Como cada año me propongo cerrar mi particular ejercicio cinematográfico haciendo un breve resumen del mismo y comentando las que, según mi muy personal punto de vista, han sido las mejores películas del 2022 y algunos de los protagonistas más destacados del año.
Superados ya los rigores de los años más crudos de la pandemia, este 2022 hemos visto como se consolidaba la presencia de las grandes plataformas de streaming (Netflix, HBO, Amazon Prime...) en las salas de exhibición cinematográfica, estrenando de manera minoritaria algunos de sus títulos más emblemáticos con el objetivo de estar presentes en las grandes citas de premios (léase Oscars) que vendrán el próximo año. Quizás este año no hayamos visto títulos tan contundentes como "Roma", "Mank" o "El Irlandes", y también es cierto que algunos directores, en virtud de acuerdos recientes firmados con dichas plataformas, han moderado su discurso contrario a las mismas, como sería el caso de Steven Spielberg.
Otros directores que sí se han lanzado ha hacer ruido lo han hecho no ya contra los gigantes del streaming, sino contra ciertas tendencias de género cinematográfico, como es el caso de Quentin Tarantino arremetiendo contra los productos de Marvel Studios, y que se suma a las voces críticas de Martin Scorsese o Francis Ford Coppola. Y es que razón no le falta: las películas de super-héroes se han convertido en puro cine fast food, en franquicias sin la menor aspiración artística y que solo buscan el rendimiento económico a base de saturar las salas de exhibición con blockbusters carentes de alma a los que es justo reconocer su pericía comercial al saber captar la atención de un público cada vez menos exigente con este tipo de películas. Personalmente cada vez me interesa menos el género de superhéroes en el cine, por rutinario y falto de riesgo, salvo alguna honrosa excepción como es "The Batman" de Matt Reeves, más cerca del thriller y el neo noire que de la aventura colorista de heroes en mallas.
Esta tendencia al espectáculo visual apabullante pero falto de contenido ha encontrado este año su máxima expresión en "Avatar: El camino del agua" de James Cameron, película a la que le sobra como poco una hora de metraje, frágilmente apuntalada en un guión endeble y que confirma el hecho de que a Cameron le importa un bledo la historia o los personajes, y se limita a construir una trama plana y simplona que únicamente pretende dar contexto a un vistoso despligue visual. ¿Es éste el futuro del cine? Francament, espero que no.
En lo referente a la pequeña pantalla se consolida la tendencia a los repartos inclusivos cuando se trata de adaptar obras populares provenientes del comic o la literatura de género, o en las secuelas de clásicos de cine fantástico, algo que se ha vuelto mandatorio y que hemos podido apreciar recientemente en series como "The Sandman", "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder" o "Willow". Es algo que ha llegado para quedarse y ponernos a discutir sobre si cambiar de raza, etnia o sexo a un personaje supone una falta de respeto a la obra original, se ha tornado en un discurso vacuo.
Sea como fuere, entre las películas estrenadas este 2022 en España, las que yo destacaría por una razón u otra, serían:
- "Licorice Pizza" de Paul Thomas Anderson, porque siento debilidad por Anderson, pero también por que es un maravilloso y sentido relato sobre el coming of age, servido con una puesta en escena que supura elegancia en cada uno de sus fotogramas sin caer nunca en el preciosismo gratuito;
- "Men" de Alex Garland, porque demuestra que el cine de género no tiene que estar reñido con la crítica social, porque utiliza el género de terror para construir un relato contundente sobre la masculinidad tóxica y por el atrevimiento de servirse de un único actor (magnífico Rory Kinnear) para interpretar todos los roles masculinos del fim, en una decisión que no tiene nada de gratuita y sí muy inteligentemnte meditada;
- "Vortex" de Garpar Noé, por su arriesgada y lúcida puesta en escena, que hace un uso módelico de la cámara partida y adapta modos própios del cine de suspense a un relato esencialmente dramático, pero también por la empatía y la sensibilidad que muestra a la hora de acercarse a temas de indiscutible sesgo trágico;
- "El extraño" de Tom Wright, por la forma en como se aproxima al género del thriller sin caer en lugares cómunes, dejando que sea el propio espectador el que construya el relato según su propia interpretación de una historia servida a través de una narrativa crítpica y que hace de la ambigüedad su mejor baza;
- "Todo a la vez en todas partes" de Los Daniels (Dan Kwan y Daniel Scheinert), por que es una historia loquísima que es capaz de mezclar géneros y estéticas en un cocktail visual y narrativamente estimulante, y que al mismo tiempo atesora un discurso sobre la familia tan enternecedor como sincero;
- "Belle" de Mamoru Hosoda, por la indiscutible belleza de sus imágenes, que además no están reñidas con la crudeza que esconde una historia más rica y compleja de lo que aparenta, y porque demuestra que la animación no es más que un medio, y no un género, para contar historias poderosas e interesantes;
- "Alcarrás" de Carla Simón, porque más allá de haberse convertido en todo un fenómeno a nivel internacional, es cine que respira VERDAD por todos sus costados;
- "El hombre del norte"de Robert Eggers, por su fascinante puesta en escena, por la capacidad que tiene su director de reinventarse estilisticamente en cada nueva película y por su forma de entender el cine como espectáculo, sin renunciar al riesgo tanto en lo formal como en lo argumental;
- "Drive my car" de Ryûsuke Hamaguchi, por atreverse a adaptar en imágenes el particular universo literario de Haruki Murakami, y hacerlo de manera hábil con una sobria y concisa puesta en escena desprovista de artificio, que nos propone un inteligente discurso sobre la alienación y las dificultades de comunicarse del ser humano.
