lunes, 21 de diciembre de 2020

MIS MEJORES DEL 2020

Llegamos al final del 2020. El año pasado me propuse recuperar al menos mi habitual entrada en este, lo reconozco, un tanto abandonado blog para hacer mi repaso de "lo mejor del año". Hoy vuelvo para mantener viva esa costubre que, como ya dije anteriormente, espero no perder. Quien sabe si así me animo a publicar nuevas entradas con más frecuencia.

Que duda cabe que este 2020 ha sido un annus horribilis en muchos aspectos. La pandemia del Covid 19 ha incidido de manera muy negativa en nuestras vidas, en nuestros hábitos, en nuestro trabajo, en nuestra forma de relacionarnos con los demás... Hemos tenido que adaptarnos a esta nueva realidad y reinventarnos en muchos aspectos: cambiar nuestros hábitos, buscar nuevas formas de trabajo, cambiar nuestra forma de comunicarnos con nuestros amaigos y familiares... 

Que duda cabe que la pandemia también ha tenido su impacto (grave) en la industria cinematográfica, afectando a calendarios de rodaje, provocando la cancelación o retraso de estrenos, obligando a los exhibidores a buscar nuevas formulas para continuar manteniendo la asistencia a las salas, provocando un nuevo boom de las plataformas de streaming... Todo ello ha dado como resultado que en mi caso, y me imagino que en el de muchos aficionados cinematográficos, hayamos visto cine este 2020 de una manera poco habitual. Mi costrumbre de intentar ir al cine al menos una vez por semana se ha visto truncada. Y, por contra, me he visto abocado a buscar algunos estrenos en las plataformas de streaming, que han sabido rentabilizar positivamente los efectos de la pandemia. ¿Significa todo esto la muerte del cine tal como lo conocíamos hasta ahora? Espero que no, porque por mucha pantalla 4K de 65" que tengas que casa, por mucho dolby 5.1 que puedas disfrutar desde tu sofá, nada puede sustituir la magia y la experiencia de ver un estreno en una sala de cine.

Y aunque debo reconocer que he pisado mucho menos de lo que me gustaría una sala de cine este 2020, y que tratado de rentabilizar al máximo mi subscripción a Netflix y Amazon Prime, algunos estrenos interesantes sí que he podido disfrutar este año. ¿Y qué films son los que yo destacaría como lo mejor del 2020? Como siempre digo, no deja de ser una lista muy personal, así que cada cual se sienta libre de discutirmela, pero, en cualquier caso, ahí va mi propuesta:

- "1917" de San Mendes, por su alarde técnico, por su reconstrucción histórica, por ese falso plano secuncia que te atrapa desde el primer minuto y por esa prodigiosa fotografía de Roger Deakins que es, de facto, una obra de arte;

- "El Faro" de Robert Eggers, por su riesgo formal y narrativo, y por su incómodo discurso que conjuga Lovecraft, Freud y el expresionistmo de Robert Wiene sin ningún tipo de complejo; 

- "El juicio de los 7 de Chicago" de Aaron Sorkin, por sus diálogos afilados y su preciso guión que funciona como un mecanismo de relogería; 

- "Mank" de David Fincher, por todo: guión, interpretaciones, puesta en escena, fotografía, banda sonora... un alarde estético que supura elegancia en cada fotograma; 

- "Pinnochio" de Matteo Garrone, por atrevese a plasmar la obra de Collodi desprendiénse de cualquier intención de edulcorarla, combinando con exquisito acierto realismo mágico y crítica social;

- "Casa ajena" de Remi Weekes, por ser capaz de tirar adelante un proyecto con escasos medios y lograr un film inteligente y sorprendente, que funciona como metáfora de nuestra sociedad y que al mismo tiempo es capaz de aportar un nuevo enfoque a un genero a veces muy manido como es el del terror;
 
- "El diablo a todas horas" de Antonio Campos, por su cruda reconstrucción de una América rural dominada por el discurso religioso.


¿El actor del año? No me olvido de Gary Oldman, que hace un trabajo prodigioso en "Mank", pero este año quiero destacar el trabajo de Robert Pattinson, que desde que se desprendió de la sombra de "Crespúsculo" lleva una interesantísima carrera, conducida con inteligencia, y que en "El faro" realiza una arriesgada composición. Pero mencionar a Pattinson es mencionar también a Willem Dafoe, su compañero de reparto en el mismo film, que le da la réplica de forma perfecta y que juntos llevan a cabo un duelo interpretativo mayúsculo.


 

¿La actriz del año? También mencionaré a dos. Por un lado a Cate Blanchet, en parte porque siento debilidad por ella, pero sobretodo porque su trabajo en "Mrs. América", rico y lleno de matices, es extraordinario. Y por otro lado a la emergente y magnética Anya Taylor-Joy, por sus carismáticas interpretaciones en "Emma" y en "Gámbito de dama".



¿El director del año? David Fincher, sin lugar a dudas. Por que "Mank" es CINE con mayúsculas, un fim que homenagea un forma de hacer cine pero sin perder su mirada critica e incisiva, haciendo alarde de clasicisme y elegancia, evocando a Orson Welles, a Gregg Toland o a Bernard Herrmann sin perder sus señas de identidad y dejando claro que, por encima de todo, es David Fincher quien está detrás de la cámara.


¿El compositor del año? Trent Reznor y Atticus Ross por sus geniales composiciones en "Mank" y "Soul", miembros ambos de la banda de rock industrial Nine Inch Nails, y colaboradores habituales de Fincher desde "La red social". En "Mank" realizan una elegante partitura que sorprende por su corte clásico pero que no renuncia a toques de modernidad, que tira de jazz clásico y que sabe evocar a Herrmann sin llegar nunca a copiarlo; mientras que en "Soul" dan rienda suelta a su vena más experimental en un trabajo cargado de emotividad.

¿La canción? “Husavik (My Hometown)” del film "Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga", en la preciosa voz de My Marianne, y con la que descubrimos que bonito suena el finés cantado.


 ¿El personaje del año? Ya sabemos su nombre: Grogu. ¿Es necesario que explique porqué para mí es uno de los personajes del año?

 
 

Ya el año pasado en mi repaso de lo mejor del año cinematográfico también mencioné algunas de las mejores series que nos ha dado la televisión, y este año (y los siguientes) no voy a ser menos. En un año en que la asistencia a salas cinematográficos se ha visto restringida, al menos hemos tenido la fortuna de disfrutar de no pocas propuestas televisivas que han destacado por su innegable calidad. Tengo pendientes de terminar algunas series como "Euphoria", "Gambito de dama" y "Unorthodox, pero de las que he ya he visto, las que destacaría:

- "Veneno"; una propuesta de los Javis valiente, emotiva, arriesgada, atrevida y brillante. Una oda de amor a un personaje icónico en la historia televisiva de nuestro país, y un canto a la reivindicación de la diferencia y la autenticidad; 
 
- "The Great"; intencionadamente ancrónica y deliciosamente cínica, rezuma ironía por los cuatro costados y Elle Fanning nos regala una interpretación deliciosa;
 
- "Fargo" temporada 4; en la primera temporada Noah Hawley ya supo adaptar y expandir de manera brillante el film de los hermanos Cohen al formato televisivo; las temporadas siguientes fueron igualmente brillantes ampliando el universo de Fargo con nuevas historias, y esta 4ª, con un esplendio noveno episodio (de titulo "East/West") que homenagea "El mago de Oz", no es ninguna expección;
 
- "The Crow" temporada 4; me lancé de cabeza a la 4ª temprada, sin haber visto las anteriores, para disfrutar de unos diálogos brillantes, un retrato de la familia real británica nada complaciente y un titánico duelo interpretativo a tres bandas entre Olivia Colman, Gillian Anderson y Emma Corrin;
 
- "Devs"; fascinante e hipnótica propuesta de Alex Garland que combina con inteligencia ciencia ficción, filosofía y drama existencial;
 
- "Perry Mason"; olvidate de la serie y el personaje interpretado por Raymond Burr; esta puesta al dia de HBO convence y atrae por un impecable ambientación, su sugerente tono noir y la carismática interpretación de Matthew Rhys
 
- "La maldición de Bly Manor"; si Mike Flannagan nos sedujo con "La maldición de Hill House", esta segunda entrega de su antología, que adapta libremente "Otra vuelta de tuerca" de Henry James, quizás sea menos redonda, pero igualmente atrapa por su halo de romanticismo gótico y nos regala un antológico capitulo en blano y negro, "The romance of certain old clothes", que es una mini-película en si mismo;
 
- "Mrs. América"; con un guión inteligentísimo y ácido que repasa un periodo políticamente convulso de la historia reciente de Estados Unidos y una Cate Blantchent en estado de gracia;
 
- "Raised by Wolves"; Ridley Scott se alía con Aaron Guzikovski y recupera algunas de sus más interesantes ideas (tanto estéticas como argumentales) de "Alien" o "Blade Runner" para ofrecernos un espectáculo televisivo de primer orden;
 
- "The Mandalorian"; John Favreau y Dave Filoni demuestran que "this is the way", "este es el camino", demostrando respeto por una saga cinematográfico que tiene un número ingente de fans y al mismo tiempo sabiendo expandir dicho universo cinematográfico aplicando inteligencia, nostalgia y originalidad. "The Mandalorian" deja a la última trilogia perpetrada por J. J. Abrams y Rian Johnson a la altura del betún.

Y como cada año no puedo cerrar este artículo sin mencionar a algunos de personajes que, tristemente, nos han dejado este año. Entre otros: Terry Jones, miembro de los Monty Pyton, nuestros Jose Luís Cuerda y Lucía Bosé, los directores Stuart Gordon, Joel Schumacher, los actores Ian Holm, Brian Dennehy y Chadwick Boseman; pero muy especialmente:

- Kirk Douglas, "Spartacus", "El ídolo de barro", "Senderos de gloria", "Cautivos del mal", "El loco del pelo rojo", "El gran carnaval", "Duelo de titanes", "Los vikingos"... solo son un puñado de interpretaciones míticas en no menos míticas películas de una de las últimas leyendas del Hollywood dorado. Nos dejó a la edad de 103 años de edad, 'el hijo del trapero', un actor rebosante de energía, talento y carisma hasta su último aliento.


- Olivia de Havilland, nolvidable Melania en "Lo que el viento se llevó", imperecedera Marian en "Robin de los bosques", arrebatadora Catherine en "La heredera", incluso perversa Miriam en "Canción de cuna para un cadaver".


- Ennio Morricone, no solo un MAESTRO sino además una de las últimas leyendas de la música de cine. "La misión ", "Novecento ", "Días del cielo", "Erase una vez América ", "Cinema Paradiso", "Los intocables de Elliot Ness " son solo algunas de las joyas que nos regaló este genio de la música.


- Max von Sydow, actor fetiche en la filmografía de Ingmar Bergman en títulos míticos como "El séptimo cielo", "Fresas salvajes" o "El manantial de la doncella",  pero igualmente inolvidable en películas como "El exorcista", "Hannah y sus hermanas", "Pelle el conquistador" o incluso "Flash Gordon", dando vida al inefable emperador Ming.

- Sean Connery, el primer James Bond cinematográfico, para algunos el mejor, pero también el Guillermo de Baskerwille de "El hombre de la rosa", el Jim Malone de "Los intocables de Eliot Ness", el Ramirez de "Los Inmortales", el Daniel Dravot de "El hombre que pudo reinar", el Raisuli de "El viento y el león" o el crepuscular Robin de "Robin y Marian"


 Y aunque pertenezcan más al ámbito del cómic, no puedo dejar de recordar a dos de los ídolos de mi infancia: Richard Corben, autor de obras capitales del noveno arte como "Den", "Bloodstar" o "Mundo Mutante", y Juan Gimenez, dibujante de "Cuestión de tiempo", "Basura" o "La casta de los Metabarones". Ambos colaboraron en la adaptación cinematográfica de la mítica revista de comics para adultos "Heavy Metal" del 1981.



lunes, 1 de junio de 2020

LA VOZ DEL FANDOM

Hace unos dias saltaba la noticia de que finalmente podrá verse el montaje inicialmente previsto por Zack Snyder para "Justice League". Dicho montaje se verá próximamente en la plataforma HBO Max, en el 2021, y aún está por ver si será en un montaje cinematográfico de 4 horas de duración o en una miniserie de 6 capítulos.


El proceso de producción de "Justice League" fué complejo y no exento de polémica. Tras "Man of Steel" y "Batman vs Supeman. Dawn of Justice", Snyder se hizo cargo de la realización del film que iba a reunir la plana mayor de superhéreoes de la DC Comics. Tras presentar a los productores un montaje preliminar inacabado de 4 horas,  redujo el mismo a 2 horas y media, y más tarde se acordó con los productores que la duración final del film se aproximaría a las 2 horas. Fué entonces cuando la trajedia golpeó a la familia Snyder: el suicidio de la hija de Zack y Deborah Snyder provocó la prematura retirada del director de las labores de post-producción, no llegando a intervenir en el montaje final del mismo.

La salida de Snyder propició la entrada de Joss Whedon, quien terminó la película y supervisió la post-producción. Whedon remontó el corte inicial de Snyder, rodó nuevas escenas y diálogos adicionales, eliminó del montaje original muchas de las escenas rodadas por Snyder, cambió el tono general del film, eliminando los elementos más oscuros e introduciendo notas de humor, inclusó llegó a cambiar el desarrollo de algunos persnajes e introducir otras sub-tramas no previstas por Snyder. Whedon es además el responsable de un cambio estilistico notorio, al eliminar la paleta de colores frios de Snyder, donde predominaban los grises y azules, por otra más cálida, con predominio de los tonos rojizos y ocres.

El film, estrenado finalmente en el 2017, no satisfizo ni a espectadores ni a críticos. El resultado, en mi opición, es una especie de monstruo de Frankenstein en el que se intenta reconciliar, sin conseguirlo, los estilos y sensibilidades de dos directores de personalidades tan opuestas como Zack Snyder y Joss Whedon. Snyder, obviamente, apostó por el continuismo con sus dos films precedentes, "Man of Steel" y "Dawn of Justice", incidiendo en un tono marcadamente nihilista y una estética tenebrista y oscura. Pese a la evidente espectacularidad del film, Snyder, director de marcada personalidad, no dudó en introducir elementos de caracter filosófico y mitólogico en su visión del universo superheroico de Superman y Batman. Aunque estos films funcionaron relativamente bien en taquilla, ambos películas se saldaron con una tíbia acogida comercial, pero sobretodo con un berrinche de buena parte del fandom que no perdonaron el sello autoral que trató de imprimir Snyder, sello que se hizo patente en su re-interpretación del caracter de los personajes más icónicos de DC Comics y en escenas tan controvertidas como aquella de Superman rompiéndole en cuello al general Zod.

Es obvio que Whedon fué contratado con la intención de alejarse de eso tono oscurantista y acercar lo más posible "Justice League" al tono (y a la taquilla) de un film más luminoso como "Avengers". Pienso que Whedon era muy consciente de para qué le contrataban y obró en consecuencia, pero la taquilla y (nuevamente) la crítica le dió la espalda, saldándose su estreno con un sonoro frácaso.


Snyder comentó entonces decepcionado que solo un cuarto de lo que él había rodado se había visto en el montaje estrenado en salas comerciales, y desde ese momento un grupo de fans vociferantes se reunió en las redes sociales bajo el hastag "#releasethesnydercut" para reclamar que se estrenase finalmente ese montaje original de 4 horas previsto por el director inicialmente contratado par el proyecto. Pues bien, lo han conseguido, y finalmente veremos ese montaje concebido por Zack Snyder. Si será mejor o peor que la versión estrenada en cines no lo podremos valorar hasta que se haya estrenado en HBO Max, sea en el formato que sea.

Llegados a este punto hay algo que me gustaría analizar: ¿porqué se estrena ahora ese montaje del director después de que los directivos de Warner habían anunciado a bomobo y platillo que no lo iban a hacer? Para mí la respuesta más obvia es que los productores mhan visto la viabilidad comercial de esta nueva versión del director. Sin embargo hay que tener muy presente que éste se estrenará como respuesta a las demandas de un grupo de fans ruidosos que han hecho valer su voz en las redes sociales.


No quiero que se me malinterprete. Por lo general soy bastante fan de las "versiones extendidas" y "montajes del director". Son muchos los casos en que un director no puede estrenar un film como él querría, debido a las injerencias de los productores o a las propias demandas de los exhibidores que piden montajes que sean comercialmente viables. Los lanzamientos domesticos de muchas películas nos han permitido tener acceso a esos otros montajes extendidos que no regalan (a veces) una versión más completa o más cercana a las intenciones originales del director que estuvo a cargo de la filmación. A veces. También es cierto que hay montajes del director absurdamente alargados y que poco aportan a la versión orginal ("King Kong" de Peter Jackson, o su trilogía de "El Hobbit", sin ir más lejos). En el caso concreto de "Justice League", dejando a un lado las demandas del grupo "releasethesnydercut", siento curiosidad por ver cómo iba a ser el montaje incialmente previsto, y además defiendo la demanda de un director que que vió su trabajo alterado por la injerecia de unos productores que querían ir por un camino radicalmente distinto y de un director que no compartía ni su visión ni su sensibilidad.

¿Y cuando empezó toda esta historia de dar salida a los montajes del director"? Sin duda con el estreno de la versión del director de "Blade Runner". Estrenada 1982 el film de Ridley Scott recibió una tíbia acogida por parte de la crítica, pero no tardó en convertirse en un film de culto y ser aclamada con el tiempo como una obra maestra. Scott, sin embargo, siempre mostró su disconformidad con la versión estrenada en las salas comerciales, a la que le habían hecho algunos retoques que nunca fueron de us agrado. En 1992 Scott tuvo la oportunidad de estrenar en cines su "director's cut", que incorporaba varios cambios importantes: se eliminó la voz en off, se eliminó el final feliz y se recuperó la escena del sueño del unicornio. Tengo que decir que la versión del director me parece de largo muy superior a la original: la voz en off siempre me resultó redundante y en exceso explicativa, restando al film buena parte de su misterio; la escena onírica del unicornio es crucial en el sentido que nos obliga a cuestionarnos el origen y la naturaleza del personaje de Rick Deckard; y el final feliz, en el que se utilizaron descartes rodados por Stanley Kubrick para "El resplandor", además de estéticamente incongruente, siempre me resultó una concesión facilona a la audiencia. El estreno de esta nueva versión en cines consechó una considerable taquilla y animó al propio Scott a revisar otras de sus películas ("Gladiator", "El reino de los cielos", "Alien" y, especialmente, "Legend"). ¿Oportunismo comercial? Puede. Pero aún así esas versiones extendidas nos han permitido rescatar escanes importantes que nunca debieron acabar en el suelo de la sala de montaje, y, al menos en los casos que cito, y en mi modesta opinión, estas versiones extendidas mejoran las originales. Scott llegó incluso a sacar una versión remasterizada del director's cut de "Blade Runner" con el nombre de "Final cut" y en la que se recuperó una escena perdida y se corrigieron algunos efectos especiales.


El fenómeno de las versiones extendidas adquiriría "carta de nobleza" con las nuevas ediciones de "El señor de los anillos". Aunque ya de por sí las versiones estrenadas comercialmente eran considerablemente largas, Peter Jackson se vió obligado a dejar fuera del montaje final muchas escenas cruciales para reducir el metraje final y favorecer la exhibición comercial de los films. Particularmente sensible es la versión extendida de "La comunidad del anillo", que creo que enriquece mucho el montaje incial rescatando excenas que nunca debieron haberse eliminado y que facilitan y amplian la comprensión del film. El lanzamiento comercial de dicha versión fué todo un éxito, pero eso también tuvo un poco deseado efecto secundario: Jackson ya montó sus films posteriores con la idea de dejar expresamente fuera del montaje escenas que recuperaría a posteriori. Por un lado algunos de esos montajes comerciales adolecían de cierta incoherencia al dejar fuera algunas escenas cruciales (notable en el caso de "El retorno del rey"), pero además se notaba a la legua la descarada maniobra comercial que suponía el estrenar en formato domestico 2 veces un mismo film, ofreciendo en ocasiones más "paja" que no aportaba nada, argumentalmente hablando, al montaje original (como en el caso de las ya citadas "King Kong" y las tres entregas de "El Hobbit").


Sea como fuere, desde entonces han proliferado los "director's cut", "extended versions", "final cut", etc., etc., etc. El propio Zack Snyder sacó al mercado un "Ultimate Cut" de "Watchmen" que, esta vez sí, supera con creces la versión estrenada comercialmente, al recuperar muchas escenas que se quedaron fuera en el primer corte e incorporar en la narración los "Relatos del navío negro", acercandose mucho más a la visión original de la obra maestra de Alan Moore.


Más arriba de este extenso post preguntaba ¿porque se estrena ahora el "Snyder's cut" de "Justice League"? Mi primera respuesta es que existe la posibilidad de darle una nueva salida comercial a un film que fué un fracaso en taquilla. Y defendía este nuevo release porque creo que es la manera de respetar las intenciones originales del director que fué inicialmente contratado para dirigirlo. Ahora bien, no es menos cierto que esta propuesta de Warner llega como respuesta a la demanda insistente de un grupo de fans vociferantes que se han movido a través de las redes sociales. Y me pregunto yo, ¿realmente hay que hacerle caso a los fans? "#releasethesnydercut" no se ha quedado solo, y el anuncio de este estreno a levantado también la demanda de que se libere el "Ayer's cut" de "Suicide Squad", y de manera más absurda a dado pié a un grupo de fans que piden ahora que se libere el supuesto montaje de 4 horas de "La venganza de los Sith", dando como argumento que la película pertenece al fandom y que hay que satisfacer la demanda de los mismos. ¿Si? ¿Hay que satisfacer siempre el fandom? ¿Hay que editar y montar un film en función de la opinción de lo que en el fondo es solo un pequeño aunque a veces muy ruidoso grupo dentro el público potencial de una película? ¿Dónde queda púes es sello de autor del director o guionista? ¿Dónde queda pués el trabajo del productor que marca las líneas maestras de todo el equipo implicado en una película? Incluso, rizando el rizo, ¿dónde queda entonces la opinión del grupo de espectadores que no forma parte de esas corriente de opinión? El fandom no forma parte del proceso creativo de un film, pero si que se siente "dueño" del mismo cuando se trata o obras populares que arrastran legiones de admiradores o seguidores, sean libros como "El señor de los anillos" o "Harry Potter", comics como "Superman", "Spiderman" o "Vengadores" u otras obras de similar calado.

En cuanto a estas demanas concretas, y el relación particular al film de George Lucas, conviene recordar que Zack Snyder se apeó de la producción de "Justice League" (o fué despedido) sin poder participar el montaje final de su film, que fué regrabado, remontado y reeditado sin seguir ninguna de sus instrucciones. George Lucas ofreció el montaje final de "La venganza de los Sith" tal como él quería que se viese en los cines. Y aún así se podría discutir sobre la conveniencia de re-montar y re-estrenar un film que ya tuvo su recorrido (bueno o malo) en taquilla, sobretodo cuando esa propuesta es la respuesta a, insisto, un grupo minoritario.

Aquí quiero recuperar un texto que no es mío, sino de Josep Parera, y que reza: "El problema es que, en los tiempos que vivimos, dejamos que las masas, sin conocimiento específico de nada, sin formación profesional alguna con respecto al tema tratado, tengan poder de decisión" (podéis leer el artículo completo aquí). Yo querría matizar el comentario del señor Parera: TODO el mundo, independientemente de su formación, cultura o conocimiento, tiene derecho a expresar su opinión. Actualmente Internet y las redes sociales facilitan que la gente se exprese con total libertad. El problema es cuando esas opiniones vienen desde la visceralidad, sin informarse previamente, sin analizarlo en detalle, sin contrastar las fuentes, sin leer otras opiniones o comentarios. Y muchas veces vienen desde la arrogancia, adoptando la postura de "yo tengo razón y tú no". No podemos evitar (ni creo que debamos) que esas opiniones se hagan públicas, pero creo que sí podemos (y debemos) leerlas con sentido crítico.


En este punto podríamos abrir un debate interesante: ¿a quién pertenece realmente una película? En Europa fundamentalmente se tiene una conceptción autoral y se defiende que el film pertenece siempre a su director; en USA, sin embargo, se le otorga dicha paternidad al productor, que es quién elige al equipo creativo que participará en el film y al director encargado de llevar a buen puerto dicha empresa, siempre bajo el respeto a unas líneas maestras marcadas por dicho productor, y con un mayor o menor margen de libertad creativa y capacidad de decisión. ¿Es más valida una postura que otra? No. La participación de un productor en el proceso creativo de un film, o de un editor en la concepción de un libro o un comic, no siempre ha dado lugar a malas decisiones. Cuando Jim Shooter, por ejemplo, obligo a Chris Claremont y John Byrne a rehacer el final originalmente previsto para la "Saga de Fénix Oscura", dió como resultado una los episodios más recordados por los lectores de X-Men y algunas de las mejores líneas de diálogo escritas por Claremont.

Conclusión: siento franca curiosidad por ver lo que originalmente Zack Snyder tenía intención de mostrar en "Justice League", pero también siento preocupación porque cada vez se le haga más caso a las corrientes de opinión que pululan cada vez con más frecuencia en las redes sociales (bloggeros, twiteros, youtubers, páginas como rottentomatoes, etc.) y que todo ello esté matando la libertad creativa de la gente que hace cine.


(Por cierto, si quereis releer mi anterior "diatriba" sobre mitos y superhéroes en la que comentaba, entre otras, las anteriores películas de Zack Snyder, la podéis leer aquí)