Este blog empezó siendo una especie de diario personal. Luego empecé a hablar comics, de teatro, de literatura fantástica, y sobretodo de cine, mucho cine. Al final se ha acabo convirtiendo en un compendio de reseñas y "estudios" de temas diversos, casi siempre relacionados con el 7º ARTE
lunes, 27 de julio de 2015
DE HORMIGAS Y HOMBRES
No hay nada más aburrido que un hater vocacional. Para los que no sepáis a qué hace referencia el término, dícese de aquellos blogueros u ‘opinadores’ que por sistema no hacen más que destrozar aquellas obras (comics, películas, etc.) que, por una razón u otra, no se ajustan a la visión que ellos se habían formado de dicha obra antes de su aparición comercial. Normalmente los haters critican antes de leerse el comic o ver la película, es más: con frecuencia lo hacen cuando el cómic aún no se ha publicado o la película está aún en fase de producción, es decir: cuando aún nadie la ha visto o leído. Los haters disfrutan expresando sus opiniones destructivas y se creen en posesión de la verdad. Los haters no son ni escritores, ni directores, ni guionistas, ni dibujantes ni tienen nada que ver con ningún estamento artístico, pero su actitud se basa en el convencimiento de que ‘ellos lo harían mejor’. Naturalmente no tienen talento para hacerlo, pero están convencidos de que sí. El hater, por definición, se piensa que el escritor escribe solo para él o que el realizador dirige solo para su satisfacción, así que cuando el cómic, el libro o la película se desvían se su idea preconcebida, explotan en un estallido de ira irrefrenable que vuelcan en opiniones que ellos creen ingeniosas pero que por lo general solo ponen de manifiesto su visión limitada, sesgada, incompleta, carente de matices, destructiva, retrograda, cerril y carente de compasión, de comprensión y de inteligencia. Naturalmente todo esto que escrito no está recogido en ningún diccionario y no es más que la opinión que me merecen este tipo de individuos.
Los haters abundan, y mucho, en los foros de internet, sobre todo en aquellos dedicados al mundo del cine, los comics, la literatura fantástica o demás aficiones propias de los llamados 'frikis'. Tienden a repetirse en exceso en sus discursos, así que cuando un hater te expone su opinión, lo más seguro es que vayas a escucharla más de una vez.
Como decía al principio, sus opiniones me aburren, y no solo porque no las comparto en absoluto, sino porque se recrean en ellas como si estuviesen sumidos en un bucle temporal. A mí, personalmente, el viejo discurso Marvel vs. DC me parece banal y estéril. Criticar un film de Marvel Studios solo porque dicha productora pertenezca a la Disney me parece una estupidez. Vomitar improperios contra “Man of Steel” (por citar un ejemplo) solo porque Superman rompa el cuello a Zod me parece una actitud corta de miras. Renegar de la corriente llamada dark & grimm en el género de superhéroes cinematográficos me parece cerril y falto de perspectiva, y atribuirla además únicamente a Christopher Nolan (el denominado ‘nolanismo’) me parece una solemne memez.
Cierto sector de los espectadores, particularmente aquellos que son lectores habituales de cómics, pierden la perspectiva cuando van a ver una película que adapta las aventuras de algunos de sus personajes favoritos y no pueden evitar renegar de ella aún sin haberla visto. Bueno, al menos renegar de ella en público... luego se la bajan de Internet ilegalmente para verla en casa y se creen que con la pobre excusa de 'yo no he pagado la entrada de cine por verla' conservan un rasgo de dignidad que en el fondo nunca han tenido. En muchos posts antes que este he expuesto cual es mi actitud inicial hacia aquellos films que adaptan cómics u obras literarias:
a) Cuando una obra (un comic, un libro, una serie de televisión…) se adapta a la gran pantalla, es inevitable introducir cambios simplemente por el hecho de que estamos hablando de medios de expresión artística diferentes, que utilizan herramientas distintas en cuanto a ritmo narrativo, exposición visual, tratamiento estético y/o argumental, etc. Lo que funciona en un medio no tiene por qué funcionar en otro, y ahí es donde se impone un cambio necesario;
b) Cuando una obra se adapta a la gran pantalla, el público potencial de la misma no es únicamente el lector/consumidor de la obra original, sino un público mucho más amplio que no tiene por qué conocer la obra en su forma original; el "Star Trek" cinematográfico no va dirigida únicamente a los trekkies seguidores de la serie de televisión original, del mismo modo que los films de los X-Men o El Hombre de Acero buscan acceder un público mayor que los lectores habituales de tebeos.
