lunes, 21 de marzo de 2016

MITOS y (SUPER)HOMBRES (2ª parte)

(continúa de...)

¿Y qué podemos decir de Batman? Batman es un personaje que se situa en un espectro ético, estético e ideológico diametralmento opuesto al de Superman. Creado en 1939 por Bob Kane y Bill Finger, el personaje venía a ser una respuesta más terrenal, menos divina, al Hombre de Acero. En este sentido el personaje de Batman no se enfrenta a villanos superpoderosos que amenazan a toda la humanidad, sino que más bien se encarga de perseguir a los malhechores que escapan a la acción de la justicia, es decir: actúa allí donde la ley no puede, bien porque sus recursos o capacidades son limitados, bien porque la misma ley pone obstáculos a sus propios servidores. Así pues, Batman adopta el rol de vigilante en toda su acepción: alguien que imparte justicia pero que actúa al margen de la ley, y por lo tanto opuesto a Superman, que actúa siempre dentro de los límites de la legalidad. En muchos aspectos podría decirse que Batman es un personaje necesario, por muy polémica que sea su actuación, pues sus intenciones siempre son honorables.
1ª aparición de Batman
Si en la primera parte de este artículo (aquí) mencionaba el “Watchmen” de Alan Moore como una de las obras seminales de finales de los 80, la otra sería sin lugar a dudas el “Dark Knight Return” de Frank Miller. En esta última, Miller nos ofrece una revisión bastante controvertida del personaje, presentándolo claramente como un parafascista que actúa con un total desprecio hacia una ley que considera corrupta y blanda. El contexto en el que Miller desarrolla su historia no puede ser más desolador: nos encontramos en unos Estados Unidos sumidos en el caos y el desorden, en el que las bandas criminales campan impunes a sus anchas, mientras que el gobierno y las instituciones han caído víctimas de la corrupción y la desidia. Los grandes héroes como Superman se han convertido en meras marionetas al servicio de los poderes fácticos, para ser utilizados como armas secretas en guerras ilegales. En medio de tan desolador panorama Batman decide volver de su retiro y tomar las riendas de una justicia que ha caído en la inoperancia. Batman volverá a la acción convertido en vigilante, erigiéndose al mismo tiempo en juez, jurado y verdugo. La visión que nos ofrece Frank Millar está claramente politizada y tiene evidentes tintes fascistas. Viendo el sesgo político hacia el cual ha derivado su autor en los últimos tiempos, uno se pregunta si esa visión reaccionaria del personaje está hecha desde la crítica o desde la admiración, si su revisión del mito está concebida para justificar y defender la figura del vigilante como única alternativa viable a una justicia inoperante y una ley corrupta, o si más bien su autor está ironizando sobre la figura del superhéroe y su intención es desmitificadora cuando no claramente ridiculizadora. En cualquier caso, la propuesta de Frank Miller resultó transgresora en su momento y sigue siéndolo hoy día. 
El regreso del señor de la noche
Cuando Tim Burton estrenó su “Batman” en 1989 no ocultaba su admiración por la obra “La broma asesina” de Alan Moore, en el cual el autor británico confrontaba a Batman con su archinémesis, el Joker, presentándolos como caras opuestas de una misma moneda. Burton prefirió obviar la lectura sociopolítica que del personaje nos ofreció Frank Miller, optando por una aproximación estética en la cual el conflicto moral del personaje se reduce a un juego de contraluces. Christopher Nolan en su “Batman begins” del 2005 se acercará al personaje en un nuevo film que supondrá un reboot respecto a la versión burtoniana. Al igual que Tim Burton, Nolan no está tan interesado en analizar el mito desde una óptica sociopolítica, y prefiere examinar las motivaciones psicológicas del personaje, indagando en su psique en clave psicoanlítica para tratar de comprender qué le impulsa a perseguir a los malvados; así pues, su Batman se debate entre la sed de venganza y la necesidad de redención. Es ahora Zack Snyder quien reversiona el personaje en ‘Batman V Superman. El amanecer de la justicia” ¿Y cuál es la manera en la cual Snyder se ha aproximado al personaje?
Batman y el Joker según Tim Burton
Pongámonos primero en contexto: “Batman V Superman” está concebido como una secuela directa de “Man of Steel”. Así pues, Zack Snyder continuará analizando la figura de Superman según las premisas presentadas en el anterior film, al mismo tiempo que enfrentará su postura moral y ética a la de Batman, presentando a ambos inicialmente como rivales. Así pues es lógico pensar que Snyder continuará indagando en la naturaleza divina de Superman, pero confrontándolo esta vez a un antagonista que es al mismo tiempo aliado y rival. Pero en la versión de Snyder se nos plantea un problema precisamente con esa condición divina del personaje de Superman. 

