En algún sitio he leído que comparaban este "Escuadrón suicida" de David Ayer con los "Doce del patíbulo"(1967) de Robert Aldrich, y en mi opinión esa comparación le viene grande al film de Ayer, porque si por algo destaca esta película es por el caos resultante en su montaje final, torpe, burdo y falto de un enfoque claro, en las antípodas de la concreción y la agilidad narrativa de la película de Aldrich.
La idea de convertir los villanos en héroes no carece de atractivo. Tomemos un puñado de villanos y crimianles de la peor calaña, sin intención de redención; atemoslos bien corto, controlemoslos a partir de sus debilidades o secretos inconfesables, o dicho de otra manera: 'los agarramos por los huevos'; finalmente lo que tenemos es un grupo carente de escrúpulos dispuesto a mancharse las manos en misiones 'sucias' que los héroes de toda la vida no serían capaces de llevar a cabo. Eso es lo que és, en ensencia, el Escuadrón Suicida.
Lamentablemente ni los guionistas del film, ni mucho menos los productores del mismo, han sabido entender lo que representa este grupo, cuya primera formación se componía de un conjunto de soldados indisciplinados durante la 2ª Guerra Mundial bajo el comando de Rick Flagg, y que ya en sus segunda encarnación, que debutaría en "Legends" de John Byrne, aparecen ya bajo su encarnación de 'supervillanos reformados' al servicio del gobierno.
Esa primera idea de transformar villanos en héroes pervive en la película de David Ayer, pero todo los demás es un despropósito sin sentido. "Escuadron Suicida" pretendía ser la respuesta de DC Entertaintment al "Deadpool" de Marvel Studios. Si esta última triunfó a pesar de un clasificación R (prohibida a menores de 17 que no vayan acompañados de un adulto) y pese a sus altas dosis de gore y violéncia, ¿porque no iba a hacerlo "Escuadrón Suicida"? Lamentablmente la mala (e injusta) recepción crítica y comercial de "Batman v Superman. El amanecer de la Justicia" amedrentó a los productores del film, que obligaron a rebajar el tono violento y oscuro del film, a rodar nuevas secuencias, a introducir más humor en la película, y a remontarla de nuevo potenciando un tono más jocoso. Al parecer ste segúndo montaje no convenció a la mayoría de espectadores en pases previos, así que el "Escuadrón Suicida" fué víctima de un tercer montaje que trataba que rescatar elementos tanto de la versión más oscura de David Ayer, como de la versión más blanda promovida por los productores. El resultado final es catótico, torpe, carente de enfoque y repleto de agujeros argumentales. Hay personajes que entran y salen de la trama de manera caprichosa, otros cuyo protagonismo ha sido limitado en beneficio de las estrellas principales (o sea: Will Smith), dando pie a personajes desdibujados o tratados de manera superficial. Pero quizás lo peor de todo sea el indigesto festival de efectos especiales en que se convierte el film en todas las escenas protagonizadas por la Encantadora.
La película pierde su sentido coral en el momento que quieres contar con una estrella del calibre de Will Smith, que impone su presencia en casi cada uno de los fotogramas del film. Para colmo de males, la estrella afroamericana no puede rebajarse a interpretar a un mero villano, así que impone su criterio con el objetivo de humanizar al personaje de Deadshot, acompañándolo de una hija que no existe en el cómic original. El problema no reside en que se inventen un personaje, el problema es el intentar dotar a Deadshot de sentimientos y 'motivaciones nobles', cargándose así el sentido original del grupo: los miembros del Escuadron Suicida son villanos curtido, sin escrúpulos; la gracia del grupo reside precisamente en que son auténticos villanos, pero si los dotamos de sentimientos nobles, nos cargamos precisamente la condición irónica de su concepción. A parte de que resulta francamente ridículo ver a lo que se supone es un asesino a sueldo dar clases a su niñita. Curiósamente es el Capitán Boomerang (interpretado por Jay Courtney) el personaje más mezquino, odioso (por su comportamiento cobarde e interesado) y desagradable (por su aspecto desaseado) del grupo, el más próximo al espíritu original de lo que debía ser el Escuadrón Suicida, y al mismo tiempo es uno de los personajes a los que menos atención se le presta en la película, después de una Katana (Karen Fukuhara) meramente anecdótica. Errores similares a los cometidos en el retrato de Deadshot son los que rodean la figura de Diablo (Jay Hernández), al que retratan con un individuo dominado por un fuerte sentimiento de culpabilidad y la neceisad de redención, es decir: más próximo a la definción de un héroe que no la de un villano (redimido o no). Por su parte el de la Encantadora (Cara Delevingne) es un personaje confuso, sin motivaciones claras, al que la actriz y modelo inglesa interpreta como si acabase de tomarse un cocktail de anfetaminas; mientras que Rick Flagg (Joel Kinnaman), que debería ser un lider carismático, acaba siendo un pelele desdibujado.
Solo dos personajes muestran claramente el carisma necesario para formar parte de este Escuadron Suicida: por un lado una expeditiva y contundente Amanda Waller, que gracias a la interpretación de Viola Davis, y también a algunos de los pocos aciertos en la escritura del guión, tiene algunas de las mejores secuencias y diálogos del film; por otro lado una Harley Queen que oscila entre la locura desatada y la inocencia infantil, y a la que una entregada e inspirada Margott Robbie aporta las necesarias dosis de desvergüenza y sex-appeal.
¿Y que podemos decir del El Joker? La versión macarra y embrutecida que se nos vendía en los diferentes trailers del film, acaba ocupando menos metraje del que se nos prometía. Su participación en la trama acaba siendo tangencial y bastante espaciada a lo largo del metraje, para desespero de un entregado Jared Leto que pese a ofrecernos una atractiva composición del personaje, no está a la altura de encarnaciones previas del mismo: ni resulta tan sardónico como Jack Nicholson ni tan inquietante como Heath Ledger.
No deja de ser una lástima que una idea y unos personajes tan atractivos no hayan fructificado en un film más sugerente. Cuando no aburre, "Escuadrón Suicida" irrita. Quizás alguna vez tengamos la oportunidad de ver el montaje original de David Ayer y juzgar si su apuesta era más acertada que la que finalmente hemos sufrido en las salas de cine.
En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? La selección de canciones de su banda sonora, que no la más convencional música incidental compuesta por Steven Price ¿Lo peor? Su caótica y desordenada puesta en escena y su torpe guion que no acierta con el tono que debería tener el film, frutos ambos del desencuentro entre director y productores.

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