jueves, 23 de abril de 2015

UN DIABLO EN LA COCINA DEL INFIERNO


Entre los diversos personajes que componen el universo Marvel, Daredevil es uno de los pocos (hablando siempre de los personajes más clásicos) en cuya creación no intervino Jack Kirby, sino que fue creado por Stan Lee y el dibujante Bill Everett. Su primera aparición fue en su propio comic allá por el 1964. El nombre del personaje significa temerario, pero en España la editorial Vértice lo rebautizó como Dan Defensor para así justificar las dos "D" dibujadas en su uniforme sobre su pecho; en algunos países de Hispanoamérica recibió el nombre de Diabólico, aunque hoy en día se le conoce en todas partes mayoritariamente por su nombre original en inglés, Daredevil, al que tanto antes como ahora se le añade el sobrenombre de "El hombre sin miedo".

La colección regular del personaje ha pasado por numerosas etapas a lo largo de su historia, y si bien en sus comienzos gozó de una popularidad más bien discreta, en los años 80 gracias al guionista y dibujante Frank Miller, dio un salto cualitativo que no solo se tradujo en un considerable aumento de ventas, sino que además puso a su autor en el punto de mira de la crítica especializada, que valoró muy positivamente las innovaciones que introdujo en la colección tanto a nivel argumental como estilístico.

Daredevil según Frank Miller
¿Qué fue lo que hizo Frank Miller? En el aspecto gráfico Miller, que nunca ha destacado precisamente como ilustrador, aplicó innovadoras técnicas narrativas de referencia claramente cinematográfica, proponiendo nuevos modelos de composición de viñeta y página. El resultado es un comic mucho menos estático, más cinético, que se aparta por completo del clasicismo imperante en aquella época.

Sin embargo posiblemente sea en el terreno argumental donde Miller hizo sus aportes más interesantes. Por un lado Miller se centró en la tarea de tratar de definir qué es un héroe, contraponiendo la dualidad héroe/justiciero de Daredevil al tono más fantasioso y superheroico de los tradicionales personajes Marvel. Ello le permite a Miller explorar el concepto de superhéroe desde una perspectiva sociopolítica, algo en lo que profundizará más si cabe en obras posteriores como “The Dark Knight Returns” o “Born Again”. Miller imprime un tono más propio de novela negra a la serie, habla de corrupción policial y política, y presenta a villanos que se alejan por completo del canon de maloso megalómano para ofrecernos una visión más realista de los mismos. Miller no obvia la faceta heroica y justiciera del personaje, pero tampoco se olvida de que él es también un abogado, y eso le permite jugar con la ambigüedad del mismo. Como abogado se ve obligado a operar dentro del sistema y cumplir y hacer cumplir la ley, pero como héroe enmascarado opera al margen de la misma y se toma muchas veces la justicia por su mano. Frank Miller realizará un muy complejo y pormenorizado retrato de Matt Murdock, alias Daredevil, ofreciéndonos matices que hasta la fecha ningún otro guionista se había atrevido a explorar en el terreno de los comics de superhéroes.

"Ruleta"

Hagamos antes un repaso breve de la historia del personaje: abandonado por su madre, Matt Murdock fue criado por su padre, el boxeador Jack "Batallador" Murdock, en la Cocina del Infierno (‘Hell’s Kitchen’, antaño uno de los barrios más degradados y menos seguros de Manhattan, Nueva York). Al tratar de impedir un accidente, un camión derramó su carga radiactiva dejando ciego a Matt cuando era niño; sorprendentemente, la radiación incrementó considerablemente sus cuatro sentidos restantes y además le dotó de un sexto sentido: una especie de sentido radar. El darse cuenta de que las reglas son necesarias para evitar que las personas se comporten indebidamente, llevará al joven Matt a estudiar Derecho en la Universidad de Columbia, carrera que culminó con un suma cum laude, y donde conoció a su mejor amigo, ‘Foggy’ Nelson, con quién montará un modesto bufete de abogados que sin embargo, poco a poco, irá ganando notoriedad en la escena judicial neoyorquina.

