domingo, 1 de diciembre de 2013

¿UNA "MIERDA" DE PELÍCULA?



Posiblemente os hayan preguntado alguna vez qué tipo de cine os gusta. A mí me han hecho esa pregunta muchas veces y mi respuesta suele depender del día y de mi estado de ánimo. Tengo que admitir que me gusta bastante el cine fantástico, y la mayoría de películas cuyo visionado puedo repetir una, dos o más veces suelen pertenecer a ese género. También siento debilidad por el cine negro y el thriller (cuanto más oscuro y sórdido, mejor), pero si lo pienso detenidamente entre mis películas favoritas de todos los tiempos hay cine negro, comedia, drama, western, musical… También hay cine comercial, americano, europeo, independiente, asiático… Algunas de mis películas favoritas tienen pocos años de antigüedad, otras son de los años 80, los 70, los 60 o anteriores. Así pues podría decir que no me importa tanto el género, la década, el budget o la nacionalidad del film, y lo que realmente me gusta es el BUEN cine. Pero al margen de que la calificación de ‘buen cine’ es enteramente subjetiva, todos, yo desde luego, tenemos nuestros ‘pecados culpables’, y tengo que admitir que también hay películas ‘malillas’ que me divierte mucho ver (No, no voy a decir cuales; una cosa es que confiese que tengo ciertos pecadillos, otra muy distinta es que admita abiertamente algo que algún alma poco escrupulosa pueda utilizar en mi contra). ¿Y dónde me lleva todo esto? Pues a pensar que todo film tiene su momento y su estado de ánimo, y que dependiendo del día lo mismo puedo disfrutar viendo “8 y medio” que “En busca del arca perdida”, o que me aportan tanto “La cinta blanca” como “El señor de los anillos”. ¿Es “Rashomon” mejor película que “Blancanieves y los siete enanitos”? ¿El cine de Tarkovsky o Ken Loach es superior al de Steven Spielberg? Desde mi punto de vista: un rotundo NO. “Star Wars” y “Rocco y sus hermanos” son ambas cintas extraordinarias, maravillosas; “Vértigo” me parece tan magistral como “El guateque” o “El gigante de hierro”; “Alien. El 8º pasajero” es una cinta a la altura de “Viridiana” o “Nosferatu”. Hay veces que tengo ganas de una película con mensaje, profunda, que me haga reflexionar; otras veces tan solo busco un tipo de cine más ligero, que me entretenga. Hay días que lo que quiero es que un film me emocione, me haga llorar; otras veces espero que me haga reír, y a veces incluso deseo que me lo haga pasar mal/bien (que es lo que uno busca por lo general en una peli de  miedo). ¿Por qué tenemos que emplear los mismos criterios para valorar “Regreso al futuro”, “Intendente Sansho”, “Querelle” o “Pulp Fiction”, cuando por género, temática, estilo y época son películas tan diferentes? ¿Por qué un drama tiene que ser mejor cine que un musical o un western ser superior a una película de terror o el cine independiente tener mejor consideración que el cine comercial? En mi caso creo que puedo presumir de una gran amplitud de miras a la hora de decidir qué tipo de cine voy a ver, y esa misma amplitud de miras la aplico a la hora de valorar las películas que veo, lo que me permite disfrutar de géneros y películas muy diferentes entre sí. Para mí eso supone una grandísima ventaja, ya que con frecuencia extraigo aspectos positivos de la mayor parte del cine que veo (y trato de ver mucho y lo más variado posible). Así pues la conclusión es que, en el fondo, me gusta el cine. Punto.

