Posiblemente os hayan preguntado alguna vez qué tipo de cine
os gusta. A mí me han hecho esa pregunta muchas veces y mi respuesta suele
depender del día y de mi estado de ánimo. Tengo que admitir que me gusta bastante
el cine fantástico, y la mayoría de películas cuyo visionado puedo repetir una,
dos o más veces suelen pertenecer a ese género. También siento debilidad por el
cine negro y el thriller (cuanto más oscuro y sórdido, mejor), pero si lo
pienso detenidamente entre mis películas favoritas de todos los tiempos hay
cine negro, comedia, drama, western, musical… También hay cine comercial,
americano, europeo, independiente, asiático… Algunas de mis películas favoritas
tienen pocos años de antigüedad, otras son de los años 80, los 70, los 60 o
anteriores. Así pues podría decir que no me importa tanto el género, la década,
el budget o la nacionalidad del film, y lo que realmente me gusta es el BUEN
cine. Pero al margen de que la calificación de ‘buen cine’ es enteramente subjetiva,
todos, yo desde luego, tenemos nuestros ‘pecados culpables’, y tengo que
admitir que también hay películas ‘malillas’ que me divierte mucho ver (No, no
voy a decir cuales; una cosa es que confiese que tengo ciertos pecadillos, otra
muy distinta es que admita abiertamente algo que algún alma poco escrupulosa
pueda utilizar en mi contra). ¿Y dónde me lleva todo esto? Pues a pensar que
todo film tiene su momento y su estado de ánimo, y que dependiendo del día lo mismo
puedo disfrutar viendo “8 y medio” que “En busca del arca perdida”, o que me
aportan tanto “La cinta blanca” como “El señor de los anillos”. ¿Es “Rashomon”
mejor película que “Blancanieves y los siete enanitos”? ¿El cine de Tarkovsky o
Ken Loach es superior al de Steven Spielberg? Desde mi punto de vista: un
rotundo NO. “Star Wars” y “Rocco y sus hermanos” son ambas cintas
extraordinarias, maravillosas; “Vértigo” me parece tan magistral como “El guateque”
o “El gigante de hierro”; “Alien. El 8º pasajero” es una cinta a la altura de “Viridiana”
o “Nosferatu”. Hay veces que tengo ganas de una película con mensaje, profunda,
que me haga reflexionar; otras veces tan solo busco un tipo de cine más ligero,
que me entretenga. Hay días que lo que quiero es que un film me emocione, me
haga llorar; otras veces espero que me haga reír, y a veces incluso deseo que me
lo haga pasar mal/bien (que es lo que uno busca por lo general en una peli
de miedo). ¿Por qué tenemos que emplear
los mismos criterios para valorar “Regreso al futuro”, “Intendente Sansho”, “Querelle”
o “Pulp Fiction”, cuando por género, temática, estilo y época son películas tan
diferentes? ¿Por qué un drama tiene que ser mejor cine que un musical o un
western ser superior a una película de terror o el cine independiente tener
mejor consideración que el cine comercial? En mi caso creo que puedo presumir
de una gran amplitud de miras a la hora de decidir qué tipo de cine voy a ver,
y esa misma amplitud de miras la aplico a la hora de valorar las películas que
veo, lo que me permite disfrutar de géneros y películas muy diferentes entre
sí. Para mí eso supone una grandísima ventaja, ya que con frecuencia extraigo
aspectos positivos de la mayor parte del cine que veo (y trato de ver mucho y
lo más variado posible). Así pues la conclusión es que, en el fondo, me gusta
el cine. Punto.
