Este blog empezó siendo una especie de diario personal. Luego empecé a hablar comics, de teatro, de literatura fantástica, y sobretodo de cine, mucho cine. Al final se ha acabo convirtiendo en un compendio de reseñas y "estudios" de temas diversos, casi siempre relacionados con el 7º ARTE
sábado, 12 de septiembre de 2015
DIADA 2015
Aunque mayormente en este blog hablo de cine y de cómics, éste nació de mi necesidad de expresar ideas u opiniones de cualquier índole de una manera libre, sincera y, en cierta medida, pública. Así que ocasionalmente dejo de lado algunas de mis mayores pasiones (el cine, los cómics...) para hablar de otras cosas.
Sentemos algunas premisas. La primera: la Democracia es 'una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes' (si quieres más información puedes encontrar una entrada en la wikipedia aquí mismo). Dicho de una manera muy simple: consiste en dejar que el pueble participe del govierno, que exprese sus ideas y que tome decisiones a través de los mecanismos adecuados, que deben ser proporcionados por los legisladores que el mismo pueblo ha elegido a través de un sufragio universal de elección directa. La idea y el término de Democracia aparece en la antigua Grecia en el siglo V a.C., así pues es un concepto bastante antíguo.
La segunda premisa: la Constitución o 'Carta Magna' es 'la norma suprema de un Estado de derecho soberano, es decir, la organización establecida o aceptada para dirigirlo; hace referencia al conjunto de normas que determinan las bases de un ordenamiento jurídico de un Estado, especialmente la organización de los poderes públicos y sus competencias, los fundamentos de la vida económica y social, los deberes y derechos de sus ciudadanos' (también aquí tienes una entrada más amplia en la wikipedia). En esencia no es más que un conjunto de leyes que hacen los governantes para regular la relación del Estado con sus ciudadados. La actual constitución española data del 1978.
No equiparemos Democrácia a Constitución, pues son cosas distintas, y no perdamos de vista que el concepto de Democracia es mucho más antiguo y mucho más amplio que la Constitución española. Yo diría además que es un concepto mucho más elevado, más noble.
Las leyes las hacen los hombres, o mejor dicho la hacen los partidos políticos que están en el gobierno. Supuestamente las hacen para servir al pueblo, pero seamos sinceros: ¿cuantos políticos conocemos con auténtica vocación de servir al pueblo en su totalidad? ¿Cuántos políticos no están el política para enriquecerse o ganar notoriedad? ¿Cuántos son verdaderamente honestos? ¿Y cuántos de esos son políticos españoles o catalanes? No me respondas, era una pregunta retórica.
Lo que vimos ayer 11 de septiembre del 2015, día de la Diada, festividad nacional catalana, igual que vimos en el 2014 o el 2013 o años anteriores, es una masa ingente de personas expresando libre y cívicamente su voluntad política, tratando de ejercer libremente su derecho a la libre expresión. La sociedad catalana ha demostrado una vez más ante Cataluya, ante España, ante Euroa y ante el resto del Mundo no solo su capacidad para movilizarse de forma cívica, ordenada y educada, sino también su capacidad de manifestarse de forma masiva para defender una idea, un concepto, que considera justo, legítimo y sobretodo legal en cuanto a derecho internacional se refiera: la idea de erigirse en un estado soberano propio, con organismos de gobierno propios. La sociedad catalana ha expresado su opinión de una manera ejemplar. Es una lástima que la mayoría de los políticos, catalanes y españoles, no estén a la altura de lo que demanda una clara mayoría de la sociedad catalana. Después de la Diada ha comenzado el baile de cifras de participación, todas con un claro interés electoralista (las elecciones tanto autonómicas como generales están a la vuelta de la esquina), pero yo creo que las fotografías de la festividad de ayer son más que elocuentes. Eso es algo que NADIE debería ignorar.
Estar a favor de la independencia y la escisión del Estado español es legítimo. Estar en contra también. Desde una postura u otra se podrán encontrar mil razones para estar a favor en contra. Razones algunas que apelarán al corazón, al sentimiento patrio, al sentimiento de unidad... Razones otras que serán más pracmáticas y que harán referencia a las ventajas y/o inconvenientes, tanto políticos como económicos, de defender la secesión o abogar por continuar perteneciendo al conjunto de España.
