sábado, 2 de mayo de 2015

LA ERA DE MARVEL (2ª ENTREGA)



Recuerdo que cuando se estrenó el primer film de los Vengadores, dirigido por Josh Wedon y estrenado en el 2012, muchos lo aplaudieron como la ‘mejor película de superhéroes de la historia’. Y no solo el fandom acérrimo, sino también buena parte de la crítica especializada. Yo particularmente pensé ‘no es para tanto’. La situación parece que vuelve a repetirse de nuevo con el estreno de “Los Vengadores. La era de Ultrón”, también bajo la batuta de Josh Wedon. Como entonces buena parte de crítica y fandom se lanza raudo a aplaudirla como ‘el mejor film de superhéroes de todos los tiempo’… y de nuevo yo pienso ‘tampoco es para tanto’.

De aquí a unos años cierto sector de la crítica (y el fandom) está cargando contra la visión realista e incluso oscura que algunos films están ofreciendo del mito superheroico, desmarcándose de la visión más festiva y aventurera que imperaba en los años 70 y 80. Sería el caso del Batman de Christopher Nolan o el Superman de Zack Snyder. Es cierto que la esencia del superhéroe Marvel radica en su nobleza de espíritu, su rectitud moral, su valentía e incluso su sentido del humor. En este aspecto la quintaesencia marvelita vendrían a representarla personajes icónicos como el Capitán América, Spider-man o Ben Grimm, alias La Cosa. Sim embargo no podemos obviar que ya a mediados de los 80 el mundo de los superhéroes comenzó a dar un vuelvo y ofrecernos visiones más trágicas, menos maniqueas, e incluso en algunos casos decididamente oscuras. Como ejemplos claros tendríamos el Daredevil de Frank Miller, el Castigador, Lobezno… Autores como Alan Moore o Frank Miller elevarían su visión oscurantista y fatalista hasta sus más elevadas cotas con obras como “Miracleman” o “Watchmen”, ambas de Moore,  o “The Dark Knight”, “Born again” y “Batman: Año uno” de Miller, por citar solo algunos ejemplos. Por todo ello, cuando se cargan en exceso las tintas contra las aportaciones de Nolan o Snyder,  no puedo pensar que resultan can injustas como cerriles, porque en el fondo no se alejan tanto de la visión que de dichos personajes se ofrecía durante la segunda mitad de los años 80.

El propio medio original en que fueron concebidos dichos personajes, el comic, no ha escatimado esfuerzos a la hora de ofrecernos las más diversas versiones de los mismos en un intento de explorar y definir el mito superheroico en un nuevo contexto social, histórico y artístico. Un personaje que se benefició precisamente de ello fue Batman. En el cumplimiento del 50 aniversario de su creación, y coincidiendo más o menos con su puesta de largo en la gran pantalla gracias al film homónimo de Tim Burton, se publicaron diversas historias de la mano de algunos de los mejores y más interesantes guionistas y dibujantes del momento: Alan Moore, Frank Miller, Jim Starlin, Brian Bollan, Archie Goodwin, Scott Hampton, Alan Grant, Simon Bisley, Grant Morrison, Dave McKean, Pepe Moreno, George Pratt, Bernie Wrigthson… Cada uno desde su propia sensibilidad artística buscaba explorar un aspecto distinto del personaje, ahondando en su pasado traumático, su condición de vigilante parafascista, su carácter sádico y masoquista o incluso una presunta homosexualidad mal asumida. Así pues el personaje fue examinado desde diferentes perspectivas: psicológicas, estéticas, sociopolíticas, morales… Esa experimentación llevada a cabo con el personaje de Batman se extendió a muchos otros, tanto de DC como de Marvel.

El cine tampoco se ha mostrado ajeno a dichos planteamientos y así el concepto y el mito del superhéroe han sido analizados cinematográficamente desde perspectivas estéticas (el “Batman” de Tim Burton), psicoanalíticas (el “Hulk” de Ang Lee), sociopolíticas (los “X-Men” de Bryan Singer), mitológicas (el “Superman” de Richard Donner), filosóficas (los “Watchmen” de Zack Snyder)… En muchos casos se trata de film injustamente menospreciados por más que encierran a veces segundas lecturas francamente interesantes, e incluso han sido plasmados cinematográficamente de forma francamente audaz (sería el caso del infravalorado “Hulk” de Ang Lee). ¡Ojo! Ninguno de los ejemplos que acabo de citar se olvidan de su origen y de que, por encima de todo, hablan de superhéroes, así que tampoco renuncian a su condición de gran espectáculo ni a su ambición de reventar taquillas. Así que dependiendo siempre de la habilidad del director que se encuentre detrás de la cámara, nos vamos a encontrar también con films entretenidos y dirigidos al gran público. A fin de cuentas, igual que ocurre con los comics, el contar una historia entretenida no implica que esta no tenga que ser además profunda, o al menos todo lo ‘profunda’ que puede ser una historia de superhéroes.