Al margen del libro o del cómic, el film tiene que funcionar por sí mismo, y hacerlo de una manera coherente, consecuente con su propia cosmogonía cinematográfica. Añadiría que además tiene que funcionar al margen del grado de fidelidad a la obra original, y además tiene que hacerlo para un público mucho más amplio. ¿Qué me importa a mí si “Man of Steel” es fiel al Superman de Jerry Siegel y Joe Shuster si el producto final cuenta una buena historia y está bien realizado? Muchos aficionados no lo ven así y se sienten traicionados cuando directores como Christopher Nolan o Zack Snyder tratan de ofrecer una visión más personal de personajes que les son ajenos, y en cambio aplauden cuando otros realizadores más sobrevalorados como Bryan Singer o Josh Wedon se limitan a ofrecer un producto que por muy fiel que sea al comic original no destaca particularmente por su originalidad. “Man of Steel” es cuestionable en muchos aspectos, pero no precisamente por la exagerada controversia en torno a si Superman debe o no matar; por otro lado es un film que sabe jugar con las emociones y que, dentro del contexto (no lo olvidemos) en que se desarrolla, nos ofrece un acertado retrato de los personajes, por mucho que estos se distancíen sobremanera de aquellos que conocemos en su versión dibujada. “Vengadores. Age of Ultrón” en cambio es un producto tan impecable en su acabado como frío y falto de emoción en su conjunto.
El género superheroico en su conjunto se está convirtiendo en uno de los más rentables en taquilla, por mucho hater en danza que se pasee por las redes sociales. Lo más curioso es que pese a que diferentes productoras estén optando por enfoques muy diferentes, y aunque en muchos foros esas diferencias son carne de debates enconados, lo cierto es que los espectadores están acudiendo en masa a las salas de cine. En este sentido Marvel Studios ha optado por mantener la fidelidad a su universo original, intentando replicar en su versión cinemática la cohesión que siempre ha caracterizado la versión en comic. Marvel Studios ha optado también por ofrecer un producto con una vocación claramente familiar. DC Warner, por el contrario, ha preferido orientarse a un público más adulto y, sin renunciar a su condición de gran espectáculo, ofrecer films más oscuros, menos lúdicos, pero no por ello menos disfutables. Muchos han cuestionado la clara tendencia dark & grimm de Warner a la hora de aproximarse al género superheroico, manifiesta en films como “Man of Steel” o las próximas “Batman vs. Superman. Dawn of Justice” o “Suicide Squad”. Fox, con su franquicias sobre los X-Men o los 4 Fantásticos, prefiere navegar entre ambas aguas, de ahí la contratación de Josh Trank para dirigir el último reboot sobre la primera familia Marvel. Personalmente no me importa el tono que adopte el film, no me importa si es más oscuro o más luminoso, o si apuesta más por el drama o la comedia, siempre y cuando logre emocionarme, entretenerme y no insulte mi inteligencia.
Comentaba antes que la apuesta de Marvel Studios es claramente familiar, y en este sentido, y antes que films como Vengadores, Capitán América o Iron Man, su buque insignia y uno de las películas que mejor resumen su espíritu lúdico es “Guardianes de la galaxia”, film por el que inicialmente nadie apostaba y que acabo reventando taquillas. Algo similar ha ocurrido con “Ant-Man”, película dirigida por Peyton Reed que llega ahora a nuestras pantallas y que cierra la 2º fase de esa gran apuesta marvelita en el terreno cinematográfico.