En la tradición mítica del héroe solar, éste siempre realiza al final un sacrificio supremo como prueba para alcanzar la divinidad. Hércules, por ejemplo, se inmola en una pira tras haber rescatado a su esposa Deyanira del centauro Caco, y es entonces cuando Zeus le concede la inmortalidad y le permite la entrada en el Olimpo. En la Biblia, Jesucristo entrega su vida en la Cruz tras haber sufrido los tormentos del Calvario, y a los tres días resucita de la tumba para ascender al Cielo y ocupar su lugar junto al Padre. ¿Y en el caso de Superman? Si pensamos en la versión cinematográfica de Richard Donner, no podemos limitarnos al primer film, sino que debemos rescatar la versión 'apócrifa' de su secuela (no la que se estrenó en salas comerciales), cuya filmación comenzó el propio Donner y terminó de rodar Richard Lester. Si vemos ambos films como uno solo (como era la intención inicial de Donner), veremos a Superman realizar todo tipo de proezas sobrehumanas, llegando incluso a realizar un prodigio que solo se puede calificar como milagro: devolver la vida a Lois Lane, de igual modo a como Cristo devolvió la vida a Lázaro. En dicha secuela, Superman cae víctima de la tentación, renuncia al manto del héroe y por lo tanto a sus poderes sobrehumanos, adoptando así la identidad humana de Clark Kent con el propósito de vivir una vida normal al lado de la mujer que ama. Pero en su identidad humana Clark Ken vivirá su particular Via Crucis al ser atacado y herido por un delincuente, conocerá el dolor y la impotencia, y se dará cuenta de que no puede abandonar su misión en la Tierra. Así pues, su sacrificio será renunciar a su ‘humanidad’, con todo lo que ello conlleva (la felicidad de vivir una vida normal), y por lo tanto asumirá de manera definitiva su condición de héroe y salvador de la Humanidad.
¿Colegas o rivales?
Zack Snyder, por el contrario, ha optado por ofrecer una versión más terrenal del Hombre de Acero, y por lo tanto su discurso sobre la divinidad del personaje va por otros derroteros. “Man of Steel” pivota en buena parte sobre las dificultades del personaje de reconocer y aceptar su condición divina, y en dicho film su director no ha planteado (aún) el tema del sacrificio mediante el cual el héroe solar se redima. De lo que hemos podido deducir de los primeros avances de “Batman V Superman”, es que Snyder presumiblemente nos mostrará a Superman como una suerte de Dios en la Tierra, pero un Dios pagano en cualquier caso, adorado por una masa crédula y necesitada, poniendo, pues, en entredicho su naturaleza divina. Si lo llevamos al terreno teológico, la dialéctica que se establece entre Superman y Batman no será algo tan obvio como el enfrentamiento entre Dios y el Diablo (Batman, en cualquier caso, está siempre del lado de los ángeles, por mucho que sus métodos puedan ser cuestionables), sino que más bien el discurso podría establecerse en términos de paganismo vs. pragmatismo. Es decir: Superman representa aquí a un dios pagano, un falso dios que es adorado por aquellos que proyectan en él su necesidad de salvación o su búsqueda de respuestas; la humanidad le adora solo porque necesita adorar a alguien, porque necesita volcar en alquien sus miedos, sus frustaciones, sus inseguridades. Batman, por el contrario, es un ser que hace uso de la lógica, que cree por encima de todo en el dominio de la ciencia, y por lo tanto rechaza de plano cualquier motivación basada en la simple fe. Desde su profundo ateísmo, el objetivo de Batman no es otro que desenmascarar a ese falso dios que representa Superman. Y salvo que Superman sea capaz de realizar el sacrificio definitivo que reafirme su supuesta divinidad, la lógica y la ciencia, que son la base de las actuaciones de Batman, tienen las de ganar.