Sin embargo todos los productos surgidos al auspicio de Marvel  Studios parecen querer desmarcarse de esta corriente digamos  ‘intelectualizada’ de tratar el universo superheroico, centrándose únicamente en los aspectos más aventureros y fantasiosos, sin que ello vaya en detrimento del melodrama, pero dejando de lado cualquier interpretación sesuda. O dicho de otra manera: buscan solo ofrecer un espectáculo cinematográfico puro y duro.

En un post previo (que podéis leer aquí) analizaba los pasos que ha seguido la división cinematográfica de Marvel bajo la dirección del productor Kevin Feige para culminar esta segunda fase de su gran fresco superheroico para la pantalla grande, así que no me repetiré y me limitaré a analizar lo que es esta segunda entrega de la vida y milagros del 'grupo de superhéroes más poderoso de la Tierra' (sic). Eso sí, algún SPOILER (menor) voy a dejar caer, así que si continuaís leyendo ésto, estáis advertidos.

En su primer acercamiento a estos personajes Josh Wedon partía con una clara ventaja: cada uno de los personajes, incluído el villano principal de la función, habían sido presentados en films previos, de manera que eso le permitía ir al grano, olvidarse de presentación, y exponer un amplio muestrario de peleas y escenas de acción casi desde el primer fotograma. No negaré la habilidad de Wedon para la filmación de escenas de acción, pero donde demuestra verdaderamente su maestría es en el retrato de personajes. Así pués en "Los Vengadores", Wedon puso toda la carne en el asador a la hora de construir las relaciones entre los diferentes miembros del grupo. Los mejores momentos de aquel film están en los enfrentamientos idelógicos entre Tony Stark (Iron-man) y Steve Rogers (Capitán America), o entre le primero y Bruce Banner (Hulk) o la rivalidad testosterónica entre Rogers y Thor. Las secuencias de acción sí, están muy bien, pero resultan a veces tan aparatosas como confusas.

Con las relaciones entre los miembros ya completamente establecidas en esta ocasión Wedon se ha dejado llevar por su lado más 'marvel fan' para ofrecer una sucesión de escenas aún más aparatosas y aún más espectaculares, que en ocasiones resultan molestas por lo confuso y atropellado de su frenético montaje. En mi opinión es cuando se relaja cuando "Vengadores. La era de Ultrón" ofrece sus mejores momentos, por mucho que en algunos casos suponga una caída de ritmo.

El film se abre con una secuencia que ya es en si misma toda una declaración de intenciones y que deja muy claro que no está dispuesto a conceder ningún respiro al espectador. Es resultado es que ese mismo espectador acaba sobresaturado por tanta información, tanto espectáculo desmesurado y tanto guiño complice dirigido a los 'marvel zombies'. Si el espectador medio saldrá satisfecho del visionado de este film, el auténtico marvel zombie tendrá una esperiencia orgásmica... pero será el marvel zombie menos exigente el que más disfrute, ya que si bien es cierto que Marvel es sinónimo de acción, humor y aventura (y mucho de eso tiene este film),  también lo es de drama y desarrollo de personajes (y algo menos de eso vamos a encontrar aquí).

De entrada ya supone toda una decepción la manera tan burda en como se quitan de enmedio a un prometedor villano como el Barón von Strucker y la organización Hydra, pese a que el final de "Capitán América. El soldado de invierno" les presagiaba un papel más destacado en este film. En su lugar tendremos el debut de uno de los mayores y más clásicos villanos de los Vengadores: el robot homicida Ultrón. Pero sobre el mismo yo podría unos cuantos peros: para empezar su diseño no carece de atractivo, pero esa manía de dotarle de una expresividad facial cercana a la humana (nefasta influencia, me temo, de los Transformers de Michael Bay) le restan credibilidad y lo hacer menos amenazador. El Ultrón del comic es un personaje que da pie a un complejo análisis psiconanalítico, que en este film se obvía por completo. No olvidemos que el Ultrón original fué una I.A. creada por Henry Pym (en su época de El Hombre Gigante), cuando éste estaba casado con la Avispa. De ahí que Ultrón siempre considerase a ambos como sus padres putativos; la Visión por otro lado es una creación del propio Ultrón, por lo que le considera una suerte de hijo díscolo y heredero de su legado; la Visión se enamora y casa con la Bruja Escarlata, de la cual estaba enamorado Simon Williams, alias Hombre Maravilla, cuyas pautas cerebrales sirvieron para crear la personalidad de la Visión, del mismo modo que las pautas cerebrales de la Avispa sirvieron para dar personalidad a Jocasta, su doble robótico creado también por Ultron para ejercer como su esposa. Así pues tenemos un complicado y enrevaso entramado de lazos familiariaes, con un fuerte complejo de Edipo por parte de propio Ultron, que en el fondo es el nexo de unión de una extravagante familia disfuncional. Nada de eso esta el el film, evidentemente, pues algunos de los personajes no han aparecido en la saga, pero parte de ese discurso de complejo paterno-filial podría haberse trasvasado a la película en la relación que establecen Tony Stark (padre, creador) y Ultrón (hijo, creación), o entre éste último la Visión. Todo ello es desestimado en beneficio de una trama harto simple y una acumulación de escenas de acción.