“Ant-Man” es por encima de todo un entretenimiento bastante inocuo, con todas las virtudes y defectos que caracterizan a la mayoría de films provenientes de Marvel Studios. Como casi todos ellos responde a una fórmula de éxito de la que intentan no desviarse demasiado, de ahí la sustitución del originalmente previsto Edgar Wright en tareas de dirección por el más funcional Peyton Reed. Wright apostó, según dicen, por un tono más irreverente, más humorístico, y que pervive en los momentos de comedia del film, los mejores por encima de aquellos que apuestan por el gran espectáculo made in marvel. Como en todo film Marvel que se precie, aun yendo dirigidos a un público más amplio, no descuida en algunos momentos los guiños cómplices hacia los lectores habituales de los tebeos. Así pues en este “Ant-man” veremos un cameo de la Agente Carter y del padre de Tony Stark, se harán referencias al pasado de Herny Pym y sus problemas psicológicos, habrá una referencia velada a Spider-man, disfrutaremos de un combate entre Ant-Man y el Halcón, e incluso veremos una aparición breve de la Avispa. Pero personalmente lo más brillante del film para mí son las alusiones al clásico indiscutible de Jack Arnold “El increíble hombre menguante”, presentes en algunas de las reflexiones que recita Henry Pym, pero sobre todo en una escena casi al final del film que nos regalará uno de los momentos visualmente más sugerentes de la película.
El trabajo actoral es harína de otro costal. Paul Rudd cumple como “Ant-Man”, pero poco más. A Rudd le falta el carisma que necesita el personaje. Y es una lástima, ya que sobre el guion es un personaje lleno de matices, capaz de combinar el humor irreverente con la ternura, aspecto este último que demuestra en las escenas con su hija, y que aprovecha para introducir elementos de melodrama en la particular familia disfuncional de Casey Lang. Más o menos lo mismo se puede decir de Evangeline Lily, que es muy mona, pero justita como actriz. Michael Peña, en cambio, se sale en su rol secundario y aporta las necesarias notas de humor chispeante. Corey Stoll es un buen actor, pero poco puede hacer con un personaje tan desdibujado como el villano Darren Cross. En el fondo el Chaqueta Amarilla que interpreta no es sino un deslucido amalgama del alter ego del Henry Pym de los comics y el industrial Darren Cross. En mi opinión el enfoque como villano megalomaníaco es totalmente equivocado, y al igual que se ha hecho con el propio Ant-man deberían haber apostado más por la vena cómica, pero en este caso más sardónica, más exagerada. Es la seriedad con la que es abordado el personaje lo que termina por hacerla aburrida. La guinda del pastel la pone sin lugar a duda un pletórico Michael Douglas, que asume su papel con convicción y al que aporta las necesarias dosis tanto de humanidad (a destacar precisamente el prólogo en el que se insinúa la pérdida de su esposa, la Avispa, y sus desequilibrios mentales) como de humor (en su particular relación mentor/pupilo con Scott Lang).
Otro de los puntos fuertes del film son, por supuesto, sus efectos especiales, que se hacen notables en las escenas en que intervienen las hormigas, sin duda alguna uno de los puntos fuertes de la película, y a las que todos desearíamos hubiesen otorgado un mayor protagonismo. Es de agradecer también que el film no se recree en exceso en las escenas de acción, dejando, eso sí, una set piece digna de recuerdo como es la pelea entre Ant-Man y el Halcón. En este aspecto hay que decir que el film sabe sacar partido de los constantes cambios de tamaño del protagonista para coreografiar unas escenas de lucha tan efectivas como originales. En última instancia, sin ser un film que destaque particularmente en nada, logra un sólido equilibro entre comedia, aventura, drama familiar y fantasía.
Llegados a este punto algunos se preguntarán a santo de qué venía la larga introducción de esté artículo acerca de los haters. Pues básicamente quería decir que muchos de esos haters, por razones que no comparto ni me voy a molestar en tratar de comprender odiarán el film, pero que a mí me ha hecho pasar un buen rato. Igual que lo hicieron en su día el Batman de Christopher Nolan, el Spider-man de Sam Raimi, el Superman de Zack Snyder, los Vengadores de Josh Whedon o los Guardianes de la Galaxia de James Gunn... por mucho que vea defectos en todas ellas.
En resumidas cuentas: ¿Lo mejor? Los apuntes humorísticos del conjunto, los efectos especiales y Michael Peña ¿Lo peor? La rutinaria banda sonora, la falta de un villano con el suficiente empaque y el hecho de que no se hayan atrevido a llevar más lejos los apuntes irreverentes que se perfilaban en el tratamiento incial de Edgar Wright, apostando al final por un tono más blando y sensiblero.