Lo que yo espero de mis políticos, de aquellos que dicen representarme, tanto de aquellos a los que he dado mi voto como de aquellos a los que no se lo he dado, de TODOS, es que traten de convencerme con argumentos de que es mejor la escisión y la independencia o es mejor el federalismo o es mejor cualquier otra formula de gobierno dentro del estado español. Eso primero. Y luego, una vez unos u otros me hayan convencido de cuál es la mejor forma de gobierno para Cataluña, entonces TODOS, tanto aquellos que me han convencido de su postura, como aquellos que no lo han hecho, me den la oportunidad de ratificar mi apoyo a su propuesta a través de la urnas, mediante el voto, en un referendum. A mí y al conjunto de TODOS los catalanes. Eso es lo que en mi opinión sería un ejercicio de VERDADERA DEMOCRÁCIA.
Se podrá criticar a Artur Mas, y no sin razón, el hecho de haber tratado de instrumentalizar las celebraciones de la Diada en beneficio de su propio programa político. Mucho más grave me parece la postura del estado español, más aún teniendo en cuenta cuando recientemente, y haciendo uso de su mayoría parlamentaria, ha promovido una reforma exprés de la Constitución a fin de dotar de mayor poder al Tribunal Constitucional para poder enjuiciar y, llevado el caso, condenar cualquier acto político que amenace 'la indivisibilidad del Estado Español'. Llevamos mucho tiempo escuchando declarariones por parte de los representantes del gobierno del estado, de los representantes y militantes del PP, y de gobernantes de otras comunidades afines al gobierno o al Partido Popular, en los que se insulta, ofende e incluso criminaliza a los catalanes, comparando el legítimo y pacífico movimiento popular que reclama la independencia de Cataluña, con el auge del nazismo en la Alemania del 3er reich previa a la 2ª Guerra Mundial.
A todos aquellos políticos y miembros del PP (mayormente), Ciutadans e incluso el PSOE (no pasemos por alto la última carta de Felipe Gonzalez a los catalanes) habría que recordarles una cuantas lecciones de historia: el movimiento nacionalsocialista (o nazi) ascendió al poder en la Alemania de principios de los años 30; el nazismo es un movimiento de ideología ultraderechista, de caracter racista y xenófobo, que impulsa el imperialismo y proclama una nación única, que rechaza el movimiento democrático y aboga por un gobierno autoritario fuerte (más información aquí y aquí). Curiosamente algunos postulados nazis estarían más próximos al ideario del PP o Ciutadans, que no de CDC o ERC. El movimiento nazi el Alemania no trataba de la escisión de un territorio que demandaba voz propia (como ocurre con Escocia, Flandes, el Quebec canadiense o Cataluña), sino de la negación de las realidades locales en favor de un concepto único, totalitarista e imperialista de 'Gran Nación'. El tercer reich desemboco primero en la anexión por la fuerza de los territorios vecinos de Polonia, Austria, Luxemburgo o parte de la República Checa; desembocó en la 2ª guerra mundial con los intentos de anexión de Francia, Dinamarca y otros territorios europeos; y tuvo uno de sus más tristes episodios en el Holocausto y la persecución y exterminio de los judios en los territorios conquistados. Se estiman entre 11 y 12 millones de víctimas durante el Holocausto, y se estiman 62 millones de víctimas durante la 2ª Guerra Mundial. Dicho ésto, el hecho de que políticos de diferente índole utilicen el termino 'nazi' o 'nazismo' para referirse a las aspiraciones del pueblo catalán de alcanzar la independencia, es mezquino, ofensivo e irresponsable, y dice mucho de la baja catadura moral de muchos de los políticos que dicen representarnos, que utilizan de forma vergonzosa la credulidad y la ignoráncia de parte de la sociedad española para fomentar el anti-catalanismo y con ello conseguir mayores réditos electorales, todo con el único e innoble objetivo de perpetuarse en el poder, y no de servir, como dicen, al pueblo español.
Ultimamente hemos visto como el gobierno español del señor Mariano Rajoy ponía de manifiesto su su incapacidad para solucionar el 'problema catalán' y por lo tanto para gobernar y mantenerse en el puesto que ocupan. El problema de Cataluña y su relación con España es un problema POLÍTICO. Que el gobierno recura al Tribunal Constitucional, que en vez de asumir sus responsabilidades en la resolución del problema las delegue en los organismos judiciales, es una clara expresión no solo de su incompetencia sino también de su cobardía a la hora de afrontar el problema. Como son incapaces de resolverlos dejan que sean los jueces quienes lo hagan, y con ello lo que están haciendo es criminalizar las ideas y la libre expresión de las mismas. ESO NO ES DEMOCRACIA. Democracía es es ceder la voz al pueblo, democracia es escuchar al pueblo, democracia no es solo legislar, es también pactar, dialogar, negociar... ¿Qué ha hecho el señor Rajoy su gobierno en ese sentido? NADA. Apelar a la Constitución Española como ley suprema, sacrosanta e inamovible. Pero las leyes se pueden cambiar... si hay voluntad, claro. Y ni PP ni Ciutadans tienen intención de hacerlo.
