 1988) o más recientemente “La historia de la princesa Kaguya” (“Kaguya Hime no monogatari”, 2014), recientemente nominada al Oscar a la mejor película de animación. La carrera de Miyazaki ha deslumbrado por su parte con obras maestras de la talla de “Mi vecino Totoro” (“Tonari no Totoro”, 1988), “La princesa Monoke” (“Mononoke Hime”, 1997), “El viaje de Chihiro” (“Sen to Chihiro no Kamikakushi”, 2001) o “El viento se levanta” (“Kaze Tachinu”, 2013) entre otras.

Marco se reune por fin con su madre

Sin embargo el espíritu reposado y costumbrista de series como “Heidi” o “Marco” daría paso después a otro tipo de producciones animadas, siendo la primera y más destacada en los años 70 “Mazinger Z”, primer animé de género mecha que llegaba a las pantallas españolas, genero cuyas tramas giraban esencialmente en torno al enfrentamiento entre robots gigantes (contrapuesto en cierta forma al kaiju, que versa sobre el enfrentamiento de monstruos gigantes al estilo del Godzilla creado por los estudios Tōhō a mediados de los 50). “Mazinger Z” es un manga creado por Gō Nagai y que ejerció una fuerte influencia en obras posteriores como “Robotech” o “Evangelion”. “Mazinger Z” estaba a su vez influenciado por el “Astroboy” (“Tetsuwan Atomu” en su versión japonesa) de Osamu Tekuza, manga editado en los años 60 y que serviría como modelo para algunos de los animé dirigidos por Rintaro, como el “Metrópolis” del año 2001.

¡Puños fuera!

“Mazinger Z” trata básicamente del clásico enfrentamiento del bien y el mal, y en la serie veríamos como el orgulloso (y machista) Koji Kabuto, pilotando un gigantesco robot de nombre Mazinger (pronúnciese Machinga) se enfrentaría al megalómano Doctor Infierno ayudado por la aguerrida (y también muy celosa) Sayaka Yumi, que a su vez pilotaba una versión robótica de nombre Afrodita A que dio pie a no pocos chistes durante nuestra infancia. El Doctor Infierno contaría a su vez con una legión de pintorescos aliados entre los que destacaban el ambiguo y siniestro Barón Ashler (Ashura en su versión japonesa) y el cruel Conde Broken.

Admitámoslo: “Mazinger Z” es una seria que ha envejecido muy mal, y su animación tosca y algo torpe, con fondos básicos y casi inexistentes, no resiste igual el paso del tiempo de la forma en como lo hacen otras series contemporáneas como las mencionadas “Heidi” o “Marco”. Aun así nadie de los que la siguieron (seguimos) durante finales de los 70 podrá negar que nos tenía completamente enganchados al televisor los sábados por la tarde después del telediario.

Los herederos naturales del espíritu aventurero de “Manzinger Z”, al menos en nuestros corazones infantiles, fueron el Comando G, nombre popular con el que se conocía entonces el animé “La batalla de los planetas”. Creado por la Tatsunoko Productions para la pequeña pantalla con el título original de “Gatchaman”,  las andanzas de Mark, Jason, Princesa, Tiny y Keyop, pilotando la astronave Phoenix para enfrentase la malvado Zoltar, vinieron a suplir nuestra sed infantil de aventuras animadas.

El Comando G vestido para la ocasión

La irrupción de las televisiones autonómicas primero, y las privadas después, ampliaría la oferta de series de animación en la pequeña pantalla, y los productos provenientes del país del sol naciente iban a tener una posición privilegiada en las franjas de horario infantil e iban a gozar en muchos casos de un éxito tan masivo como inesperado.

Los habitantes de la Villa del Pingüino

Por un lado tendríamos los productos del genial Akira Toriyama, que se haría famoso con la serie “Doctor Slump” y alcanzaría el estrellato con “Dragon Ball”. Ambas destacaban por una imaginación desbordante, un envidiable sentido del absurdo (con constantes guiños al público adulto), un humor a veces irreverente y un caótico sentido del ritmo. Tanto “Doctor Slump” como las primeras temporadas de “Dragon Ball” incorporaban elementos surrealistas en sus tramas que desafiaban toda lógica, cosa que hacía las delicias del público infantil como despertaban el interés del público más adulto. En la Vil·la del Pingüí, el sol habla, las cacas camina o los extraterrestres tiene el culo en la cabeza. Y así la irrepetible Arale Norimaki, creada por el tan torpe como (a ratos) lúbrico profesor Sembei Norimaki, se convertiría en un personaje favorito de muchas generaciones. La andanzas de Son Goku en “Dragon Ball” seguirían el mismo camino que las de Arale, sobretodo porque el inocente Goku era inicialmente más un personaje secundario que acompañaba a la sexy Bulma en su búsqueda de las Bolas de Dragón, y la prueba de ese humor absurdo y enloquecido que impregnaba las primeras temporadas la tenemos en el momento en que cuando consiguen reunir las 7 bolas que conceden cualquier deseo, Oolong, un cerdo parlanta para más señas, no se le ocurre otra cosa que pedir… unas braguitas. ¡Tronchante! Lamentablemente ese espíritu irreverente se perdería a medida que Son Goku iba creciendo y adquiriendo más protagonismo, pues la serie terminó por centrarse en los interminables y aburridos combates de artes marciales.