Por cierto: ¿he dicho ya que el "Superman" de Richard Donner (año 1978) me sigue pareciendo la mejor película se superhéroes de todos los tiempos. Pues eso...
martes, 21 de julio de 2015
VIAJE ALUCINANTE AL FONDO DE LA MENTE
Cuando hablamos de cine de animación tenemos tendencia a pensar muchas veces que es un cine dirigido únicamente a los niños. Lo cierto que a poco que examinemos el cine animado que viene de Europa y, sobretodo, de Asia, nos daremos cuenta que no es así. Hay una larga, larguísima tradición de cine de animación dirigido a un público adulto, y ahí están algunas producciones del animé japonés para demostrarlo, con nombres destacados como los de Mamoru Oshi, Katsuhiro Otomo, Satoshi Kon o Mamoru Hosoda. Pero también están los (en su dia) innovadores experimentos de Ralph Bakshi, Jan Svankmajer, Jirí Trnka, Bruno Bozetto, René Laloux o George Dunning.
Si es cierto que, pese a todo, el cine de animación tiene una vocación mayormente familiar, y trata de contentar al más amplico público posible. ¿Pero es posible una película que sea igualmente disfrutable por un público infantil y un público adulto? Satisfacer plenamente a ambos es algo dificil, pero hay creadores que han sido capaces que encontrar ese dificil equilibrio entre una película altamente disfrutable por los más pequeños, pero que a la vez tenga es suficiente empaque (más allá de guiños complices facilones) para captar el interés del público adulto. Hayao Miyazaki sabe mucho de eso y lo hace muy bien. Los de Pixar también.
Miyazaki, como John Lasseter, tienen la virtud de no menospreciar la inteligencia de los niños. Y eso lo que les ha llevado a producir auténticas joyas como "Mi vecino Totoro", "Toy Story", "El viaje de Chihiro", "Wall.E" o "Up". Miyazaki incluso se ha atrevido a dar un paso más lejos y, sin renunciar a su particular estilo y su personal forma de hacer cine, dirigirse a un público más maduro con propuestas como "La princesa Mononoke" o "El viento se levanta". John Lasseter, por su lado, ante la pregunta de porqué no hace cine para adultos siempre responde lo mismo: él hace cine para adultos... pero que también pueda ser disfrutado por los más pequeños.
Otra cosa que une a Miyazaki y Lasseter es su indiscutible torrente imaginativo y el perfeccionismo técnico con el que bordan todas sus propuestas cinematográficas. Ese perfeccionismo es algo evidente en todas las propuestas que surgen de la factoria Pixar... no así sus logros. En el año 2010 Pixar cerraba la trilogía de "Toy Story" con un film mayúsculo, al que habían precedido propuestas magistrales como "Ratatouille", "Wall.E" o "Up". La primera mitad de "Wall.E", sin diálogos, y los 4 minutos que resumen la vida de Carl, protagonista de "Up", antes de enviudar, pueden considerarse no solo como lo mejor que ha producido Pixar, sino también como dos de los momentos cumbres que ha dado la animación norteamericana en los últimos años. Hasta ese año 2010 Pixar tan solo había tenído un pequeño tropiezo con un film tan brillante técnicamente como banal en su aspecto argumental: "Cars". Sin embargo, ese mismo film anunciaría unos años en los que Pixar parecía verse afectada por la fiebre de la secuelitis y no produciría más que films mediocres como las secuelas de "Monstruos S.A." o "Cars", o el spin-off de este último, "Aviones". Para acabar de agrabar la situación anunciarian la producción de las innecesarias secuelas de "Los increibles" o "Buscando a Nemo". ¿Nos encontrabamos pues ante una crisis de creatividad? "Brave" pretendía romper con esa tendencia pero no pasaba de ser una fábula tan bienintencionada como aburrida. Pixar parecía haber perdido su toque especial, su magia. Esa que se materializaba en films que nos ofrecían un cuidado desarrollo de personajes, una trama perfectamente hilvanada y las exactas dosis de humor, emoción y aventura convenientemente mezcladas. Todo parecía encaminado a sobre-explotar los viejos éxitos de la factoría en una sucesión de secuelas de dudoso interés y cuya única intención era tratar de reverdecer los laureles del pasado. Eso parecía... hasta que se anunció "Inside-Out".
La nueva propuesta de Pixar, titulada "Del revés" en nuestro país, era el primer argumento netamente original de la compañía en años. Además se olvidaba por completo de esa perniciosa insitencia de la compañía madre, Disney, en los tradicionales cuentos de hadas y princesas que, bien es cierto, había dado excelentes resultados con "Frozen", pero que pesaba como una losa en "Brave". Los primeros teasers de "Del revés" presagiaban una película distinta, arriesgada y sugerente. Y lo cierto es que el resultado, que está cosechando excelentes críticas en todo el mundo, no solo están a la altura de las expectativas creadas, sino que las superan de pleno.
¿Es "Del revés" el mejor film de Pixar"? Yo no me atrevería a afirmarlo teniento precedentes tan ilustres como "Wall.E" o "Up", pero está sin duda alguna a la altura de aquellas. "Del revés" es, por un lado, un film deslumbrante, repleto de ideas sugerentes, y que atesora algunas de los momentos más hermosos surgidos de la factoria Pixar. Pero por otro lado es un film que es, como no podría ser de otra forma, tratando del tema que trata, emoción pura.
"Del revés" funciona a dos niveles, y en ambos lo hace de manera extraordinaria. Por un lado tenemos la historia de Riley, la protagonista, una niña que tiene que mudarse a una nueva ciudad, dejando el hogar de su niñez, sus amigos de infancia, sus viejas costumbres, y adaptarse a un entorno completamente nuevo que, de entrada, le resulta hostil. Por otro lado tenemos las cinco emociones que rigen la mente de Riley, las personificaciones de Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Asco, todo un prodigio de diseño en todos los sentidos, tanto en su definición visual, imaginativa y acertada, como en el retrato de sus respectivas personalidades, que no por arquetípicas (hasta cierto punto) están desprovistas de matices. Así pués Alegría no oculta un caracter totalitario que trata de imponerse al resto de sus compañeros a base de optimismo y positividad inquebrantables. En cambio Tristeza despierta ternura y comprensión y acaba revelándose como un catalizador de emociones más complejas. Ira, Miedo y Asco aportan el necesario contrapunto cómico, al mismo tiempo que se revelan como partes necesarias del aprendizaje y la evolución emocional de Riley. Hay momentos que atesoran auténtico oro puro en este film, como aquel en que nos introducimos en el pensamiento abstracto de Riley, todo un prodigio de diseño y planificación de escena que pone a prueba el talento de los animadores. Pero también hay otros que ponen de relieve la incuestionable capacidad del film para emocionar, como aquel en que Alegría llora por primera vez. Confieso que yo se me han escapado las lágrimas en más de una ocasión viendo "Del revés". Y también he reído, y he disfrutado y me he emocionado como hacía mucho que no lo hacía viendo un film.
Quizás no sea justo y las comparaciones son odiosas, pero no puedo evitar comparar éste con otro film de animación dirigido a los más pequeños: "Los Minions". "Los Minions" no es más que un vulgar producto de marqueting que demuestra que sus protagonistas funcionan mejor como secundarios robaescenas que como protagonistas. A pesar de un indudable carisma y su capacidad para el slapstick, son personajes que funcionan únicamente en gags aislados y que se ven incapaces de sostener el peso de un largometraje por si mismos. El mejor momento del film, la intrucción que narra su paso por la historia, ya estaba presente en el primer trailer del film. Pues bien: poco más no ofrece esta película. "Del reves" en cambio es una obra de arte que busca (y consigue) ser un film de entretenimiento pero sin descuidar en absoluto su capacidad pedagógica. "Del revés" sorprende, emociona y al mismo tiempo enseña, no en vano los guionistas contaron con el aseoramiento de expertos de psicología, neurología y estudio de la conducta con el fin de lograr que el retrato de las emociones de Riley fuese lo más veraz posible. Así pues nos encontramos ante un extraño film conecptual, tan hermoso como entretenido, tan sutil como complejo, que a más de un adulto invitará a reflexionar acerca de los mecanismo de la psique y el comportamiento humano, pero que más de un niño disfrutará con el desarrollo de un grupito de personajes que son todo un logro en animación y diseño. Pixar recupera pues la corona de la supremacía en el terreno de la animación digital. Larga vida a Pixar, pues.
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