Cuando hablamos de cine de animación tenemos tendencia a pensar muchas veces que es un cine dirigido únicamente a los niños. Lo cierto que a poco que examinemos el cine animado que viene de Europa y, sobretodo, de Asia, nos daremos cuenta que no es así. Hay una larga, larguísima tradición de cine de animación dirigido a un público adulto, y ahí están algunas producciones del animé japonés para demostrarlo, con nombres destacados como los de Mamoru Oshi, Katsuhiro Otomo, Satoshi Kon o Mamoru Hosoda. Pero también están los (en su dia) innovadores experimentos de Ralph Bakshi, Jan Svankmajer, Jirí Trnka, Bruno Bozetto, René Laloux o George Dunning.
Si es cierto que, pese a todo, el cine de animación tiene una vocación mayormente familiar, y trata de contentar al más amplico público posible. ¿Pero es posible una película que sea igualmente disfrutable por un público infantil y un público adulto? Satisfacer plenamente a ambos es algo dificil, pero hay creadores que han sido capaces que encontrar ese dificil equilibrio entre una película altamente disfrutable por los más pequeños, pero que a la vez tenga es suficiente empaque (más allá de guiños complices facilones) para captar el interés del público adulto. Hayao Miyazaki sabe mucho de eso y lo hace muy bien. Los de Pixar también.
Miyazaki, como John Lasseter, tienen la virtud de no menospreciar la inteligencia de los niños. Y eso lo que les ha llevado a producir auténticas joyas como "Mi vecino Totoro", "Toy Story", "El viaje de Chihiro", "Wall.E" o "Up". Miyazaki incluso se ha atrevido a dar un paso más lejos y, sin renunciar a su particular estilo y su personal forma de hacer cine, dirigirse a un público más maduro con propuestas como "La princesa Mononoke" o "El viento se levanta". John Lasseter, por su lado, ante la pregunta de porqué no hace cine para adultos siempre responde lo mismo: él hace cine para adultos... pero que también pueda ser disfrutado por los más pequeños.
Otra cosa que une a Miyazaki y Lasseter es su indiscutible torrente imaginativo y el perfeccionismo técnico con el que bordan todas sus propuestas cinematográficas. Ese perfeccionismo es algo evidente en todas las propuestas que surgen de la factoria Pixar... no así sus logros. En el año 2010 Pixar cerraba la trilogía de "Toy Story" con un film mayúsculo, al que habían precedido propuestas magistrales como "Ratatouille", "Wall.E" o "Up". La primera mitad de "Wall.E", sin diálogos, y los 4 minutos que resumen la vida de Carl, protagonista de "Up", antes de enviudar, pueden considerarse no solo como lo mejor que ha producido Pixar, sino también como dos de los momentos cumbres que ha dado la animación norteamericana en los últimos años. Hasta ese año 2010 Pixar tan solo había tenído un pequeño tropiezo con un film tan brillante técnicamente como banal en su aspecto argumental: "Cars". Sin embargo, ese mismo film anunciaría unos años en los que Pixar parecía verse afectada por la fiebre de la secuelitis y no produciría más que films mediocres como las secuelas de "Monstruos S.A." o "Cars", o el spin-off de este último, "Aviones". Para acabar de agrabar la situación anunciarian la producción de las innecesarias secuelas de "Los increibles" o "Buscando a Nemo". ¿Nos encontrabamos pues ante una crisis de creatividad? "Brave" pretendía romper con esa tendencia pero no pasaba de ser una fábula tan bienintencionada como aburrida. Pixar parecía haber perdido su toque especial, su magia. Esa que se materializaba en films que nos ofrecían un cuidado desarrollo de personajes, una trama perfectamente hilvanada y las exactas dosis de humor, emoción y aventura convenientemente mezcladas. Todo parecía encaminado a sobre-explotar los viejos éxitos de la factoría en una sucesión de secuelas de dudoso interés y cuya única intención era tratar de reverdecer los laureles del pasado. Eso parecía... hasta que se anunció "Inside-Out".
La nueva propuesta de Pixar, titulada "Del revés" en nuestro país, era el primer argumento netamente original de la compañía en años. Además se olvidaba por completo de esa perniciosa insitencia de la compañía madre, Disney, en los tradicionales cuentos de hadas y princesas que, bien es cierto, había dado excelentes resultados con "Frozen", pero que pesaba como una losa en "Brave". Los primeros teasers de "Del revés" presagiaban una película distinta, arriesgada y sugerente. Y lo cierto es que el resultado, que está cosechando excelentes críticas en todo el mundo, no solo están a la altura de las expectativas creadas, sino que las superan de pleno.
¿Es "Del revés" el mejor film de Pixar"? Yo no me atrevería a afirmarlo teniento precedentes tan ilustres como "Wall.E" o "Up", pero está sin duda alguna a la altura de aquellas. "Del revés" es, por un lado, un film deslumbrante, repleto de ideas sugerentes, y que atesora algunas de los momentos más hermosos surgidos de la factoria Pixar. Pero por otro lado es un film que es, como no podría ser de otra forma, tratando del tema que trata, emoción pura.
"Del revés" funciona a dos niveles, y en ambos lo hace de manera extraordinaria. Por un lado tenemos la historia de Riley, la protagonista, una niña que tiene que mudarse a una nueva ciudad, dejando el hogar de su niñez, sus amigos de infancia, sus viejas costumbres, y adaptarse a un entorno completamente nuevo que, de entrada, le resulta hostil. Por otro lado tenemos las cinco emociones que rigen la mente de Riley, las personificaciones de Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Asco, todo un prodigio de diseño en todos los sentidos, tanto en su definición visual, imaginativa y acertada, como en el retrato de sus respectivas personalidades, que no por arquetípicas (hasta cierto punto) están desprovistas de matices. Así pués Alegría no oculta un caracter totalitario que trata de imponerse al resto de sus compañeros a base de optimismo y positividad inquebrantables. En cambio Tristeza despierta ternura y comprensión y acaba revelándose como un catalizador de emociones más complejas. Ira, Miedo y Asco aportan el necesario contrapunto cómico, al mismo tiempo que se revelan como partes necesarias del aprendizaje y la evolución emocional de Riley. Hay momentos que atesoran auténtico oro puro en este film, como aquel en que nos introducimos en el pensamiento abstracto de Riley, todo un prodigio de diseño y planificación de escena que pone a prueba el talento de los animadores. Pero también hay otros que ponen de relieve la incuestionable capacidad del film para emocionar, como aquel en que Alegría llora por primera vez. Confieso que yo se me han escapado las lágrimas en más de una ocasión viendo "Del revés". Y también he reído, y he disfrutado y me he emocionado como hacía mucho que no lo hacía viendo un film.
Quizás no sea justo y las comparaciones son odiosas, pero no puedo evitar comparar éste con otro film de animación dirigido a los más pequeños: "Los Minions". "Los Minions" no es más que un vulgar producto de marqueting que demuestra que sus protagonistas funcionan mejor como secundarios robaescenas que como protagonistas. A pesar de un indudable carisma y su capacidad para el slapstick, son personajes que funcionan únicamente en gags aislados y que se ven incapaces de sostener el peso de un largometraje por si mismos. El mejor momento del film, la intrucción que narra su paso por la historia, ya estaba presente en el primer trailer del film. Pues bien: poco más no ofrece esta película. "Del reves" en cambio es una obra de arte que busca (y consigue) ser un film de entretenimiento pero sin descuidar en absoluto su capacidad pedagógica. "Del revés" sorprende, emociona y al mismo tiempo enseña, no en vano los guionistas contaron con el aseoramiento de expertos de psicología, neurología y estudio de la conducta con el fin de lograr que el retrato de las emociones de Riley fuese lo más veraz posible. Así pues nos encontramos ante un extraño film conecptual, tan hermoso como entretenido, tan sutil como complejo, que a más de un adulto invitará a reflexionar acerca de los mecanismo de la psique y el comportamiento humano, pero que más de un niño disfrutará con el desarrollo de un grupito de personajes que son todo un logro en animación y diseño. Pixar recupera pues la corona de la supremacía en el terreno de la animación digital. Larga vida a Pixar, pues.


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