En busca de las 7 bolas de dragón

Y si interminables eran los combates en “Dragon Ball”, no menos largos eran los partidos de futbol de la serie “Oliver y Benji: Campeones”, obra de Yoichi Takahasi cuyo título original eran “Capitán Tsubasa”. La serié fue muy bien acogida por muchas asociaciones deportivas en nuestro país por considerar que fomentaban el deporte entre los más pequeños, pero también hay que decir a que podría contribuir a provocar ataques de nervios entre los infantes cuando hacían prolongar un tiro de penalti durante varios episodios. Admito que no soy futbolero… y aun así reconozco me mantuve fiel a la serie durante una larga temporada.

Celebrando la victoria

“Mazinger Z” y “La batalla de los planetas” perfilaban lo que sería el aterrizaje del género shonen en nuestras pantallas televisivas. El shonen son los animé y manga que van dirigidos esencialmente a un público adolescente masculino, y se caracteriza por contener grandes dosis de acción, en contraposición del género shōjo, enfocado a las chicas adolescentes y que pone más énfasis en las relaciones sentimentales por bien que pueden abarcar los temas más variados, desde el drama a la ciencia-ficción (algunos ejemplos serían “Candy Candy” de Kyōko Mizuki, “Sailor Moon” de Naoko Takeuchi o “Ranma ½” de Rumiko Takahashi). Sin lugar a dudas los dos shonen que más iban a marcar la adolescencia de muchos de mis compañeros generacionales fueron “Capitán Harlock” y “Los caballeros del Zodiaco”.
El capitán Harlock de la serie de TV
El capitán revisionado en clave CGI

“Capitán Harlock” es un manga creado por Leiji Matsumoto, y nos presenta a un pirata espacial que comanda una enorme nave interestelar, la Arcadia, en la cuyas computadoras sobrevive la conciencia del mejor amigo de Harlock, Tochiro, muerto prematuramente.  El Capitán Harlock es el héroe romántico por antonomasia, un idealista nacido en una época errónea y en una sociedad que no le comprende, por lo que elige estar fuera de la ley para llevar el estilo de vida que desea. Harlock y sus compañeros piratas del Arcadia defienden la libertad por encima de cualquier otra cosa, y al hacerlo se enfrentan a un mundo que adocenado por culpa de las comodidades de la vida futurista, ha perdido su criterio y su instinto de supervivencia. Muchos comenzamos a ver “Capitán Harlock” en nuestra primera adolescencia, cuando comenzábamos a ver el mundo con un espíritu más crítico y comenzábamos a cuestionar y revelarnos contra los puntos de vista de nuestros mayores. Así pues no era de extrañar que nos sintiésemos atraídos e incluso identificados con el espíritu contestatario e inconformista de Harlock, personaje que bebía a partes iguales del Corto Maltes de Hugo Pratt, del Luke Skywalker de “Star Wars” y de los piratas de “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson.

Los caballeros originales según Kurumada
Nuevas versiones digitales para el siglo XXI

La otra serie de la que sin lugar a dudas disfrutamos durante nuestra adolescencia fue “Los caballeros del Zodiado”, “Saint Seiya” en su título original, manga creado por Masami Kurumada que giraba en torno al clásico enfrentamiento del bien y del mal y que nos mantuvo enganchados al televisor durante las cruentas batallas libradas por Seiya (Pegaso), Shiryū (Dragón), Hyōga (Cisne), Shun (Andrómeda) e Ikki (Fénix) para proteger a Saori Kido, reencarnación de la diosa Atenea. La serie tuvo un más que considerable éxito en el público adolescente, lo que no evitó que recibiese numerosas críticas por parte de sectores más conservadores, acusándola de ejercer un mal ejemplo en el público infantil debido a sus elevadas dosis de violencia (algunos combates de la serie podían ser bastante sanguinarios) y a lo que algunos quisieron interpretar como incitación a la homosexualidad debido a la equivoca y ambigua postura de algunos de sus personajes. En cualquier caso yo, como muchos de mis compañeros de generación, no vimos sino dosis de acción a raudales y una imaginativa puesta al día de elementos procedentes de las mitología clásicas que tomaban prestados no pocos elementos procedentes del universo delos superhéroes americanos.

Recientemente han coincido en nuestras pantallas cinematográficos dos ‘puestas de largo’ de dos de estas series de animación de las que disfrutamos en nuestra infancia y adolescencia: “Capitán Harlock”, largometraje de animación digital dirigido por Shinji Aramaki, y “Los caballeros del Zodiaco. La leyenda del Santuario”, puesta al día también en clave digital dirigida por Keiichi Sato. Por ese motivo, antes de pasar a comentar estas versiones para la pantalla grande, he querido hacer un breve repaso de algunas de las series de animación que me marcaron durante mi infancia. He querido rememorar lo que me hicieron sentir en su dia antes de analizar con sentido crítico la reacción que me han provocado estas nuevas versiones en clave digital. La conclusión en ambos casos es la misma: algo se ha perdido por el camino y ese algo es el ENCANTO.

Ambas películas comparten una incondicional sumisión a las nuevas tecnologías digitales, de ahí que tanto la animación como el diseño de personajes y decorados luzca de manera realmente espectacular. También es de agradecer que, en la medida de lo posible, se haya tratado de mantener la imaginería y el aspecto de la serie original. Así pues en "Capitán Harlock", pese a la animación fotorealista, son facilmente reconocibles los personajes del marga original, e incluso se ha tratado de respectar ciertos convencionalismos del mismo, como las figuras estilizadas de algunos personajes (Harlock, Mime, Kei Yuki...), cuyas proporciones anatómicas no son 100% realistas. Algo similar se ha hecho con "Los caballeros del Zodiaco", aunque quizás aquí la dependencia del manga original no es tan evidente. Personalmente creo que en el aspecto puramente técnico, la versión digital de Harlock está más lograda que la de los caballeros, pues en esta última el abuso de determinados efectos infográficos acaba dando la sensación de que estamos contemplando más un videojuego de última generación que no un film de animación.

Pero si en el aspecto técnico podríamos decir que ambas películas superan con creces el aprobado, en el terreno argumental y narrativo es donde vamos a encontrar sus mayores carencias. En concreto "Capitán Harlock" adolece de un montaje un tanto confuso, donde a veces los personajes pasan de una situación a otra sin apenas transición (véase por ejemplo el inexplicado viaje de Yama a la Tierra tras enterarse del destino de su amada, o sus constantes y caprichosos cambios de bando). Al margen de esto la película se desmarca de su predecesora en la pequeña pantalla en un par de aspectos, que a mi parecer acaban perjudicándola. Por un lado el film está impregnado de un pseudo-misticismo new age que acaba resultando pretencioso en algunos momentos; por otro trata de ofrecernos una visión más oscura del protagonista, alejándolo del halo romántico de la versión animada y limitando de paso cualquier empatía por parte del espectador. Si el Harlock de la serie televisiva era un héroe clásico que luchaba en pos de la libertad, esta nueva versión es un personaje ambiguo, una especie de avatar de la destrucción que solo busca expiar sus pecados. La serie animada original además gozaba de un elenco de personajes secundarios que en este film quedan reducidos a la mínima expresión, haciendo que sean Harlock y Yama los únicos que cargan con el peso de la historia.

El film, pese a todo, se deja ver, pero más por la espectacularidad del trabajo de animación que no por la historia en si misma, que en algún momento llega a provocar algún bostezo involuntario.

La tripulación del nuevo Arcadia
En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? La animación, especialmente en las secuencias de batallas espaciales. ¿Lo peor? Que en su trasvase a la gran pantalla se haya perdido el espíritu romántico y aventurero presnte en la obra original.

¿Y qué decir de "Los caballeros del Zodiaco. La leyenda del Santurario"? Buena parte de mis comentarios del film sobre el Capitán Harlock podrían aplicarse a esta película de Shinji Aramaki. En algunos aspectos la animación, por espectacular que resulte, está si cabe menos cuidada y tiene un inéquivoco aire de videojuego, y más cuando la trama de la saga original de los caballeros queda simplificada al máximo y reducida a una mera sucesión de combates espectaculares. Los largos (a veces extenuantes) combates de artes marciales ya estaban presentes en el animé original, pero en este film se han dulcificado hasta el punto de evitar mostrar sangre o escenas de tortura. Seguramente muchos recordarán el a veces excesivo sadismo con que se mostraban algunas luchas en la serie de televisión. Como comentaba más arriba, pese a la profusión de personajes, el argumento de "Los Caballeros del Zodiaco" no puede ser más simple y todo se reduce al clásico enfrentamiento entre el bien y el mal. No vamos a encontrar mucho más en esta versión para la gran pantalla, salvo un ritmo un poco más atropellado (inevitable fruto de comprimir los 73 episodios de la serie original en un largometraje de aproximadamente 2 horas), un retrato superficial de la práctica totalidad de sus personajes (más matizados en el manga y la serie originales), y la inclusión de elementos humoristicos más bien infantiles.

Nuevos diseños para los caballeros de oro

En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? El ritmo endiablado de algunas de las escenas de combates. ¿Lo peor? La simpleza de la trama y la excesiva sumisión al CGI a lo largo de todo el metraje.

Poster del film