Y en cuanto a mi lista de los protagonistas de este año que se acaba:
¿El actor de año? Brendran Fraser, sin duda. Después de labrarse una carrera en comedias tontorronas como "George de la jungla" (1997) y como héroe de cine de aventuras ("La momia", 1999), para aquellos que seguían dudando de su talento actoral, demostrado en films como "Dioses y monstruos" (1998) o "El americano impasible" (2002), nos regala este 2022 una de las interpretaciones más apabullantes del año en "The Whale", último y esperadísimo film de Darren Aronofsky.
¿La actriz del año? Ana de Armas. La actriz hispano-cubana ya lleva un tiempo abriéndose camino en el mercado anglosajón haciendose notar en títulos como "Blade Runner 2049" (2017), "Cuchillos por la espalda" (2019) o "Sin tiempo para morir" (2021). Pero sin duda este 2022 da la campanada mimetizándose de forma extraordinaria en Marilyn Monroe en "Blonde", el controvertido (y muy interesante) último film de Andrew Donimik.
¿El director del año? Los Daniels, por haber conseguido que una propuesta tan original, extrema y arriesgada como "Todo a la vez en todas partes" haya captado la atenció de público y crítica, esté en todas las apuestas de "lo mejor del año", sea una más que firme candidata a los premios de este 2022 (la veremos casi con toda seguridad en las quinielas de los Oscar o los Globos de Oro) y haya nacido con la etiqueta de film de culto.
¿El compositor del año? John Williams, la última leyenda viva del mundo de las bandas sonoras cinematográficas. Williams ha puesto melodía a algunas de las sagas más icónicas de la historia del cine: "Tiburón", "Star Wars", "Superman", "Indiana Jones", "Jurassic Park", "Harry Potter"... a las que habría que añadir obras maestras del calibre de "E.T.", "Las brujas de Eastwick", "El turista accidental", "Nacido el 4 de Julio", "Hook", "La lista de Schindler", "Salvar al soldado Ryan", "A.I.", "Memorias de una Geisha", "Caballo de batalla"... Williams ha anunciado que se retira este año de la composición cinematográfica y que se dedicará únicamente a la creación de obras para salas de concierto. Pero no solo nos deja un impresionante legado sino que se despide por la puerta grande. Por un lado poniendo música a "The Fabelmans", último trabajo de su amigo Steven Spielberg, para el que ha compuesto una sencilla, breve, pero muy emotiva partitura, y por otro lado recuperando los acordes de una de sus composiciones más famosas en la última etrega del arqueologo aventurero de sombrero y látigo en mano: "Indiana Jones y el Dial del Destino"
¿La canción del año? No he encontrado este año una melodía que francamente me haya llegado al corazón (no volveré a citar las maravillosas canciones de "Belle" porque ya lo hice el año pasado), y desde luego no destacaré las canciones de Lady Gaga para "Top Gun: Maverick" o Rihanna para "Wakanda forever", no por malas, sino por harto convencionales. Así que me voy a quedar con la preciosa "Ciao Papa" con música de Alexandre Desplat para el "Pinocho" de Guillermo del Toro:
¿El personaje del año? Evelyn Quan Wang, de la película "Todo a la vez ent todas partes" maravillosamente interpretada por la no menos extraordinaria Michelle Yeoh, personaje rico, multifacético, divertido y entrañable, pero sobretodo empoderado.