Quizás por todo ello suelo ser bastante benévolo con la mayoría de las películas que veo. No todas, evidentemente, ya que hay algunas que me aburren, me incomodan o simplemente detesto, de igual modo que también soy capaz de encontrar virtudes no tan obvias en films menospreciados por una amplia mayoría. También hay veces que encuentro sobrevaloradas otras películas comúnmente apreciadas por otro tipo de mayorías.  A fin de cuentas la forma en cómo cada uno aprecia o disfruta de una película es algo muy personal. Pero me guste o no me guste un film intento no perder nunca de vista el hecho de que detrás de cada película, sea buena o mala (según el criterio de cada uno), está el trabajo de muchos profesionales. Por ese motivo me irrita sobremanera cuando a veces escucho o leo comentarios del tipo “esa peli es una mierda”. Una película te puede gustar o no, pero arguméntamelo, dime porqué, dime que encuentras de bueno o malo en ella, qué te gusta y qué te deja de gustar y porqué. Decir que “una peli es una mierda” es un argumento grosero, simplista y pueril. Antes decía que soy capaz de encontrar virtudes en films insospechados. ¿Un ejemplo? La saga “Crepúsculo”. ¿Voy a defender “Crepúsculo???? Sí, voy a hacerlo. No porque crea que se trata de una gran película, si siquiera una buena película, pero sí porque creo que no carece de virtudes. El cine, en mi opinión, es un arte global en el que participan muchas disciplinas: interpretación, escritura, música, diseño… Un film alcanza cotas de excelencia cuando todas las partes que lo componen funcionan por separado y al mismo tiempo se integran de forma perfecta. Un film puede ser igualmente excelente cuando alguna de esas partes chirría en el conjunto pero los pilares esenciales de su constitución (digamos que son el guión, la dirección y la interpretación) se mantienen firmes. Pero incluso cuando esos pilares fallan, es posible encontrar que otros (la música, la fotografía, la dirección artística, el diseño de vestuario…) no carecen de atractivo e incluso pueden contribuir a suplir en parte las carencias de un film. La saga “Crepúsculo” basada en los libros de Stephenie Myer puede ser tachada de cursi, banal y moralmente retrógrada, pero hay aspectos de la misma que son harto meritorios si los observamos de forma aislada: tanto David Slade (director del capítulo “Eclipse”) como Bill Condon (“Amanecer” partes 1 y 2) me parecen directores competentes que cumplen bastante bien en la saga; tanto la fotografía de Javier Aguirresarobe como la de Guillermo Navarro me parecen trabajos espléndidos; las partituras de Alexandre Desplat y Howard Shore para los capítulos 2 y 3 son maravillosas; Michael Sheen, que interpreta al líder de los Vulturi en la saga, es un pedazo de actor que se nota que disfruta con su interpretación de villano… En cuanto a Kristen Steward… eso ya me parece totalmente indefendible (lo siento: no soporto sus mohines). Muchos espectadores se sintieron profundamente decepcionados cuando no  tremendamente indignados por el film, y su principal argumento era “¿Dónde se ha visto un vampiro que no bebe sangre y reluce cuando le da la luz de sol???” Con toda seguridad esos espectadores no se informaron del tipo de película que iban a ver. No nos engañemos: la saga “Crepúsculo” cumple con creces su cometido, y no podemos dejar de observar que la película, al igual que la novela, va dirigida a un público muy concreto: básicamente adolescente y esencialmente femenino. Así que si te sientes indignado ante un film como “Crepúsculo” es posiblemente porque no formas parte de ese sector de la población al que va dirigido. ¿Por qué siempre tenemos que presentar personajes arquetípicos, como son en este caso los vampiros, desde un mismo prisma, y no tratar de buscar enfoques completamente diferentes? Precisamente por ello deberíamos valorar el esfuerzo de presentar una premisa diferente como la que nos ofrece una película como “Crepúsculo”. Y con todo esto no pretendo decir que “Crepúsculo” sea un buen film. A mí no me lo parece. Me parece simplista y ñoño y encuentro irritante ese retrógrado mensaje subliminal que encierra el film y que pretende convencernos de que hay que mantenerse casto hasta el matrimonio. Pero, ¿”una mierda de film”? Una mierda es que un ministro nos grave la cultura con un impuesto draconiano; una mierda es que un ministro de economía, en un alarde de cinismo insultante, pretenda argumentar que la gente no va a ver más cine debido a la calidad de las películas. Eso sí es una mierda y no “Crepúsculo”, que en el fondo no deja de ser una de esas películas ‘malillas’ que uno es capaz de disfrutar si tiene un buen día y una mentalidad suficientemente abierta.

¿Y a qué viene toda esta diatriba?, os preguntaréis. Pues a que acabo de ver “Los juegos del hambre. En llamas” y a que hace unos días leía un comentario de un blogger en Internet que la calificaba como “la peli más mierda del año”. De la persona que hacía dicho comentario solo puedo decir que: a) no sabe de cine; b) ha visto muy poco cine… este año y en toda su vida; y c) carece de inteligencia y perspicacia suficiente para elaborar un comentario bien argumentado. Para gustos, colores, de acuerdo. Te puede parecer que “Los juegos del hambre” es una mala película. Yo puedo compartir tu opinión o no, pero la respetare… siempre que me la argumentes. Comentarios que incluyen calificativos como ‘mierda’, ‘basura’ y similares me parecen despectivos, cerriles, infantiles y faltos de criterio. 

Al margen de todo esto: ¿Qué me ha parecido el film? Me ha gustado. No me parece una gran película, ni mucho menos, pero la encuentro entretenida y no carece de virtudes. Creo que es un film correcto como también lo era la primera entrega de la saga. La dirección de Francis Lawrence, sin ser en modo alguno imaginativa, me parece solvente; el extravagante diseño de vestuario es francamente vistoso; el trabajo actoral es correcto en líneas generales: Jennifer Lawrence me parece una buena actriz y se nota que cree en su papel, Woody Harrelson cumple con creces, Donald Sutherland aporta prestancia y dignidad a su rol de villano y Stanley Tucci y Elisabeth Banks están allí para pasárselo bien… quizás Phillip Seymour Hoffman, grandísimo actor cuando se aplica, ande algo despistado metido en un papel un tanto desdibujado. La saga de “Juegos del hambre” parte de una premisa que no carece de puntos de interés, pese a que el tipo de futuro distópico que nos muestra, en el que una clase social rica y privilegiada somete y abusa de las clases inferiores menos favorecidas, ya lo hemos visto bajo diferentes aspectos en otras películas (sin ir más lejos en “Elysium”, también estrenada recientemente). La originalidad del argumento aquí radica en la actualización del clásico panem et circenses que imperaba durante el esplendor el imperio romano. Lamentablemente el film prefiere no profundizar tanto en las análisis sociopolítico de la sociedad futura que nos muestra y optar por un enfoque más teen, y por lo tanto más comercial, en el que lo que importa es el desarrollo sentimental de los protagonistas. La primera parte del film, que presenta las consecuencias de la victoria pírrica de Katniss y Peeta en el primer film y muestra el reconocimiento de la primera como símbolo revolucionario, es la más novedosa e interesante. La lástima es que, como comentaba, se insista más en el melodrama que en el retrato social. La segunda parte, por el contrario, repite el mismo esquema del film precedente al centrarse en los consabidos ‘juegos del hambre’ y por lo tanto en las escenas de acción, que de nuevo pierden algo de fuelle cuando se salpican de apuntes románticos. Pese a todo “En llamas” acaba por resultar un film tan entretenido como inocuo y se cierra con un final abierto que presagia la que será la tercera parte de la saga, dividida, como viene siendo moda últimamente, en dos partes… por aquello de aprovechar su tirón comercial.

En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? Sus actores, destacando una convincente Jennifer Lawrence y un imponente Donald Sutherland. ¿Lo peor? El enfoque excesivamente teen del film, que malogra muchas de las posibilidades del argumento.

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