Tradicionalmente los enfrentamientos de Batman y Superman en los cómics siempre se han basado en el clásico conflicto de la superioridad intelectual contra la superioridad física, y normalmente dicho conflicto solía quedar en tablas, pues ambos personajes son héroes y están en el mismo bando. No podemos pasar por alto el hecho de Batman sigue por un lado la tradición de los héroes enmascarados como The Shadow o El Zorro, pero también que una de sus fuentes de inspiración es el mismísimo Sherlock Holmes. Y de hecho fué el propio Bill Finger, uno de sus creadores, quién sugirió que el personaje tuviese habilidades extraordinarias como detective, así como una asombrosa capacidad deductiva. El aspecto detectivesco del personaje ha sido más o menos explotado en sus diferentes encarnaciones en el mundo del cómic, prevaleciendo con frecuencia el aspecto superherorico, pero no por ello Batman deja de ser una criatura movida por la lógica y el pensamiento científico, de ahí que sus enfrentamientos con Superman, que es un ente de naturaleza cuasi-divina, puedan ser intrepretados en terminos de lucha entre la razón y la fe.
Una de las fuentes de inspiración de Batman
Sin embargo, Frank Miller, en su aclamada “The Dark Knight Returns”, prefiere explicar dicho enfrentamiento en clave ideológica: Batman opera al margen de la ley, pero sus intenciones son siempre a favor de la Justicia; Superman, en cambio, es respetuoso con la ley, pero sus manos están atadas y sirve a una gobierno corrupto. ¿Quién tiene entonces razón? Uno es un justiciero, un delincuente, mientras que el otro es una simple marioneta. Aunque su discurso sea distinto, es obvio que Snyder ha tenido presente algunos de los elementos de la obra de Miller para ofrecer su particular visión del conflicto entre ambos personajes. Superman es simplemente demasiado poderoso, y por lo tanto peligroso, como para que los gobiernos lo ignoren y no traten de poner medidas para controlarlo de alguna forma; pero no menos peligroso es un individuo como Batman, que ejerce de vigilante dejando en entredicho a las fuerzas del orden. Ambos son una amenaza para los poderes fácticos, pues ponen de relieve su ineficacia y su inoperancia ante determinados problemas. Uno pensaría que en semejante escenario ambos están condenados a entenderse y trabajar juntos, pero acaban enfrentados porque Batman es de la opinión que un ser tan poderoso deber rendir cuentas, someterse a control, y pagar por sus errores. Lo cual no deja de ser en cierta manera hipócrita, pues el propio Batman es un personaje que opera sin control y que no rinde cuentas más que a sí mismo.
Deduzco que Snyder ha querido aportar, en cambio, una lectura bien distinta a la de Frank Miller en relación al eterno conflicto entre Batman y Superman, y lo ha hecho introduciendo (no sé hasta qué punto de forma consciente) ciertos matices en clave teológica. El problema es que el discurso de Snyder está lleno de contradicciones y por lo tanto es imposible dirimir quién debería erigirse en campeón del conflicto: Superman es un ente superior que ha elegido poner sus dones al servicio de la humanidad, pero esa misma superioridad le lleva a cometer acciones que perjudican a aquellos que ha jurado proteger; incluso pese a su autoproclamada condición de Salvador, no puede evitar cometer el crimen definitivo: quitar una vida. Así pues, Batman se autoimpone la tarea de ser él quién castigue a Superman. El haber cometido un homicidio, no importa cuán justificado esté, es una mancha que el Hombre de Acero nunca va a poder limpiar, un pecado del cual no es posible redimirse, algo que Batman se encargará de recordárselo. Resulta, pues, irónico que el encargado de recordárselo sea una figura que se viste como una criatura nocturna, y por lo tanto con una imaginería más propia del Diablo.

Ahora bién: ¿cómo ha resuelto cinematográficamente Zack Snyder el que probablemente sea en enfrentamiento definitivo entre Batman y Superman?
 

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