Ya lo dije en una ocasión: yo NO voté la actual Constitución, no siento que me represente y como a mí no representa a mi generación ni las que vienen detrás de mí ni tampoco a algunas de las que me han precedido. Nuestros padres tuvieron ocasión de votar la Constitución, nosotros no. ¿Porqué entonces se nos niega el derecho a cuestionarla y a pedir que se revise, que se actualice, que se modernice y se adapte a una nueva sociedad muy distinta a la de nuestros padres y que reclama soluciones distintas? Hemos superado la dictadura de Franco (mal que pese a algunos) y hemos superado la transición. ¿Porqué entonces la cerrazón de ciertos partidos a mirar hacia el futuro y promover un país más moderno?
Posiblemente en una España distinta Cataluña tendría cabida. Pero desde la derecha, desde el gobierno y de los organistmos centrales se nos ha cerrado la vía an entendimiento, y no ha dejado a los catalanes otro camíno que tratar de buscar nuevas vías de gobierno. Es intolerable que a un ministro de (Mala)Educación se le permita decir algo como 'mi objetivo es españolizar a los alumnos catalanes', ninguneando, menospreciando y ofendiendo con ello la lengua y la cultura de este país, a la vez que trata de echar por tierra los resultados de un modelo de inmersión liguística que se ha revelado exitoso y eficaz; es intolerable que una secretaria general del PP o una vicepresidenta del Parlamento se atrevan a comparar un movimiento que cuenta con un respaldo popular mayoritario y que se ha manifestado hasta la fecha dentro de los limites de la legalidad y del concepto democrático, con el nazismo o el fascismo; es intolerable que un ministro de de defensa se atreva a insinuar que una eventual declaración de independencia sería respondida con la fuerza de las armas, contraviniendo de esa forma la legislación internacional o cualquier principio democrático.
Personalmente preferiría no tener que derimirme entre una eventual escisión del estado (con todos los riesgos y dificultades que ello conyeva, no nos engañemos) y continuar perteneciendo a un pais que me desprecia, ningunea e insulta simplemente por el hecho de haber nacido en una región concreta. Lamentablemente no es así. Nuestros políticos no nos han dejado a la mayoría de catalanes más remedio que adoptar una postura que en mejores circunstáncias quizás hubiesemos rechazado de pleno. Hace unos años hubiese abogado sin dudarlo por continuar siendo español y catalán, sintiendo que formo parte de dos paises entr los cuales hay un buen entendimiento político y social a todos los niveles; hoy en día veo que esa postura no es posible, que me obligan a tomar partido por un extremo u otro, pues encontrar un equilibrio no es posible. La culpa de esa falta de equilibrio la tienen nuestros políticos, que no han sabido estar a la altura de lo que demanda una parte importante de nuestra sociedad, que reclama compromiso, responsabilidad y lealtad, y a la que se niegan a escuchar.
Lo que vimos ayer, día 11 de septiembre de 2015 es, repito, una muestra cíviva, ordenada, educada, festiva y concienciada de una parte muy importante de la sociedad catalana a la que bajo ningún concepto se puede o se debe ignorar. La miopia del gobierno central, su cobardía, su inutilidad a la hora de resolver un problema político por la vía del diálogo o la negociación, sus intentos de criminalizar el ejercicio de la libre expresión o su incompetencia a la hora de buscar una solución política a un problema que ha provocado un cisma entre la sociedad catalana y la española, son los que han provocado el auge del independentismo en este país. Cataluña y España están condenadas a no entenderse, y no lo harán mientras Rajoy el el PP sigan en el gobierno; tampoco lo harán si a Albert Rivera se le da más voz o si se permite que políticos de dudosa catadura y claro perfil xenófobo como Xavier García Albiol acceden al gobierno autonómico.
En 27 de septiembre iremos a las urnas para ejercer nuestro legítimo derecho a voto y con él expresar tipo de gobierno y que tipo de sociedad queremos en Cataluña. En diciembre volveremos a las urnas para decidir quién queremos que nos represente en la adminsitración del Estado español. Sinceramente no me atrevería a hacer un diagnóstico sobre qué resultados saldrán en unas elecciones u otras. Solo espero que nuestros políticos, tanto españoles como catalanes, estén a la altura de las circunstáncias y escuchen los que la sociedad expresará a través de su voto. La sociedad catalana, al menos, sí ha demostrado estar a la altura de lo que es una verdadera DEMOCRACIA.
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