Más tarde Matt conocerá a Stick, un maestro ciego de artes marciales bajo cuya tutela aprenderá a dominar sus sentidos y convertirse en un luchador formidable. Poco después el padre de Matt sería asesinado al negarse a amañar un combate de boxeo. Enfurecido cuando el sistema jurídico no llevó al asesino de su padre ante justicia, Matt se puso un traje hecho de la bata de boxeo de su padre y entró en acción como ‘Daredevil’, atacando salvajemente al asesino de su padre, llevándolo hasta la muerte. Tal acción provocó en Matt un fuerte sentimiento de culpabilidad, del cual trató de redimirse mediante el compromiso de servir a la Ley como Matt Murdock y luchar contra los males más allá del alcance de ésta como Daredevil.

"Born Again", una POM

El origen del personaje ha sido reescrito en varias ocasiones y ha sufrido algunas alteraciones, pese a que la esencia del mismo se mantiene inalterable. Frank Miller se mantuvo fiel a dicha esencia, y potenció los aspectos más humanos del personaje por encima de los meramente superheroicos, lo que convirtió su etapa en la serie en una obra de culto y hoy en día aún permanece como la mejor expresión del personaje. Frank Miller abandonaría temporalmente la colección en el episodio “Ruleta” (nº 185 de la colección, en la que debutó en el nº 159, permaneciendo de forma ininterrumpida desde el 1979 hasta el 1983), pero volvería más tarde a la misma en el año 86, para realizar la que para muchos es su opus magna y sin duda alguna la mejor historia jamás escrita del personaje: “Born Again” (nºs 227 al 233 de la colección, dibujados por David Mazzucchelli). En esta historia Miller se propondrá redimir al personaje, eliminando toda la carga negativa que había acumulado durante su etapa anterior, para hacerlo resurgir como un héroe en toda regla. La historia, que toma como referente principal la Pasión  cristiana (no olvidemos que Matt Murdock es profundamente católico), bien podría titularse “Caída y Auge de Matt Murdock”, y en ella Frank Miller llevará al personaje a lo más hondo, lo más bajo de la condición humana, para paso a paso, en una suerte de simbólico via crucis, purgarlo de sus pecados y hacerle resurgir purificado.

La Pasión de Matt Murdock

Miller no se desentenderá del todo del personaje y volverá sobre él con obras puntuales: como la novela gráfica “Daredevil: Amor y Guerra”, magistralmente dibujada por Bill Sienkiewickz y publicada originalmente en 1986, “El hombre sin miedo”, miniserie dibujada por John Romita Jr. y publicada en 1993 o “Elektra Lives Again”, novela gráfica en la que Miller volverá a ejercer de autor completo y en la que pese al título se cede el protagonismo a Matt Murdock (un detalle: en ningún momento de esta novela gráfica Matt llega a vestir el atuendo de Daredevil).

"Amor y guerra"

A lo largo de su larga permanencia en la colección Frank Miller potenciará el protagonismo de algunos personajes secundarios, como es el caso de su novia Karen Page (una de ellas, conviene puntualizar), su amigo y compañero del bufete ‘Foggy’ Nelson, el combativo periodista Ben Urich, o la sufrida esposa de Kingpin, Vanessa. Miller prescindirá en buena medida de la galería de villanos pintorescos que habían pululado por la colección y se centrará prácticamente en dos de ellos. Por un lado el sociópata asesino Bullseye, al que convertirá en el principal adversario físico de Daredevil, casi su igual en el combate. Por otro lado, Wilson Fisk, alias Kingpin, un villano poco memorable de Spider-man que Miller tomó prestado para convertir en la némesis de Matt Murdock. La imponente mole de Kingpin lo convierten en un formidable adversario físico, pero Miller preferirá explorar otros aspectos del mismo, poniendo el acento en su condición de principal líder de los grupos criminales de Manhattan. En manos de Miller Kingpind se convierte en un mafioso cruel pero pragmático, implacable pero frío, violento pero astuto. Kingpin prefiere operar en la sombra, sin hacerse notar demasiado, apareciendo públicamente como un próspero hombre de negocios.

Kingping según John Romita Jr.

El trabajo llevado a cabo por Miller con el personaje de Kingpin es memorable, pero posiblemente su mejor creación para la serie sea el personaje de Elektra, antigua novia de Matt Murdock en su época universitaria que reaparecerá en su vida convertida en una implacable asesina a sueldo. La relación entre ambos será tormentosa, pues Matt aún la ama pero al mismo tiempo le repugna su condición de mercenaria, mientras que Elektra no está dispuesta a que Matt interfiera en su trabajo, pese a que aún alberga profundos sentimientos hacia él. Como no puede ser de otra manera, y más aun teniendo en cuenta el nombre de ella, su historia de amor-odio adquirirá visos de auténtica tragedia griega.

Elektra según su creador

En manos de Frank Miller el personaje se convertirá en un auténtico fan favorite, y su etapa en la colección en una indiscutible obra de culto. De todos los guionistas que se han hecho cargo del personaje posteriormente pocos merecen ser recordados, y algunos de ellos han incurrido en algunas contradicciones sobre el personaje, llevándolo por caminos que han desembocado en tramas harto cuestionables cuando no directamente absurdas (como convertirle en líder de la organización criminal “La mano”, tranformar a Vanessa Fisk en la líder del imperio criminal de su marido, o hacer de Daredevil un nuevo ‘kingpin’ de la Cocina del Infierno, llevándole incluso a asesinar a sangre fría a Bullseye). De los sucesores de Miller merece destacar la guionista Ann Nocenti, que sin dejar de lado el ambiente urbano de la serie, se atreverá a hacer algunas propuestas francamente imaginativas, que llevarán a Daredevil a enfrentarse a enemigos tan improbables como Mefisto o Ultrón. La lucha de Mefisto por el alma de Matt es uno de los momentos álgidos de la etapa de Ann Nocenti, una aventura cuyo tono más fantasioso se aleja del canon habitual de la serie, pero que cobra perfecto sentido si atendemos al hecho de que Matt es uno de los personajes Marvel que de forma más abierta han expuesto su religiosidad y su profunda fe católica, y Mefisto no si no el particular ‘Satanás’ del universo Marvel.

Diablo contra Diablo

Tras Nocenti se pasearían por la colección Karl Kessel, Brian Michael Bendis, Ed Brubaker o Andy Diggle con  resultados más bien discutibles. De todos ellos solo Bendis merece algo más de atención, por mucho que su abuso del decompressive storytelling (técnica narrativa en la que la trama se desarrolla muy lentamente, centrándose en aspectos secundarios o irrelevantes) acabe por resultar un tanto tedioso. Más recientemente Mark Waid parece haber recuperado parte de la gloria perdida del personaje, acercándolo más al universo superheroico, olvidándose de las connotaciones más oscuras o trágicas del personaje, e introduciendo novedosas (y necesarias) notas humorísticas. La etapa de Waid en la colección supone todo un soplo de aire fresco, y ajeno a sus logros no son las colaboraciones de dibujantes como Chris Samnee, Paolo Rivera o Marcos Martín.

Daredevil según Chris Samnee

La enorme popularidad adquirida por el personaje durante la década de los 80 propiciará que tuviese su propia adaptación cinematográfica en el año 2003, dirigida por el anodino Mark Steven Johnson con resultados bastante irregulares. Esta adaptación se realizó al amparo del enorme éxito cosechado por los “X-men” de Brian Synger, que propició en buena manera el auge de las adaptaciones cinematográficas de superhéroes Marvel. La escasa calidad de esta película (que se tradujo en una pobre recepción tanto crítica como comercial) es debida a dos factores: por un lado por culpa de un guion bastante plano, sin fuerza, que pasea muy superficialmente por todos los elementos definitorios del personaje (su origen, su dualidad justiciero/abogado, su relación con la asesina Elektra, su rivalidad con Kingpin y Bullseye), sin ofrecer nunca una lectura ni original ni interesante ni profunda de ninguno de esos elementos. Por otro lado tenemos un casting totalmente equivocado en el que no se salva nadie: el habitualmente insulso Ben Affleck, desesperado en aquella época por conseguir un rol protagonista interpretando a un superhéroe de cómic (Nicholas Cage consiguió el suyo, “El motorista fantasma”, para desespero de algunos… Tom Cruise no lo consiguió, para alivio de otros); Affleck aplica su habitual sosería y su sonrisa bobalicona a un personaje que necesita de los matices oscuros que el actor es incapaz de aportar. Tenemos también a un histriónico Colin Farrell dando vida a Bullseye, a una muy limitada Jennifer Gardner interpretando a Elektra, un personaje que debía resultar fascinante pero que en manos de la Gardner no pasa de ‘mona’, a un irritante (como siempre) John Favreau haciendo de ‘Foggy’ Nelso, y a un totalmente equivocado Michael Clarke Duncan, que pese a su tamaño en ningún momento logra resultar intimidante y peligroso en la piel de Wilson Fisk; el Kingpin del crimen es alguien que debería atemorizar simplemente con la mirada, cosa que Clarke Duncan no logra en ningún momento (ya hice una referencia a propósito en un post anterior que puede leer aquí).

La primera versión cinematográfica

Ahora Netflix, en colaboración con Marvel Studios y bajo los auspicios de Kevin Feige, jefe de la división cinematográfica de Marvel, estrena una nueva serie de televisión basada en el personaje de Daredevil, que cuenta con la supervisión de los showrunners Steven S. Deknight y Drew Goddar, y que pretende ser la punta de lanza del desembarco de los Marvel Knights en la pequeña pantalla (en breve se estrenará “Alias”, y a ésta le seguirán “Puño de hierro” y ”Luke Cage”), y (¡Oh,sorpresa!) ésta no solo es la mejor serie de televisión basada en su superhéroe (muy superior en cualquier sentido a “Smallville”, “Arrow”, “Agents of S.H.I.E.L.D)”, “Gotham” o “The Flash”), sino que además ha resultado ser una de la mejores y más fieles adaptaciones de una colección Marvel a un medio ajeno al mundo del cómic.

La pareja de abogados Matt Murdock (Charlie Cox) y 'Foggy' Nelson (Elden Henson)

Para empezar este “Daredevil” de Netflix se desmarca por completo del tono descaradamente teen de series como “The Flash” o “Smallville”: es cruda, violenta y pone el acento en los aspectos más oscuros de la trama, entendiendo que ‘oscuridad’ hace referencia a tratar temas más complejos y desde un punto de vista más maduro, como puede ser la corrupción policial o política, o los entresijos del mundo judicial. Todo lo contrario que, por ejemplo, “Arrow”, que entiende que oscuridad es bajar la intensidad de la iluminación en los decorados. A diferencia de “Agents of S.H.I.E.L.D” este “Daredevil” evita los elementos fantasiosos de la historia, apostando por un tono más realista y desarrollando tramas más creíbles, todo ello en una clara referencia al ambiente noir de la etapa de Frank Miller. La serie cuenta además con la ventaja de que Netflix no ha tenido que lidiar con problemáticos derechos de personajes, lo que le da una mayor libertad a la hora de desarrollar las diferentes tramas; todo lo contrario que “Gothman”, en la cual no vamos a ver nunca las encarnaciones definitivas de Batman y su pintoresca galería de villanos (reservadas para la pantalla grande) y nos tendremos que conformar con encarnaciones infantiles de los mismos que aluden veladamente a sus versiones adultas. Es cierto que “Agents of S.H.I.E.L.D”, por estar producida directamente por Marvel Studios, se permite hacer referencias directas a otras películas y personajes de la casa, contando incluso con los cameos de Nick Fury o Lady Sif, e interactuando de manera más directa con las adaptaciones cinematográficas (el agente Coulson debutó en el primer film de “Iron man” antes de convertirse en protagonista de la serie televisiva; de igual manera la caída de Hydra en “Capitán América. Soldado de invierno” indició de manera directa en la finale season de “Agents of S.H.I.E.L.D”); pero por otro lado Netfilx no ha querido mantenerse completamente al margen del entramado cinematográfico de Marvel Studios y de ahí las veladas referencias a algunos aspectos de la película, como por ejemplo en algún capítulo de “Daredevil” se alude al ‘incidente’, que no es otra cosa que la invasión chitauri que vimos en el film “Los Vengadores”, de mismo modo que otro capítulo uno de los villanos hace un chiste a costa de Daredevil diciendo que ‘no es tan peligroso. A fin de cuentas no tiene ni un escudo irrompible ni un martillo mágico’, disimuladas referencias a Capitán América y Thor. ¿Quién sabe? A lo mejor en un futuro podremos ver un cameo de Steve Roger o J. J. Jameson (caso de que el Daily Buggle contrate a Ben Urich).

Inquietante Vincent D'Onofrio, aka Kingpin

Hay otro aspecto fundamental que marca una clara diferencia con el resto de series, en particular con las inspiradas en personajes de DC. En “Arrow” o “The Flash” los episodios son más o menos auto-conclusivos, aunque sí existe una subtrama más o menos desarrollada que se mantiene a lo largo de todos ellos. Esto provoca que haya muchos episodios de relleno que carecen de interés y que no aportan gran cosa al desarrollo general de la serie. Ese problema no existe en el “Daredevil” de Netflix. Por un lado el hecho de que las temporadas tengan solo 10 episodios en vez de 22 permite una mayor concisión, no hay necesidad de fill-ins de relleno. Por otro lado con esta serie se ha hecho una apuesta clara por dotarla de una mayor continuidad, lo que propicia el desarrollo de una trama única, más compleja, que se irá deshilvanado poco a poco a lo largo de los episodios, aportando nuevos matices bien mediante la inclusión de flashbacks que aluden al pasado del personaje (el accidente que provocó su ceguera, el asesinato de su padre, la aparición de Stick…), bien mediante la aparición de nuevos personajes: Wilson Fisk, Ben Urich o Vanessa no están desde el primer episodio y su aparición es meditada, lo cual nos abre la puerta a la esperanza que en próximas temporadas podamos ver a Bullseye o (¡ojalá!) Elektra Natchios.

Casting para la primera temporada
Uno de los aspectos definitivos que hacen de este Daredevil televisivo todo un exite es el acierto en la elección de los actores, pero también en el cuidadoso trabajo de los guionistas a la hora de retratarlos: Charlie Cox no solo resulta sobradamente convincente como héroe de acción, sino que además está perfecto dando vida a Matt Murdock, aportando todo un reguero de complejos matices al personaje (su sentimiento de culpa, su necesidad de redimirse, su adicción a la acción, sus arranques de violencia, su profundo sentido de la justicia, que a veces choca frontalmente con su fé católica, su dualidad como servidor de la ley y vigilante al margen de la misma, que le llevan muchas veces a cuestionarse su doble papel... ), llendo así mucho más allá que la pobre y plana composición de Ben Affleck en el film del 2003; Vincent D'Onofrio está también perfecto como Kingpin, Wilson Fisk, y logra dotar de humanidad a un personaje que pese a todo resulta tan inquietante como repulsivo: sus metas pueden ser nobles, pero sus metodos resultan despreciable; es impresionante ver como D'Onofrio es capaz de aportar un amplio rango de sentimientos al personaje (desde el sentimentalismo a la violencia irreflexiva), haciéndolo profundo y complejo, alejándolo así de caricatura simplista interpretada por Clarke Duncan. Mención especial merece Ayelet Zurer, que interpreta a Vanessa, interés sentimental de Kingpin (su esposa en los comics), una mujer elegante, segura, aparentemente decente, pero que esconde una ambigua oscuridad y que se puede mostrar a veces sutilmente impacable; su compleja relación con Fisk es uno de los puntos fuertes del desarrollo de la trama. Tampoco podemos ignorar a Deborah Ann Woll, que nos regala un Karen Page mucho más resolutiva y rica en matices de lo que cabría esperar, que esconde algún tipo de secreto inconfesable, lo cual posiblmente se irá desarrollando en futuras temporadas. Y como no,  mencionar a un perfecto Elden Henson dando vida a 'Foggy' Nelson, su personaje no solo resulta infinitamente más carismático, entrañable y atractivo que la insufrible versión cinematográfica de Jon Favreau, sino que además atesora algunas de las mejores frases de toda la serie; su relación tanto con Matt como con Karen vertebran en buena medida y de manera muy inteligente esta primera temporada de Daredevil.

Pero siendo justos tampoco podemos pasar por alto la esplendida labor de realización llevada a caba por Phil Abraham y el resto de realizadores, ni el trabajo de cinematografría de Matthew J. Lloyd. Los primeros han apostado por alejar la serie del tono naif, a veces irritantemente teen, de series como "Arrow", "Flash" o "Agentes de S.H.I.E.L.D.", apostando por un tono más oscuro, realista, seco, descarnado, donde la violencia es mostrada sin concesiones (brutal la pelea en la bolera del tercer episodio, o los arranques de furia de Kingpin) y que toma como modelos series tan ilustres como "The Wire" o "Breaking Bad"; al mismo tiempo la dedicación que ponen para una cuidadísima y estilizada puesta en escena nos regala momentos tan brillantes como el largo plano secuencia (6 minutos) que cierra el segundo episodio, o el plano secuencia desde en interior de  un taxi del episodio 5). El director de fotografía Matthew J. Lloyd por su lado contribuye a crear una atmósfera opresiva, malsana, en la que predominan los tonos frios y ocres (como reflejo del espíritu enfermo que impregna el barrio de Hell's Kitchen). Es obvio que las producciones cinematográficas tienen la ventaja de gozar de presupuestos másl holgados (que a veces se dilapidan en la contratación de estrellas que pueden ser muy mediáticas pero no necesariamente adecuadas para el papel), pero producciones televisivas más modestas como este "Daredevil" son capaces que hacer virtud de sus limitaciones, mediante el hábil uso de la elipsis cinematográficas (es muy inteligente en como en el primer capítulo se evita mostrar el accidente que originó la ceguera de Matt siendo niño, o como se narran los combates de boxeo del padre de Matt, si mostrarlos en pantalla, pero sin que ello vaya en detrimendo del impacto dramático que implican).

El uniforme para la versión televisiva

Naturalmente hay más, mucho más en esta primera temporada, que dejan un buen sabor de boca y además las ganas de que llegue pronto una nueva temporada (asegurada por el canal Netflix). Temporada en la que esperamos recuperaR a Rosario Dawson como Claire Temple, un inteligente y atractivo amalgama de varios personajes Marvel, que recupera la tradición de la 'enfermera de noche' marvelita, y que posiblemente ejerza de enlace con las futuras series de "Alias", "Luke Cage" y "Puño de hierro"; tendremos a buen seguro a Kingpin de nuevo, más peligroso que nunca ahora que han quedado al descubierto sus intenciones criminales; esperamos recuperar a Melvin Potter como aliado ocasional de Daredevil (en la serie no se alude a su alias de supervillano, Gladiador, pero si hay un divertido guiño visual al mismo); cabe esperar  que veamos a Elektra, a la que se menciona de forma velada en algún episodio, y quizás tengamos la oportunidad de ver la versión televisiva de Bullseye; quizás incluso se recupere a Leland Owlsey, el Buho en los comics, aunque remozado para ofrecer su cara más villanesca; y sin lugar a dudas veremos a La Mano y a Stick (escepcional y perfecto John Glenn interpretando al personaje... sin olvidarnos, por supuesto, del inesperado cameo de Piedra); y quizás la enigmática Madame Gao se revele como futura enemiga de Danny Rand, futuro Puño de Hierro, y esté de alguna manera relacionada con Ku'n Lum y el dragón Shou-Lao...

Si la próxima temporada es la mitad de buena que ésta, sobra decir que un servidor volverá a disfrutar como un enano de un producto televisivo que no solo se ha revelado como la mejor adaptación de un cómic de superhéroes a la pequeña pantalla (hasta la fecha), sino que además también ha logrado poner en evidencia a algunas de sus producciones hermanas para la salas cinematográficas.

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