En cuanto al dearrollo de los personajes tampoco Wedon y sus guionistas se han roto la cabeza. LAs interrelaciones entre los mismos ya habían sido establecidas en el film previo, así que Wedon no se molesta en desarrollarlas. Thor, por ejemplo, se limita a exhibir músculo durante el film; del Capitán América tan solo se ofrece un fugaz apunte a su pasado con la agente Carter que no pasa de anecdótico; personajes como Nick Fury, Máquina de Guerra, María Hill o el Halcón tan solo hacen su obligado cameo para disfrute de la platea. En cuanto a los nuevos: de Pietro Maximoff (alias Mercurio en los comics) se nos ofrece un retrato un tanto desdibujado, con un par de apuntes humoristicos y una poco convincente evolución de villano a héroe; Wanda Maximoff (la Bruja Escarlata), ofrece un retrato algo más complejo y muestra unos poderes distintos a los de su versión de los comics. Otro personajes, sin embargo, salen mejor parados en esta ocasión. ¿Quienes? Primero el arquero Ojo de Halcón, del que se nos muestra su lado más humano y familiar (extraido no de la versión tradicional del personaje, sino de su versión Ultimate en los comics); segundo Banner/Hulk y la Viuda Negra, que establecen un curioso romance en el film, de tintes trágicos, y que a la postre protagonizan algunas de las mejores secuencias del film y de las pocas en que se nos muestra el lado humano de estos personajes, en particular al final de la película, cuando un Hulk triste y aparentemente más lúcido de lo que cabría esperar se despide de Natashar; por último el androide Visión, que hace toda una entrada en el film, y que nos regala posiblemente el mejor diálogo de toda la película, al final del film, cuando se enfrenta a su padre/creador; un dialogo triste y que en cierta manera se podría hermanar con el que mantiene Roy Batty y el doctor Tyrell al final de "Blade Runner", no por el tema que tratan (en "Blade Runner" versaba más sobre la necesidad de redención y la busqueda de respuestas), sino por el hecho de que ambos proponen una interesante lectura filosófico-humanistica: Utron cree que la humanidad es un virus que está destruyendo la Tierra, y que la única manera de alcanzar la paz mundial es exterminándo dicha humanidad y sustituirla por una nueva especie mecánica; la Visión por su lado en un momento del film dice que ama la vida, y que por esos mismo no quiere matar a Ultrón... por mucho que se vé impelido a destruirlo para proteger la vida en el planeta. Es sin duda uno de los momentos más bellos y a la vez más tristes del film, mejor que cualquiera de las farragosas y extenuantes escenas de acción que abundan en este film.

El montaje original que Josh Wedon (que de momento no parece que vayamos a ver alguna vez) rondaba las 3 horas y media. El que hemos visto en el cine ha quedado redución a 2 horas y media aproximadamente. Se trata de 1 hora de filmación que ha quedado en el suelo de la sala de montaje (entre otras cosas un rumoreado cameo de Loki en Hel), y que posiblemente hubiese ayudado a hacer más compleja y más rica esta película. Quiero pensar que lo que se ha eliminado son escenas de calma y de interacción entre personajes, que hubiesen ayudado a hacerlos más complejos y a comprender más sus motivaciones, ya que si lo que se ha perdido es más metraje de acción confusa y atolondrada, bien está donde se ha quedado. Lamento que no se haya dado más cancha a Pietro y Wanda Maximof, que no se haya trabajado más la relación entre Iron Man y el Capitán América de cara al estreno de la próxima secuela de este último, que se haya ninguneado a un villano prometeror como el Barón von Strucker, que no se hayan establecido de una manera más claras las bases de los próximos films que versarán sobre las gemas del infinito, que no se hayan dado más pistas sobre quién es o será el personaje interpretado por Andy Serkis (Klaw, futuro villado de Pantera Negra)... Lamento también que se hayan repetido algunos esquemas ya presentes en el film anterior, sustituyendo por ejemplo las docenas de chitauris por docenas de clones de Ultron, o que se abuse de algunos chiste gráficos (el puñetazo que propinaba Hulk a Thor durante una pelea en "Los Vengarores" es sustituido aquí por un puñetazo de Iron-Man a Hulk)

En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? Es un espectáculo mastodóntico en toda regla, capaz de provocar espasmos orgásmicos en todo Marvel Zombie que se precie. ¿Lo peor? Es aparatosa, ruidosa y excesiva hasta la indigestión, una película que conscientemente (y tristemente) abandona cualquier lectura humanista en beneficio del puro espectáculo. Entreteniene, sí, pero no emociona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario