domingo, 6 de noviembre de 2022

SOBRE LOS ANILLOS DE PODER (Parte III)

 (continua de ...)

En la anterior entrega de este largo artículo dedicado a analizar la adaptación de la obra de Tolkien al cine y ls televisión acababa concluyendo que, siempre bajo mi humilde punto de vista, la trilogía cinematográfica dirigida por Peter Jackson dista mucho de ser una obra maestra del 7º arte, pero son grandes películas de entretenimiento. ¿Puede decirse lo mismo de "Los Anillos dee Poder"?

ANALISIS II: IDEOLOGIA WOKE

Es obvio que los showrunners de "Los Anillos de Poder" (Patrick McKay y J.D. Payne)  parten con una clara desventaja con respecto a Peter Jackson. El director australiano tenía en sus manos un material ingente sobre el cual comenzar a construir su adaptación: las más de 1.000 páginas que suman las tres partes de "El Señor de los Anillos", si bien es cierto que en el caso de "El Hobbit" no solo estiró en exceso el argumento para poder cubrir la extensión de 3 películas de más de 2 horas de duración cada una, sinó que al hacerlo decidió incluir varias tramas inventadas sobre las que Tokien apenas había esbozado unas pocas líneas en sus libros, siendo la más destacaba todo lo que concierne a la captura de Gandalf en Dol Guldur y el posterior enfrentamiento del Concilio Blanco contra el Nigromante.

Dejando a un lado la discusión sobre si Peter Jackson hizo buen o mal uso del extenso material del que disponía, los showrunners de "Los anillos del Poder" solo podían recurrir a la información vertida en los Apéndices de "El señor de los anillos". Eso les proporcinaba excasos puntos de apoyo al no existir la narración de un relato propiamente dicho, pero al mismo tiempo les daba un amplio margen de maniobra y la posibilidad de inventar tramas y personajes a partir de los datos extraídos de dichos apéndices, cosa que enfureció sobremanera al fandom incluso antes de estrenarse el primer episodio en Amazon Prime.

El otro aspecto que tambíen suscitó un agrio debate fueron las libertades que se tomaron a la hora de dibujar algunos personajes de la trama, libertades fundamentadas en una supuesta ideología woke por parte de la productora del show. Si bien antaño el término woke se utilizaba para identificar a quienes se mantienen alerta ante actitudes discriminatorias hacia colectivos en riesgo de desigualdad social por razones de raza, género u orientación sexual, hoy en día woke se utiliza de manera despectiva hacia aquellos "concienciados" que promueven de manera demasiado entusiasta, ingénua o insincera la inclusividad para las mujeras, la comunidad negra o el colectivo LGBTIQ+.

Hace ya un tiempo en Estados Unidos en el que la comunidad afroamericana viene reclamando una mayor visibilidad y reconocimiento en el mundo del espectáculo, llegando a promover algunos movimientos de protesta en ceremonias como los Oscar o similares. La comunidad afoamericana supone un nada despreciable nicho de audiencia en el mercado cinematográfico y televisivo, y de esa forma productoras, distribuidoras y plataformas televisivas se han afanado a que tanto dicha comunidad como otras (latinos, asíaticos, el colectivo LGBTIQ+...) tengan una mayor visibilidad en sus productos. Estoy totalmente a favor de que dichos colectivos estén presentes en el mundo del espectáculo (cine, televisión, teatro), que tengan una mayor representación que no sea meramente anécdótica, que se creen personajes específicamente para actores dentro de dichos colectivos (a los que podríamos añadir también los discapacitados sensoriales o funcionales) y que se escriban historias que hablen de temas y problemáticas que les atañen a ellos particularmente. Pero no nos engañemos, las intenciones de productoras y plataformas están impulsadas por motivaciones puramente económicas y no altruistas, de ahí que el término woke haya adquirido cada vez más un matiz despectivo.

Así pues, las primeras críticas a "Los Anillos de Poder" surgieron por el hecho de utilizar a actores negros para representar a elfos, hobbits o enanos. Es cierto que muchos de esos comentarios tienen un cariz claramente racista sobre el que no merece la pena extenderse, pero otras críticas se basaban en el hecho de que Tolkien nunca habló de elfos o enanos negros. Esa misma falta de definición en los textos tolkianos es la que han utilizado otros grupos para defender la inclusión de actores de color. Personalmente creo que ni unos ni otros tienen razón y conviene matizarlo.

Es cierto que Tolkien no se refieren nunca a que los elfos sean blancos o caucásicos de manera explícita, pero ¿necesita hacerlo? La principal fuente de inspiración de Tokien para constuir su legendarium son los mitos y leyendas nórdicas, y en dichos mitos NO hay presencia de otras razas o etnias, y por lo tanto Tolkien no tiene necesidad de hacer explícito el color de piel de los elfos, pues en el imaginario colectivo estos son siempre de piel clara o pálida. Es cierto que en la mitología nordica se habla de "elfos oscuros" y se los describe a veces con la piel negra, pero se trata de una raza más próxima a los enanos, que evitan la luz y son de naturaleza amenazadora. En el legendarium tolkiano los elfos oscuros son aquellos que no vieron la luz de los árboles de Valinor, pero fisiológicamente no se diferencian de los elfos de la luz como los Noldor o los Sindar, y por lo tanto también tienen la tez clara al igual que aquellos.

El caso de los "Pelosos", presentados en "Los Anillos de Poder" como ancestros de los Hobbits de La Comarca, aunque en los libros se alude a ellos como una sub-rama de los mismos, es más ambiguo, pues Tolkien si que los describe con la piel más oscura, aunque posiblemente se refiera a que son más morenos que los Albos (que son más pálidos y rubios) o los Fuertes (más corpulentos). Conviene recordar que Frodo o Bilbo pertenecen a a raza de los Pelosos, aunque Frodo tiene ascendencia Alba y por lo tanto la piel algo más clara que sus congéneres. En todo caso todos los Pelosos, en la mitología tolkiana, comparten rasgos y por lo tanto color de piel, por lo que no tiene sentido que algunos sean interpretados por actores de color y otros no.

Hay pocas referencias raciales en la obra tolkiana más allá de mencionar que los Pelosos tienen la piel "más oscura" o los comentarios sobre los Haradrim, de los que se comenta que tienen la piel morena y los ojos y cabellos oscuros, o los Hombres del Este, Rhûn y Khand, a los que se conoce como hombres cetrinos. Respecto al resto de razas, hobbits, enanos, elfos y los hombres del Oeste (Numenoreanos, Dunedain, hombres de Rohan y Gondor), Tolkien no aclara siempre que sean caucásicos, pero yo creo que es simplemenete porque no siente la necesidad de expresarlo de manera explícita aludiendo a que en el imaginario colectivo esas razas y pueblos, que tienen su fuente de inspiración en los mitos nórdicos, son de raza blanca.

¿Significa eso que un elfo o un enano o un hobbit no pueden ser interpretados nunca por un actor de color? En absoluto. Si Denzel Washington puede interpretar a Macbeth, Rey de Esocia, o al Don Pedro, principe de Aragón, de "Mucho Ruído y Pocas Nueces", ¿porque Ismael Cruz Córdova no puede interpretar al elfo Arondir o Sophia Nomvete no puede interpretar a la princesa Disa de los enanos? Yo personalmente veo todo eso más como una licencia artística y no como una traición al canon tolkiano. Nos guste o no, sea woke o no, vivimos en unos tiempos en que las políticas de inclusividad prevalecen sobre la fidelidad a la obra original en terminos puramente estéticos, y por lo tanto vamos a ver a actores de color interpretando a personajes concebidos originalmente de raza blanca, o a mujeres interpreando a personajes que en su origen eran hombres. Es algo que no vamos a cambiar y que debemos aceptar y no creo que merezca la pena rasgarse las vestiduras por ello. Todo ello no tiene porqué suponer una traición a la obra original y por ejemplo me remito a la adaptación modélica y ejemplar que ha hecho Netflix del "Sandman" de Neil Gaiman, en la cual se ha cambiado el sexo o la etnia de algunos personajes sin que ello altere la esencia de los mismos o de la propia historia.

ANALISIS III:  LA SERIE

Dejando a un lado, pués, cualquier polémica surgida a raíz de la política de inclusión promovida por los creadores de la serie, ¿qué podemos decir de la misma en cuanto a adaptación del legendarium tolkiano? 

Siendo estrictos podemos decir que en realidad la serie no adapta nada, pués no se basa en ningún relato concreto escrito por Tolkien sino que es una elucubración, una invención, a partir de un conjunto de datos expuestos por el escritor en forma de apéndices. Dicho de otra forma: en el fondo la serie do dista de ser un fanfic. La práctica del fanfic (o fan fiction) es algo que el fandom viene prácticando desde hace mucho tiempo. Un fanfic no es más que un relato inventado por un aficionado a partir de a obra original de un escritor o un autor de cómic, y que es compartido con otros fans de la obra originial. Como tal un fanfic está sujeto a la reinterpretación que hace el autor mismo de los personajes y hechos de la obra original, y dicha reinterpretación no puede ser más que subjetiva. Un fanfic no tiene que suponer una traición a la obra original sino que más bien es una, llamemosle, "declaración de amor" a la misma. Naturalmente esa reinterpreación subjetiva, personal, puede ser compartida o no por el resto de los seguidores de la obra en la que se inspira.

Así pues "Es Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder" no es más que eso: un fanfic surgido de la imaginación de los showrunners. Por el hecho de ser un relato inventado no es ni bueno ni malo, y por eso mismo no entiendo (ni comparto) las críticas furibundas, a veces despiadas y casi siempre groseras, que se han vertido contra la serie por parte del fandom. No estoy diciendo, ni mucho menos, que no tengan derecho a criticarla, pero en mi opinión lo están haciendo por los motivos equivocados.

Tampoco pretendo decir que aún en calidad de fanfic "Los Anillos de Poder" sea un acierto, al contrario. Al igual que pasa con "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson, como adaptación de la obra de J.R.R. Tolkien la serie también es un fracaso. Dejando a un lado los errores a la hora de reproducir símbolos, heráldicas, paisajes y demás detalles de la obra tolkiana, dejando de lado el hecho de la necesaria compresión de la cronología expuesta en los apéndices, y obviando el cambio de raza de algunos personajes por las razones antes expuestas, la serie comparte con la trilogía cinematográfica la misma falta de valores a la hora de captar la profundidad teológica y mitopoética de la obra tolkiana.

Hay aspectos que chirrían en esta adaptación y que se alejan sobremanera de la obra original, y hay otros que, pese a no formar parte del canon, aportan ideas interesantes pero que no acaban de cuajar del todo. Los relatos de Tolkien que narran la historia de la Tierra Media son, por encima de todo, ÉPICOS. Esa misma épica y la necesidad de tratar de temas "elevados" hace que el autor tome siempre como protagonistas a los miembros más nobles, más preemientes, de las diferentes casas de elfos, hombres y enanos que aparecen en sus historias. Por decirlo de una manera más clara: el pueblo llano no existe en sus relatos. Tokien nos habla siempre de grandes acontecimientos historicos y para ellos tiene que servirse siempre de los grandes personajes (nobles, caballeros, reyes, generales...) que ponen en marcha dichos acontecimientos. Tolkien no muestra interés por el dia a dia de la gente sencilla, por quienes son los receptores de las consecuencias que desatan los grandes actores de su relato. Tan solo los hobbits, que en el fondo no son más que un trasunto del propio Tolkien, ejemplifican la gente sencilla que disfruta de una vida sin complicaciones. Pero ya sabemos que la presencia de los hobbits en "El Señor de los Anillos" fué, de inicio, una imposición editorial.

La serie, por el contrario, sí que intenta fijarse en ese pueblo llano, al cual pertenecen personajes como Arondir, Bronwyn, Theo o algunos de los protagonistas que deambulan por las calles de Numenor. Es un punto de vista interesante, pero la serie se queda a medio camino y nunca llega a desarrollarlo en profundidad, e incluso llega vanalizar el retrato de esos personajes recurriendo, por ejemplo, al uso de diminutivos cuando hablan entre ellos, algo que Tokien nunca hizo en sus libros.

Muchas críticas pretenden hacer incapié en el hecho de que, visualmente, la serie es espectacular pero los guiones son "malos". Estamos de acuerdo en que no es una buena adaptación de Tolkien, pero ¿quiere decir esos que los guiones son nefastos? En mi opinión no. Se puede argumentar que las tramas son simples, pero las historias están bien desarrolladas y los personajes, aunque sin un trasforndo profundo, están bien descritos. No nos engañemos, no estamos ante un guión escrito por Aaron Sorkin, y además icurren en no pocas inconsistentencias, trampas y tópicos, pero también introducen algunos elementos novedosos que no carecen de interés. Una de cal y una de arena.

