miércoles, 3 de septiembre de 2014

EN UNA GALAXIA NO TAN LEJANA...


Resulta curioso comparar la forma en cómo los universos ficticios de Marvel y DC han sido adaptados a la gran pantalla. Y de igual manera resulta interesante comparar como las diferentes franquicias Marvel, todas ellas en manos de diferentes estudios, han encontrando su traslación en forma de largometrajes.

Mientras que las adaptaciones de los cómics Marvel han tratado de acercarse de la manera más fiel posible al espíritu de los comics, las más recientes de la 'distinguida competencia' han optado por un enfoque ligeramente distinto, desmarcándose de manera más o menos obvia del cómic original y enfocándolo desde un punto de vista más realista, o todo lo realista que uno podría esperar de un producto que a fin de cuentas se adscribe al género fantástico. Obviemos el "Batman" de Tim Burton, la triología del hombre murcielago dirigida por Christopher Nolan reescribía el origen del personaje y de sus adversarios limando los aspectos más inverosímiles o rocambolescos, jugando un poco al 'cómo sería Batman si existiese en realidad'. En el universo de Nolan si Ras A'Gul 'sobrevive' a la muerte no es sumergiéndose en un pozo en energía mística, mientras que si un tipo se cae en una cubeta de ácido lo más probable es que muera, no que su pelo se torne verde y su piel blanca.

El "Man of Steel" de Zack Snyder, producido, no lo olvidemos, también por Nolan, aún manteniendo (era inevitable) el origen alienígena del personaje, optaba por un enfoque más crudo, menos naive y más realista, lo cual lleva al protagonista a comenter actos impensables por su homónimo de la página impresa (recordemos la polémica que levantó el hecho de que en el film Superman le rompiese el cuello a Zod). En esta ocasión no valen los deux ex machina o la soluciones ingeniosas: ¿que haría Superman ante la tesitura de matar a un villano que amenaza la vida de inocentes? "Man of steel" trata precisamente de dar respuesta a esa pregunta situándola en un contexto lo más realista y actual posible; la ingenuidad propia de los años 30-40 en que fué creado el personaje no ha lugar en un momento actual donde la crisis económica, los conflictos armados o el terrorismo internacional parece formar parte, tristemente, de nuestro día a día.

Incluso la versión televisiva de "Arrow" trata de mantener un cierto grado de verosimilitud. Pero las adaptaciones de los personajes marvelianos, en su mayoría, se desmarcan de esa tendencia pseudo-realista, cuando no oscurantista, de representar los personajes superheroicos. Al contrario, hacen gala de un tono más lúdico y festivo, obviando cualquier posible referencia a las neuras pseudo-existenciales de sus personajes y prefiriendo jugar la baza del humor, la aventura y el sentido del espectáculo. Pero también es cierto que las diferentes franquícias marvelitas han recibido un tratamiento ligeramente diferente en pantalla, fruto en gran medida del hecho de estar promovidas por estudios cinematográficos diferentes. Así pués Sony Pictures se ha hecho cargo de Spider-man y sus allegados, mientras que la Fox ha hecho lo propio con la franquicia mutante de los X-Men, reservándose Marvel Studios los personajes vinculados a la franquícia de los Vengadores, léase Thor, Capitan América, Hulk o Iron-man... de momento... y para desespero de la propia Marvel, a quién le gustaría recuperar el control de todos sus personajes y acogerlos todos bajo un único sello cinematográfico: el suyo.

Una vez Sam Raimi se desentendió de la saga arácnida, tras dos primeras entregas excelentes y una tercera que no gustó demasiado ni a fans ni a la crítica ni al propio director que no tuvo el control deseado sobre el producto final, ésta paso a manos del insulso Marc Webb, que da la impresión de no saber muy bién qué cáminos debería tomar el discurrir de la franquícia. Más claro parece tenerlo Bryan Singer, que desde un principio, cuando se hizo cargo de los X-Men, tuvo claro que quería darle un enfoque más dramático y utilizar a los mutantes como metáfora sociopolítica de las minorias sociales perseguidas a los largo de la historia (nada realmente original si tenemos en cuenta que esa idea subyacía ya en los cómics escritos por Stan Lee). Su útima entrega (de nuevo obviemos la entrega perpetrada por el inútil de Brett Ratner), vuelve a incidir de nuevo en ese punto de vista más serio, más oscuro, decididamente apocalíptico.