Quizás por todo ello suelo ser bastante benévolo con la
mayoría de las películas que veo. No todas, evidentemente, ya que hay algunas
que me aburren, me incomodan o simplemente detesto, de igual modo que también
soy capaz de encontrar virtudes no tan obvias en films menospreciados por una
amplia mayoría. También hay veces que encuentro sobrevaloradas otras películas
comúnmente apreciadas por otro tipo de mayorías. A fin de cuentas la forma en cómo cada uno
aprecia o disfruta de una película es algo muy personal. Pero me guste o no me
guste un film intento no perder nunca de vista el hecho de que detrás de cada
película, sea buena o mala (según el criterio de cada uno), está el trabajo de
muchos profesionales. Por ese motivo me irrita sobremanera cuando a veces escucho
o leo comentarios del tipo “esa peli es una mierda”. Una película te puede
gustar o no, pero arguméntamelo, dime porqué, dime que encuentras de bueno o
malo en ella, qué te gusta y qué te deja de gustar y porqué. Decir que “una
peli es una mierda” es un argumento grosero, simplista y pueril. Antes decía
que soy capaz de encontrar virtudes en films insospechados. ¿Un ejemplo? La
saga “Crepúsculo”. ¿Voy a defender “Crepúsculo???? Sí, voy a hacerlo. No porque
crea que se trata de una gran película, si siquiera una buena película, pero sí
porque creo que no carece de virtudes. El cine, en mi opinión, es un arte
global en el que participan muchas disciplinas: interpretación, escritura,
música, diseño… Un film alcanza cotas de excelencia cuando todas las partes que
lo componen funcionan por separado y al mismo tiempo se integran de forma
perfecta. Un film puede ser igualmente excelente cuando alguna de esas partes
chirría en el conjunto pero los pilares esenciales de su constitución (digamos
que son el guión, la dirección y la interpretación) se mantienen firmes. Pero
incluso cuando esos pilares fallan, es posible encontrar que otros (la música,
la fotografía, la dirección artística, el diseño de vestuario…) no carecen de
atractivo e incluso pueden contribuir a suplir en parte las carencias de un
film. La saga “Crepúsculo” basada en los libros de Stephenie Myer puede ser
tachada de cursi, banal y moralmente retrógrada, pero hay aspectos de la misma
que son harto meritorios si los observamos de forma aislada: tanto David Slade (director
del capítulo “Eclipse”) como Bill Condon (“Amanecer” partes 1 y 2) me parecen
directores competentes que cumplen bastante bien en la saga; tanto la
fotografía de Javier Aguirresarobe como la de Guillermo Navarro me parecen
trabajos espléndidos; las partituras de Alexandre Desplat y Howard Shore para
los capítulos 2 y 3 son maravillosas; Michael Sheen, que interpreta al líder de
los Vulturi en la saga, es un pedazo de actor que se nota que disfruta con su
interpretación de villano… En cuanto a Kristen Steward… eso ya me parece
totalmente indefendible (lo siento: no soporto sus mohines). Muchos
espectadores se sintieron profundamente decepcionados cuando no tremendamente indignados por el film, y su
principal argumento era “¿Dónde se ha visto un vampiro que no bebe sangre y reluce
cuando le da la luz de sol???” Con toda seguridad esos espectadores no se
informaron del tipo de película que iban a ver. No nos engañemos: la saga “Crepúsculo”
cumple con creces su cometido, y no podemos dejar de observar que la película,
al igual que la novela, va dirigida a un público muy concreto: básicamente
adolescente y esencialmente femenino. Así que si te sientes indignado ante un
film como “Crepúsculo” es posiblemente porque no formas parte de ese sector de
la población al que va dirigido. ¿Por qué siempre tenemos que presentar
personajes arquetípicos, como son en este caso los vampiros, desde un mismo
prisma, y no tratar de buscar enfoques completamente diferentes? Precisamente por
ello deberíamos valorar el esfuerzo de presentar una premisa diferente como la
que nos ofrece una película como “Crepúsculo”. Y con todo esto no pretendo
decir que “Crepúsculo” sea un buen film. A mí no me lo parece. Me parece
simplista y ñoño y encuentro irritante ese retrógrado mensaje subliminal que
encierra el film y que pretende convencernos de que hay que mantenerse casto
hasta el matrimonio. Pero, ¿”una mierda de film”? Una mierda es que un ministro
nos grave la cultura con un impuesto draconiano; una mierda es que un ministro
de economía, en un alarde de cinismo insultante, pretenda argumentar que la
gente no va a ver más cine debido a la calidad de las películas. Eso sí es una
mierda y no “Crepúsculo”, que en el fondo no deja de ser una de esas películas ‘malillas’
que uno es capaz de disfrutar si tiene un buen día y una mentalidad
suficientemente abierta.