  • Galadriel se vertebrea con el personajes conductor del relato, y es una buena idea. Y aunque es un personaje potente de la trama, a la hora de retratarla como mujer empoderada se cae en el tópico de hacerlo como mujer guerrera constantemente airada;

 

  • Adar es uno de los hallazgos más interesantes de la serie, pues recupera la idea expuesta por Tokien de que los Orcos fueron originalmente elfos pervertidos y corrompidos por Morgoth, el Gran Enemigo anterior a Sauron. Además hay un aspecto interesante en la manera de retratarlo, pues se intenta humanizar al personajes. En el imaginario Tolkiano abundan las verdades absolutas, casi todo es blanco o negro y apenas hay personajes grises. Esa intencionada tendencia a al maniqueismo proviene, en mi opinión, de su marcada educiación católica. Así pues en dicho imaginario los Orcos son los seres más viles que existen, no solo por malvados sino por faltos de inteligencia. Con Adar, sin embargo, se nos recuerda que en origen fué un elfo, y por lo tanto aún conserva rasgos de cierta "nobleza", lo que le lleva a manifestar un sentimiento casi paternal hacia sus congéneres, haciendo de él un personaje mucho más ambiguo y por lo tanto francamente interesante; 
     
     
  • Los Pelosos son presentados en la serie como los ancestros de los hobbits de las películas y se hace de manera bastante inteligente, pues no hay registros de los hobbits en los anales de la 1ª y 2ª edad según el canon tolkiano, y estos no hacen su aparición "pública" hasta la 3ª edad. Pero su aparición en la serie no supone una contradicción, pues los vemos como una raza nómada que aún no se ha asentado en un lugar geográfico concreto, y que además se ocultan de la "gente grande" para pasar desapercibidos (la forma en cómo se camuflan con la naturaleza, visualmente es realmente ingeniosa);
  • La trama de amor interracial entre Arondir y Bronwyn es innecesaria y reiterativa pues no hace más que repetir el esquema ya presentado por Jackson tanto en "El Señor de los Anillos" como en "El hobbit"; si acaso aquí tiene un cierto punto de interés por tratarse de miembros de lo que antes describía como "pueblo llano";
  • Con el personaje de Bronwyn y Theo se cae de nuevo en el tópico de presentar ciertos arquetipos que nada tienen que ver con el legendarium tolkiano. Ella, de nuevo, es el topico de mujer empoderada, en este caso el de madre soltera; él es el tópico de adolescente rebelde. Estos personajes arquetípicos están ahí simplemente para conectar con ciertos sectores de la audiencia, pero no podemos dejar de observar que Tolkien nunca habla del núcleo familiar en sus libros. Habla de linajes, sí, y da importancia a las relaciones de parantesco para resaltar la el origen de sus personajes, la línea de su descendencia y por lo tanto las cargas que colleva el ser "hijo de" o "hermando de". Pero Tolkien nunca se interesa por hablar de los lazos familiares en terminos más convencionales, de ahí que la presencia de persnajes como Bronwyn o Theo resulta algo forzada en mi opinión;
  • Aunque no se ha revelado oficialmente la identidad del personaje como "el extranjero" es obvio que es un Istari (mago) y todo apunta a que podría ser el propio Gandalf. Aunque es cierto que la forma de presentarlo entra en clara contradicción con el canon Tolkiano (Gandalf llegó a la Tiera Media en barco, acampoñadado de Saruman y Radagast, y fué recibido por Cirdan en los Puertos Grises) su tratamiento en la serie no carece de atractivo. El llegar en un meteorito alude a la importancia de su origen y función en la Tierra Media (los Istari y los Maia se situan por encima aún de las casas más antiguas y poderosas de los elfos), y además es el primero y hasta ahora único en contactar con los hobbits (o "Pelosos") lo cual explica su cercanía y preocupación hacia dicha raza. De momento "el extranjero" es aún un personaje en desarrollo, en estado embrionario, así que habrá que esperar qué tratamiento recibe en próximas temporadas;

  • Las tramas políticas que concierten a los personajes de la reina regente Miriel y el senescal Ar-Pharazôn por un lado, así como las que describen la relación de amistad entre el elfo Elrond y el enano Durin IV son de largo la más interesantes de esta primera temporada. Por contra, todo lo que afecta a algunos personajes inventados como Eàrien o Kemen, o lo que gira alrededor un Isildur adolescente y sus compañero de "correrias juveniles", carecen por completo de interés;

  • Es el personaje de Halbrand el que me genera un mayor conflicto. Uno de los aspectos que ha dado pié a numerosas teorías en la red giraba en torno a la presencia de Sauron en la serie. Sauron es el GRAN ENEMIGO en "El Señor de los Anillos", es la misma encarnación del mal, el ser más malvado, peligroso y poderoso que existe. En los relatos de Tolkien Sauron, durante la 2ª Edad, se ocultó entre los elfos adoptando un aspecto atractivo y zalamero, e intercambió con ellos el conocimiento que posteriormente daría lugar a la forja de los Anillos de Poder, incluído el Anillo Único. Sabemos ahora que Sauron se ocultaba bajo el aspecto de Halbrand, un supuesto rey de la Tierras del Sur, pero la forma en como la serie a tratado tanto la ocultación como la revelación de su identidad es tan torpe como tramposa. Para empezar, la cadena de acontecimientos que se inician desde el encuentro de Halbrand y Galadriel en una balsa a la deriva en mar abierto, hasta su revelación final en Eregion, es un cúmulo de casualidades increíbles y difíciles de aceptar. Por otro lado por tratarse de un personaje de la alcurnia y el poder de un maia, resulta poco convincente que se rebaje a actuar como un mero "hombre de a pié". Aún así, también cnviene resaltar que en el 8º y último episodio de esta 1ª temporada se nos regala uno de los mejores momentos sobre el personaje: la batalla de voluntades entre él y Galadriel. Según los libros Sauron volverá a Numenor para convencer a Ar-Pharazon, una vez este usurpe el trono numenoreano, para dar la espalda a los elfos y los Valar y enfrentase a ellos, lo que provocará el undimiento de la isla (adelantado ya en la serie por medio de las visiones proféticas de la reina regente Miriel), así que de nuevo nos encontramos con un personaje al que le queda aún un largo camino para evolucionar.

Si dejamos a un lado todas estas inconsistencias, trampas de guión, o falta de interés de algunas sub-tramas, "Los Anillos de Poder" es, eso sí, un GRAN espectáculo televisivo. Es la serie más cara de la historia de la televisión y de verdad que se nota cada dolar invertido en la misma. De nuevo, todo el diseño de producción es fastuoso, la partitura de Bear McCreary es soberbia y francamente inspirada (es excepcional que un banda sonora para una temporada televisiva contenga hasta 8 leiv motivs diferenciados y tenga la extensión de la obra compuesta por McCreary) y la puesta en escena ralla la excepcionalidad en algunos momentos, especialmente en los 2 primeros episodios dirigidos por Juan Antonio Bayona, que son un prodigio de planificación, encuadre y montaje por parte del director barcelonés.


A MODO DE RESUMEN:

Personalmente he disfrutado de "El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder" como una muy buena serie de fantasía épica, de igual modo que disfruté en su dia de las películas de "El Señor de los Anillos" e incluso las de "El Hobbit". El tiempo y la reflexión me dan la suficiente perspectiva para apreciar estas últimas con sentido crítico, y he tratado de aplicar el mismo para valorar "Los Anillos de Poder". No comparto en absoluto las críticas intransigentes y groseras, ni las valoraciones intolerantes vertidas hacia la serie de Amazon Prime, y no comulgo con la actitud arrogante exhibida por muchos supuestos "expertos" en Tokien que pueblan las redes. El fandom puede ser a veces muy taliban a la hora de expresar su opinión, pero esos mismos olvidan que J.R.R. Tokien, como devoto cristiano, era una persona tolerante, y como buen caballero inglés, sumamente educada.

Sus libros están ahí, inalterados y para el disfrute de todos, y ninguna película ni ninguna serie les hará nunca verdadera justicia. 




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