Pero Marvel Studios, la división cinematográfica de Marvel, propiedad a su vez de la Disney Company, desde el inicio tuvo muy claro que lo que quería era ofrecer al público un espectáculo para todos los públicos: colorista, divertido, entretenido y dinámico. Y está claro que con más o menos aciertos en cuanto al resultado final de los films estrenados hasta la fecha, cada una de las entregas de Capitán América, Thor, Hulk e Iron-man, han seguido esa premisa para desembocar en un producto compilador que es puro sense of wonder: "Los Vengadores" de Josh Wedon.

Pero el rasgo que más diferencia las películas producidas directamente por Marvel Studios de las de sus competidoras como Fox o Sony, es que en Marvel Studios siempre se ha buscado crear a través de ellas un universo cohesionado, a la manera de los propios comics Marvel, en lo que todos los personajes se relacionan unos con otros. De ahí que Nick Fury aparezca en las escenas post-créditos de Iron-man o el Capitan América para reclutarlos para la 'iniciativa Vengadores', o que en la escena final de "Iron-man 2" asistamos al descubrimiento del Mjolnir (el martillo de Thor), o que al final de "Thor. El mundo oscuro" veamos como Lady Sif y Volstag entregan el eter a El Colecionista, anticipando así uno de los personajes que aparecerán en "Los guardianes de la galaxia". Incluso la serie "Agents of S.H.I.E.L.D" se ve directamente afectada en su primera temporada por los hechos narrados en "Capitán América. El soldado de invierno", que provocan la caída y desmantelamiento de la agencia de espionaje.

Esa intención de crear un universo cohesionado se ve en buena medida truncada por el hecho de que Marvel no controla actualmente los derechos cinematográficos de todos sus personajes, lo que da como resultado situaciones absurdas (desde un punto de vista de 'continuidad cinematográfica') como el hecho de que Quicksilver sea interpretado por dos actores distintos en "X-Men. Dias del futuro pasado" o la próxima "Vengadores. La era de Ultrón", hasta tal punto que en "X-Men" no se menciona el nombre real de Mercurio, mientras que en "Age of Ultron" no solo podrán referirse únicamente a él por su nombre de calle (Pietro), sino que tienen terminantemente prohíbido mancionar que son mutantes o que están emparentados de modo alguno con Magneto. Ridículo, ¿no?

En cualquier caso es clara la apuesta de Marvel  Studios por potenciar el humor y la acción desenfrenada en sus producciones, algo que contrasta con el reciente anuncio de la Warner de eliminar cualquier atisbo cómico o humorístico en sus películas, siguiendo pues la estela dejada por el Batman de Nolan o el Superman de Snyder y marcando de paso distancias con su competencia. Falta por ver si Warner tratará (y logrará) crear el tipo de coherencia interna que espera cualquier aficionado a los comics, aunque algo de eso sí hay desde el momento en que Arrow hace un cameo en la nueva serie dedicada a “Flash” o que el próximo film de Snyder  reúna a Batman y Superman y de paso se den un paseo por el mismo personajes del peso de Wonder Woman… entre otros que han sido rumoreados.

Al menos de momento es Marvel la que parece tener ganada la batalla por ganarse el corazón del fan, no porque sus productos tengan que ser mejores o peores que los de Warner/DC, si no porque de manera inteligente ha rehuido cualquier polémica y se ha esforzado por mantenerse lo más fiel posible (entendiendo que comic y cine son medios distintos) al comic original. Vaya por adelantado que tanto los Batman de Nolan como el “Man of steele” de Snyder me parece excelentes films de superhéroes, por muchas distancias que consciente o inconscientemente hayan querido marcar con la obra original. Veremos si la polémica que han suscitado éstos será menor que la polvareda que a buen seguro se levantará cuando se estrene la versión de los 4 Fantásticos de Josh Trank.