Y por no perder las buenas costumbres también voy a comentar algunas de las series que más me han gustado de las estrenadas este año, a falta de ver el "Tokyo Vice" apadrinado por Michael Mann:
- "Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer", producida por el gurú moderno de la televisión Ryan Murphy, que parece no tenerle miedo a ningún género o tema. Afortunadamente aquí nos encontramos con el Murphy más contenido y sobrío, más el de "American Crime Story" y no el excesivo de "Ratched" o "American Horror Story", que nos ofrece una combinación de fascinante retraso psicológico, drama familiar y crudo análisis social;
- "Andor"; tras la decepción de la muy mediocre "Obi-Wan Kenobi", y alejada de todo tipo de fan service, la nueva serie surgida de la franquicia de Star Wars aporta un interesante y novedoso punto de vista a la saga, más maduro, gracias a unos atinados guiones de Tony Gilroy;
- "The Sandman", modélica adaptación de la opus magna de Neil Gaiman, que sortea con inteligencia y acierto las muchas dificultades que suponía su adaptación, sobretodo por las limitaciones de no poder utilizar personajes, nombres y eventos de los cuales Netflix no tenía los derechos;
- "The Bear" la han calificado como la serie más estresante del año, gracias a (o por culpa de) unos diálogos rápidos y ágiles y una puesta en escena frenética, enclaustrada en el microcosmos de la cocina de un bar de barrio de Chicago; pero lo cierto es tan interesante como intensa, y atesora un lúcido discurso sobre la presión que conlleva la fama y las consecuencias que acarrea, así como sobre el espíritu de superación;
- "El pacificador", cuando a James Gunn le das manga ancha, te regala una gamberrada como ésta: macarra, socarrona, irónica y muy, muy divertida, que no solo se burla del género de superhéroes sino también del ese segmento de la sociedad norteamericana más redneck y "trumpista";
- "El club de medianoche", creada por Mike Flanagan, principal referente actual del género de terror en televisión, a partir de la novela homónima de Christopher Pike, tiene entre sus principales virtudes, por un lado el saber tratar con extrema delicadeza y empatía temás realmente crudos (las enfermedades terminales), y por otro, la habilidad de conjugar historias dentro de historias de una manera ágil y comprensible para el espectador;
- "Las de la ultima fila", de Daniel Sanchez Arévalo. Si algo se le da realmente bien al director madrileño es escribir personajes carismáticos, entrañables y ricos en matices, algo que ya demostró en películas como "Azuloscurocasinegro". "Gordos" o "Primos", y ahora lo repite que un grupo de amigas que realizan un viaje de autodescubrimiento tan entrañable como divertido.
Y como siempre quiero cerrar este artículo con un breve recuerdo a algunas de las personalidades cinematrográficas que, tristemente, nos han dejado este año:
- Sidney Poitier: primer actor de color en ganar un Oscar en un rol protagonista por "Los lirios del valle" (1963), e igualmente inolvidable en "Rebelión en las aulas" (1967), "En el calor de la noche" (1967) o "Adivina quién viene a cenar esta noche" (1967);
- Jean-Luc Godard: imposible abarcar la influencia e importancia de uno de los más destacados miembros de la nouvelle vague francesa y uno de los más transgesores e inventivos realizadores de las historia del cine. Quedémonos con títulos como "À bout de souffle" (1960), "Le mépris" (1963), "Bande à part" (1964), "Pierrot le fou" (1965) o "Alphaville" (1965);
- William Hurt: ganó el Oscar al mejor rol secundario por su interpretación en "El beso de la mujer araña" (1985), pero también le recordamos por sus trabajos en "Fuego en el cuerpo" (1981), "Hijos de un Dios menor" (1986), "El turista accidental" (1988), "El bosque" (2004) o "Una historia de violecia" (2005);
- Angela Lansbury: aunque seguramente la mayoría la recuerden por su entrañable Jessica Fletcher en la serie "Se ha escrito un crimen", su no menos carismático papel en "La bruja novata" (1971) o, como no, por prestar su inconfundible voz a Mrs. Potts en "La bella y la bestia" (1991), también es justo reconocerle su talento dramático mostrado en títulos como "Luz que agoniza" (1944), "El retrato de Dorian Gray" (1945), "El largo y cálido verano" (1958), "Muerte en el Nilo" (1978) o "En compañía de lobos" (1984). Talento que además Lansbury desplegó en una dilatada carrera teatral en la que cabría destacar su interpretación de Mrs. Lovett en el clásico musical "Sweeney Todd" de Stephen Sondheim.
Pero también quiero citar al crítico y cineasta Peter Bogdanovich, los actores James Caan, Ray Liotta, Juan Diego o Robbie Coltrane (entrañable Hadrig en la saga de Harry Potter), así como las actrices Mónica Viti (musa de Anonioni en "La aventura" -1960- o "El eclipse" -1962-), Louise Fletcher (inolvidable enfermera Ratched en "Alguien voló sobre el nido del cuco", 1975), Olivia Newton-John o Kirstey Alley.









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