¿Y a qué viene toda esta diatriba?, os preguntaréis. Pues a
que acabo de ver “Los juegos del hambre. En llamas” y a que hace unos días leía
un comentario de un blogger en Internet que la calificaba como “la peli más
mierda del año”. De la persona que hacía dicho comentario solo puedo decir que:
a) no sabe de cine; b) ha visto muy poco cine… este año y en toda su vida; y c)
carece de inteligencia y perspicacia suficiente para elaborar un comentario
bien argumentado. Para gustos, colores, de acuerdo. Te puede parecer que “Los
juegos del hambre” es una mala película. Yo puedo compartir tu opinión o no,
pero la respetare… siempre que me la argumentes. Comentarios que incluyen calificativos
como ‘mierda’, ‘basura’ y similares me parecen despectivos, cerriles,
infantiles y faltos de criterio.
Al margen de todo esto: ¿Qué me ha parecido el film? Me ha
gustado. No me parece una gran película, ni mucho menos, pero la encuentro
entretenida y no carece de virtudes. Creo que es un film correcto como también
lo era la primera entrega de la saga. La dirección de Francis Lawrence, sin ser
en modo alguno imaginativa, me parece solvente; el extravagante diseño de
vestuario es francamente vistoso; el trabajo actoral es correcto en líneas
generales: Jennifer Lawrence me parece una buena actriz y se nota que cree en
su papel, Woody Harrelson cumple con creces, Donald Sutherland aporta
prestancia y dignidad a su rol de villano y Stanley Tucci y Elisabeth Banks están
allí para pasárselo bien… quizás Phillip Seymour Hoffman, grandísimo actor
cuando se aplica, ande algo despistado metido en un papel un tanto desdibujado.
La saga de “Juegos del hambre” parte de una premisa que no carece de puntos de
interés, pese a que el tipo de futuro distópico que nos muestra, en el que una
clase social rica y privilegiada somete y abusa de las clases inferiores menos
favorecidas, ya lo hemos visto bajo diferentes aspectos en otras películas (sin
ir más lejos en “Elysium”, también estrenada recientemente). La originalidad
del argumento aquí radica en la actualización del clásico panem et circenses que imperaba durante el esplendor el imperio
romano. Lamentablemente el film prefiere no profundizar tanto en las análisis
sociopolítico de la sociedad futura que nos muestra y optar por un enfoque más teen, y por lo tanto más comercial, en
el que lo que importa es el desarrollo sentimental de los protagonistas. La
primera parte del film, que presenta las consecuencias de la victoria pírrica
de Katniss y Peeta en el primer film y muestra el reconocimiento de la primera
como símbolo revolucionario, es la más novedosa e interesante. La lástima es
que, como comentaba, se insista más en el melodrama que en el retrato social.
La segunda parte, por el contrario, repite el mismo esquema del film precedente
al centrarse en los consabidos ‘juegos del hambre’ y por lo tanto en las
escenas de acción, que de nuevo pierden algo de fuelle cuando se salpican de apuntes
románticos. Pese a todo “En llamas” acaba por resultar un film tan entretenido
como inocuo y se cierra con un final abierto que presagia la que será la
tercera parte de la saga, dividida, como viene siendo moda últimamente, en dos
partes… por aquello de aprovechar su tirón comercial.
En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? Sus actores, destacando una
convincente Jennifer Lawrence y un imponente Donald Sutherland. ¿Lo peor? El
enfoque excesivamente teen del film,
que malogra muchas de las posibilidades del argumento.

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