Cuando hace algo más de un año se anunció que el siguiente proyecto cinematográfico de Marvel Studios sería “Los guardianes de la galaxia” las cejas de muchos aficionados al cine y al comic se arquearon en un gesto de incredulidad. Por un lado Los Guardianes de la Galaxia son unos personajes menos conocidos y populares que otros de ‘La casa de las ideas’; por otro lado la formación del grupo ha sufrido no pocos cambios a lo largo de su historia y los actuales componentes (Star-lord, Gamora, Drax, Mapache Cohete y Groot) nada tienen que ver con los integrantes originales (el mayor Vance Astro, Martinex, Yondu, Charlie-27, Nikky y Halcón Estelar), lo que creaba ciertas dudas sobre el tipo de producto con el que nos íbamos a encontrar. A eso hay que añadirle que el film se desmarcaba de la línea maestra que hasta ahora venía trazando Marvel y que tan bien le estaba funcionando en taquilla, pues los personajes que hasta la fecha habían visto su traslación de la página impresa a la pantalla de cine eran marcadamente superheroicos (Spider-man, Vengadores, 4F, X-Men…), mientras que estos nuevos Guardianes de la Galaxia se podrían adscribir de manera más evidente al género de la ciencia ficción, y más concretamente a la space opera. Y si todo esto no fuese suficiente para generar ciertas dudas sobre la comercialidad final del producto, éste quedó en manos de un cineasta de espíritu tan gamberro como James Gunn, formado en la factoría Troma (la creadora del Vengador Tóxico) y responsable de traspasar las aventuras se Scooby-Doo a imagen real.

Verano del 2014. Todas las dudas se disipan, se estrena “Guardianes de la galaxia” y no solo arrasa en taquilla batiendo algunos de esos records que a los americanos tanto le gustan contabilizar (tipo ‘mejor estreno en un fin de semana de verano’ o similares), sino que además el resultado logra satisfacer tanto a público como a crítica. A ver, no nos engañemos: “Guardianes de la galaxia” no es “El Padrino”. “Guardianes de la galaxia” es una fiesta, y por eso mismo es altamente disfrutable. Ya los primeros trailers a ritmo de ‘Hooked on a felling’ de Blue Swede, haciendo uso de una paleta de colores dispersa y brillante, presagiaban que nos íbamos a encontrar con un film donde lo que iba a primar era el cachondeo. Y cachondeo hay y en dosis considerables, pero también hay acción, un ritmo ágil, un espectacular diseño de producción, una buena descripción de personajes, diálogos ingeniosos, mala baba y un espíritu festivo que recorre todo el film de principio a fin. James Gunn ha servido en bandeja de plata un producto con alma freak en el que los fans podrán rastrear mil y una referencias comiqueras: la presencia del Coleccionista, el guiño a los personajes clásicos a través del personaje de Yondu, la imagen de uno de los Celestiales, el (esperado) cameo de Thanos… pero incluso los ‘arqueólogos’ más avezados serán capaces de encontrar el cráneo de lo que podría ser un kymeliano, un ataúd que podría encerrar el cuerpo de Warlock, un perro con escafandra que no es otro que Cosmo e incluso…. no, estoy tentado de desvelar la aparición de la escena post-créditos, que es impagable y resume a la perfección el espíritu gamberro con que el director ha querido impregnar su incursión en el universo  Marvel… pero dejaré que seais vosotros mismos quienes lo descubrais.

Pese a ser en muchos aspectos un film multi-referencial para disfrute de los aficionados marvelitas, “Guardianes de la galaxia” no deja de ser a la postre un espectáculo perfectamente disfrutable para cualquier aficionado al cine fantástico, una combinación de super-héroes y space opera que aúna lo mejor de “Star Wars”, “Los Vengadores” y “Star Trek”. Cualquiera que tenga alma de niño (yo, lo confieso, la tengo) se lo pasará en grande con este film.

Mención especial merecen los 5 protagonistas que forman tan peculiar grupo de ¿héroes? Chris Pratt derrocha carisma y sentido del humor en su papel de Star-lord, demostrando que puede hacer algo más que lucir palmito; Zoe Saldana cumple sobradamente como la asesina Gamora; el bruto Drax al que da vida Dave Bautista tiene algunas de las mejores y más divertidas frases del film; y Mapache Cohete (Rockett Racoon en la versión original) y Groot, creaciones digitales a las que ponen voz y movimiento Bradley Cooper y Vin Diesel respectivamente, son sin duda alguna las estrellas de la función y se les reservan algunos de los mejores momentos cómicos y de acción de la película (¡yo quiero que alguien me regale un baby Groot estas navidades!)

En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? Su sentido del espectáculo y su ritmo non-stop. ¿Lo peor? Si bien los personajes principales que conforman el grupo protagonista están muy bien definidos, otros como Yondu, el Coleccionista (cuya aparición es más bien episódica) o los villanos de la función, Ronan (interpretado por Lee Pace) y Nébula, aparecen un tanto desdibujados.

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